No hay, me temo,
una única aproximación a los Momentos Perdidos de Theremyn_4; acto (otra vez)
individual que eyectase hace pocas semanas nueva rodaja cuatro años después de The Next Wave. Ésta -la aproximación- que deslizo aquí seguro
es la menos simpática de todas las posibles.
Para quienes no le
conocen, y a modo de fugaz memorabilia, Theremyn_4 es el alias de José Gallo.
Otrora baterista del combo de rock alternativo Huelga De Hambre, el músico se
embarca en esta travesía personal en 1999, apareciendo su ópera prima en el año
2000: Fluorescente Verde En El Patio
renovó drásticamente las credenciales del capitalino, posicionándole en el
planeta electro como alumno de Propellerheads, de The Chemical Brothers y del
dúo nipón Boom Boom Satellites; entre otros.
Casi dos décadas y
nueve títulos después, lo que le da la envidiable media de un álbum cada bienio,
es claro que el unipersonal ha atravesado por dos etapas muy marcadas. La
primera va desde Fluorescente Verde...
hasta Spacetimebomb (2006),
caracterizada por proveer a cada lanzamiento de un concepto abierto que se evidencia
desde que lo tienes entre las manos. En tanto, la segunda etapa arranca con Inflamable (Cut-Up Sessions) (2009) y
podría aducirse que aún no termina, mucho más generosa ésta en aquello que se
suele catalogar como “disco de canciones” -sería más justo decir, en este caso,
“de temas”.
Es verificable, sin
embargo, la existencia de una circunstancia que subraya consistentes diferencias
entre el primer y el segundo T_4: el brutal descenso de esos bpms que, en
albums como Fluorescente Verde... y L/T/L, eran el acero/cemento/ladrillo
sobre el que se erigía la cautivante mezcla de pop/rock, hip hop, acid house,
breakbeat en fase doppler y electrónica para llenos de estadio. Dicha
mezcolanza, que responde al marbete de big beat, ha constituido durante luengos
años el 75% -tal vez más- del ADN del proyecto; pero sin los bpms de alto
octanaje (180 a más), Theremyn_4 no ha vuelto a alcanzar en pletóricas dosis
los niveles de poderosa y febril emotividad que ostentaban incluso sus números
más heterodoxos (“Panasonic Jazz Suite”, “Apu”, “Carmín Ciclón”).
¿Cómo evaluar, entonces, una obra con los atributos de Lost Moments? Difícil decidirlo. Por empaque y bautizo(s), opinaría que encaja junto a sus pares de esa primera etapa de la que hablé hace un rato. Pero LM está a años-luz de ello. Otra distancia muy grande también lo separa de volúmenes como Fiction Beats o The Next Wave -para este último, T_4 se convirtió en un trío, con el ingreso de Lu Falen (de mis amados Blind Dancers, ¿para cuándo el esperado debut en largo?) y de José Mendocilla (de Neon Dominik)-.
Y es que este disco,
por sonido, se inclina a sugerir nuevas lontananzas para Theremyn_4. Si con mil
y una transiciones a cuestas el big beat aún era el alma y el nervio de Gallo
en solitario, hoy el limeño dirige su mirada hacia la electrónica de inclinación
laidback, creando un híbrido entre ésta y el background del segundo T_4. Temas
que prescriben el sosiego, apacibles -que no inertes- bocetos digitales,
composiciones de una ambientación/calidez/proximidad imprecisa y extraña para
el escucha: la semblanza describe piezas como el cierre “Gone, Like A Real
Girl”, “Dignity Of An Iceberg” o la abdicada “Oleaje De Ligera Intensidad” (entre
trip blues y lo que podría denominarse “balada cibernética”). También se
acomodan a esta receta el single “Walking With You”, “Uchronia” y “Diamond
Glory” (José, que no se sentaba al piano desde la magnífica “Noir”, lo hace en
estas dos últimas). Con ellas, ya he mencionado las dos terceras partes del título.
Lost Moments tiene dos excepciones. Una de ellas es la
apertura, “Decoherence Process”, interesante transmutación futurista de lo que
alguna vez fue la new age más brava -o también, melodía burilada por un enfoque
entre techno y étnico, que recuerda las primeras grabaciones de The Future
Sound Of London y Ultramarine circa United
Kingdoms. La otra excepción es “The Speed Of Dark”, de pulsaciones que pareciese
van a dispararse en cualquier segundo hasta convertirse en martilleantes. Sendas
golondrinas que, no obstante, no son suficientes para hacer un verano. Sonar
relajado, casi jammero, en modo alguno es un demérito. Sólo que Lost Moments carece de mayúsculas/auténticas
sorpresas en el rubro. Lejos de discutir la calidad de lo ofrecido por Gallo
aquí, reconozco que a mí el CD no me transmite todo lo que antes uno de
Theremyn_4 solía transmitirme.
Hákim de Merv