(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 4 de enero del 2017.)
Tiempo atrás, le dediqué
un comentario a la recopilación Visiones
De La Catástrofe: Documentos Del Noise Industrial En El Perú (1990-1995),
editada el año pasado por Buh Records. El texto arrancaba con este párrafo: “Para
una persona que ha ejercitado muchísimo la memoria, y que además posee una gran
capacidad mnemónica por naturaleza, es difícil decidir qué recuerdos almacenar
y qué recuerdos no. Los hay que pueden parecer superfluos y por completo
prescindibles durante meses, e incluso años, pero en el momento menos pensado
los necesitas y bruscamente se tornan valiosos. No pocas veces me ha pasado, y
en el futuro de seguro pasará otro tanto. Felizmente, rara vez olvido algo en
su totalidad”.
Pues eso. Hará unos
siete o ocho meses atrás, mientras perdía mi tiempo entregándome al juego
favorito de los peruanos, el “rasking ball”; de pronto me pregunté por qué
jamás había rastreado el Elektronische
Musik Aus Buenos Aires (1999). El dato lo he tenido siempre presente: en un
artículo publicado a través de la legendaria Caleta hacia fines de 1999, dedicado a Gustavo Cerati y a su
entonces recientísimo Bocanada, el
consumado crítico Fidel Gutiérrez lo menciona entre las notas a pie de página.
Cito la novena apostilla: “Como dato final: Ocio figura en un raro disco
compilatorio alemán titulado Elektronische
Musik Aus Buenos Aires, junto a Trineo, Leo García, Leandro Fresco y otros”.
Fue la única vez que supe de este CD, antes de echarme a buscarlo por cuenta
propia.
Vanos resultaron
los primeros intentos por ubicarlo, pues Elektronische
Musik... no está subido íntegramente en Internet, si bien algunos de sus
temas figuran en YouTube. Hurgando en SoulSeek, apareció más o menos rápido,
aunque colgado en las cuentas de poquísimos usuarios. En paralelo, estuve
revisando la escasa información disponible en sites. Lo que encuentras repetido hasta el hartazgo es el track list, y uno que otro dato relativo a la edición
del artefacto -con lo que, aunque minúscula, la nota de Fidel se vuelve más que
relevante. ¿Reseñas? Cero. Gutiérrez no exageraba cuando lo catalogó de “raro”,
aunque pudiera parecerlo.
Sí, porque,
tratándose de una edición alemana (Traum Schallplatten fue el sello responsable);
imagino que muy pocos ejemplares habrán arribado a Argentina. Y si es el caso, Elektronische Musik... ha debido tener
pobre o nula repercusión. No obstante, y aquí se presenta un vacío que sólo
pueden absolver testigos in situ, el esférico tiene la calidad necesaria y una
naturaleza pionera que lo hacen equivalente a lo que significó el Pulsos (1998) para la escena avant
chilena o el Crisálida Sónica: Compilación I (1997) para su par peruana. Si recuerdo bien, a inicios de
1998 estuvo de gira por estos lares Alien Produkt, ¿trío? argentino de
goa/trance representativo de la escena electrónica más visiblemente reconocida
en tierras gauchas. Ídem con Unidad De Transmisión. Cierto, en la orilla
opuesta está el antecedente de Cerati como miembro de Plan V, pero era éste un
cuarteto electrónico más chileno -Andrés Bucci, Christian Powditch, Guillermo
Ugarte- que argentino.
Imposible tomar a
la ligera, sin embargo, el hecho de que Elektronische
Musik... recoge composiciones de grupos y artistas que ya habían saltado al
ruedo: Gustavo Lamas, Leo García (que cobraría notoriedad a inicios del milenio
gracias a su canción “Morrissey”), Fantasías Animadas (de Diego Vainer, cuela
un mix de “69” en la reedición cosecha '96 del debut de El Otro Yo, Los Hijos De Alien), Ocio (la
interesante identidad de Cerati al lado de Flavio Etcheto, de Resonantes),
Trineo (Etcheto en solitario), Yuxtapose, Leandro Fresco... Ergo, tal vez sea
más atinado postular que el disco fue sólo un muestreario anecdótico en el
camino de la escena electrónica argentina hacia sus definitivas consolidación y
diversificación.
La versatilidad de Elektronische Musik... no era tan
frondosa, empero. Muchas de sus pistas se afanaban en coludir el sonido
vanguardista de Colonia o de Berlín, de fines de los 60s y principios de los
70s, a las poéticas digitales del Error, a los beats cavernosos, al microhouse,
a texturas y estructuras incómodamente cinemáticas. La amalgama era una
abrasiva duermevela dub, utilizada en profundidad y gastando mucho ingenio. Con
el tiempo, todas estas variables estéticas no sólo ensancharían el vocabulario
común en las principales corrientes de la escena electro argentina, sino que
incluso serían solicitadas para programas de cable de avanzada -como sucedió
con “Estero”, de Fantasías Animadas, que hacía las veces de cortina en Fracto; el espacio de música electrónica
del mítico canal Locomotion.
Linkeo aquí “Recordable”,
de Leandro Fresco. El Elektronische Musik
Aus Buenos Aires completo para libre descarga, cortesía de este pechito, haciendo
click aquí mero.
Hákim de Merv
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