(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 5 de julio del 2017.)
Partiendo del Caos
que hemos interiorizado al vivir, desde nuestros primeros respiros, en un lugar
tan entrópico como la capital del Perú; el nuevo disco de Wilder Gonzales
Agreda es un otro paso en la dirección tomada desde Lima Norte Metamúsica (2014). Por esas cosas que a veces tiene el Azar,
me senté a escucharlo después del En Mí El Cielo Toca La Tierra (2011), registro en directo del músico/no-músico
desde La Casa Ida (Centro de Lima). No necesitaba el contraste, al haber
seguido la discografía del individualista desde sus días como Fractal, y por
ende estar al tanto del período (ejem) artístico que atraviesa desde hace
tres/cuatro años. Pero la maratónica audición sirvió para revisar -y, en su
mayoría, confirmar- algunos viejos juicios.
Las variables a las
que Gonzales da luz verde en Paraísos,
Revoluciones Y Tú son esencialmente las mismas de Scala Mega Hertz (2016), Polykroma EP (mismo año) y el ya mencionado LNM.
Podría hablarse de su mística de la Desolación. También de sus evoluciones en
espiral que son un fin en sí mismas. O de su ambient digital de gravedad con
picos de hasta 150 m/s². Todo ello, continente y contenido de una electrónica
de consumo doméstico, sobria hasta la rigidez y sensatamente compacta en su
extensión.
¿Qué diferencia,
entonces, al Paraísos, Revoluciones Y Tú
de discos inmediatos anteriores, ya alegados? Que el Ritmo, tal cual se le
define convencionalmente, ha sido proscrito. Subsiguientes escuchas demuestran además
que el coneño ha elegido darle en Paraísos...
un peso mayor al minimalismo/maximalismo. Gravamen suficientemente mayor que el
del resto de vetas en conjunto. Por qué, eso sólo lo puede responder Wilder.
Tampoco puedo elaborar un juicio lo bastante preciso sobre la naturaleza exacta
del sonido que comporta dicha elección: minúsculas unidades de información,
agrupadas por decenas en apenas dos o tres segundos, pueden dar forma a
patrones que después loopear -pero, que yo sepa, Wilder no hace música
generativa. Aún así, varios pasajes del disco guardan no poca similitud estética
con la computer music que emergiera
en los 90s y reinase indiscutible en las vanguardias sonoras hasta llegados los
00s.
De otro lado, la coloración añadida a los principios por los que medimos nuestra percepción del audio -timbre, frecuencia, velocidad, tono- es la misma que Wilder acostumbra usar de un tiempo a esta parte. Paraísos... es el cardiorama de un eremita contemporáneo, posmoderno, ateo. Una gráfica del álbum no nos mostraría muchos sobresaltos, salvo en “Post-Drone Party”. En lo que sí es generosa esta jornada es en la diversidad de sus guiños. “Pan Sonic” está presumiblemente dedicado a Mika Vainio, fallecido en abril de este año. “Serendipity” se hace eco de un vocablo (“serendipia”) hoy harto utilizado en diversos campos del conocimiento y la práctica humanos. “Revolución Crisálida” se erige como el hosco recordatorio del vigésimo aniversario que ha cumplido en este 2017 el colectivo fundacional del avant garde peruano, Crisálida Sónica.
Harina de un costal
muy distinto es el Porno EP. Lanzado pocas
semanas atrás, encuentro lícito conjeturar que sus dos temas (“No Puedo Con La
Depre” y “Porno”) no pertenecen a las sesiones del Paraísos, Revoluciones Y Tú. Se les siente más cerca del Lima Norte Metamúsica, e incluso remiten
de continuo a la prehistoria de Fractal -si se considera tal los días al lado
de Evamuss, anteriores a la epónima maqueta de debut (cf. Alustru (Bla)3). El extended, en efecto, tiene todo lo que el disco
largo no: ritmos programados, punzadas de reberv, iteración dosificada, autechrismo
post espasmódico -en una palabra, corporeidad.
Hákim de Merv
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