jueves, 23 de agosto de 2018

La Vie: Magic Mushroom // Comfuzztible: Sauce Fucsia // Vida En Marte

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 15 de agosto del 2018.)

Cerca de un año atrás, celebré el debut de un proyecto que había visto la luz bajo los cielos de la Ciudad Blanca, si bien su único impulsor no es originario de allí -ni tampoco peruano: Solar Ritual. ¿El título en cuestión? Animales Del Sol. Lo que son las vueltas que da esta vida: hoy celebro la quinta obra in extenso de otro acto individual sureño, éste sí mistiano de cuerpo entero, que guardase hasta el año pasado algunas semejanzas con lo mostrado por SR. Me refiero a La Vie.

Diego Romero, ex Post-All y guitarrista de Peter Pedro, es quien se esconde tras este alias; muy mentado desde que empezase a llamar la atención con su tercer largo, Conexión (2014). A raíz de éste, le presté oídos a su producción anterior, que incluye el Do It Now EP (2013). Tanto el extended como My Days In The Capital (2012) y Be Like The River (2013) me hablaron de una apuesta constante por canciones acústicas que rompen el molde inmaculado de una pop song, sin dejar de ser tales. Hay quien afirmaría que ésa es la esencia del indie rock, pero La Vie bebe además de otras aguas. Se agita en sus discos algo que evoca a Nick Drake, a Stars Of The Lid, al Mark Kozelek solista, a Explosions In The Sky, e incluso al flaco Spinetta. El peso de estos nombres perfila una identidad que fluctúa entre el indie y la variación más agreste del post rock -la americana. ¿En común? La inclinación de ambos bancos sonoros por el acid folk. Agregas el catalizador pop y la resultante cuaja en jornadas como el posterior Autodidacte (2016) y el 7” Cada Día Es Una Vida En Pequeño (2017).

Lo inimaginable sucedió en este 2018. For La Monte Young 7”, segundo single digital, que homenajea al octogenario compositor de vanguardia usamericano; es un ejercicio de despojado ambient noise que se entiende en tanto su condición de tributo. Hoy podría aventurarse que en realidad anunciaba una metamorfosis formal concretada en la siguiente parada.

Ésta, Magic Mushroom, sale en junio. Casi enteramente armada a partir de instrumentación y procesamiento electrónicos (una guitarra eléctrica acompañada del respectivo e-bow, una laptop, loops, un teclado), con esta placa Romero ahora apunta hacia Boards Of Canada, el tutelar Eno, PanSonic, DJ Shadow e incluso Neu! Lo interesante es que la esencia del sonido LV no ha mutado, sino que descuella revestida de parafernalia digital. Y si bien un gran paso para experimentar con los sonidos de naturaleza electrónica fue el consumo de hongos -de ahí el bautizo-, más inclinó la balanza el descubrimiento de la venerable tradición electrónica.

Dos nombres ha ofrecido el músico para comprender Magic Mushroom, ambos dúos: Boards Of Canada y Neu! Me quedo con el 50% del legendario binomio kraut rock alemán que aún vive: Michael Rother. La sabiduría proto-ambient, imbuida de belleza contemplativa y acuarelada, con que el germano diese cátedra en sus LPs solistas; se percibe en el nuevo La Vie a través de sus momentos de frecuencias en technicolor (“Cuando No Hay Un Yo Hay Dicha”), en el robusto aumento de las capas de sintetizador como materia prima para la construcción de los temas (“Más Allá Del Pensamiento”), en el notable enriquecimiento de las texturas timbrales (“Engaño Mental”).

El amor de Romero por el pop sigue vivito y coleando, no obstante. Ello, aunque, hacia el final del viaje; La Vie permee su nueva piel hasta ser atravesada por abstracciones sonoras más enrevesadas (“La Atención Es El Principio De La Inteligencia”, “El Silencio De La Mente Es La Belleza En Sí Misma”). Recomendable para vuelos enteogénicos en estos días grises.


Aprovechando que estuve por Arequipa en mayo, logré hacerme por fin de un ejemplar de Sauce Fucsia (2017), nuevo trabajo de Comfuzztible que a la vez comportase su retorno a la escena characata. Para quienes no le conocen, Comfuzztible debuta en el 2007 con un epónimo que concitó buenos comentarios, dada su sonoridad deudora del psicodélico revival garajero-surf que se soliviantase en la década pasada -saltando hacia la misma vereda que Los Protones y su anterior encarnación, Manganzoides. Un año después, se libera un EP para libre descarga, Fuzz Propano; que no consiguió reeditar los logros del epónimo. A mí no me desagradó, tal vez porque fue lo primero que le oí a la banda (el debut lo encontraría años más tarde, en una tienda de Galerías Brasil).


Felizmente, el cuarteto se ha mantenido todo este tiempo tocando en vivo y componiendo, hasta que decidiera regresar con nuevas entrega y formación. El line up original estaba compuesto por Piero Chávez Velando (voz y teclado), Coco Herrera (batería), Víctor Abarca (guitarra) y Luis André Talavera (bajo). El lugar de este último ahora lo ocupa Joaquín Castañón. La lisérgica portada recibe ecos apagados del arte de discos como los de Jimi Hendrix o The Grateful Dead, lo que indicaría que se ha dado más protagonismo al viejo rock ácido de esos cada vez más lejanos días. Esto, sin embargo, no es tanto así: como sucedía en el epónimo, lo de Comfuzztible es rock protopsicodélico de movedizas melodías, guitarras pericoteras con habilidad para el quite limpio, vocalización en plan de delirio persecutorio, y un groove que invita al desenfreno tal cual aquel “ritmo enfermedad” que se viralizase en la Lima de fines de los 60s.

La novedad respecto de Comfuzztible estriba en el incremento exponencial/adrenalínico de fuzztone y, sobre todo, de Farfisa. Desde “Invasores Del Espacio (Ella Va A La Playa)” hasta la revivalista “Revolución”, ambas fuerzas tallan cada número de Sauce Fucsia, convirtiendo a la mayoría de ellos en un coctel molotov de desbocado y quemante rock cavernícola. Y si uno de estos dos pistones gana el pulseo, ése es el Farfisa, que redondea las tomas finales en performance tan chillona como la de Tren Fantasma (amago clandestino de Diego García, del recordado fanzine Sótano Beat); sólo que en registro mucho más proteico. Canciones como “Spiral Dance”, “Calle Abajo”, “Extraña Piel” y “Flash” no serían lo mismo sin la presencia del consabido órgano.

Comfuzztible no siempre hunde el pedal en el acelerador. Tras “Ese Cristal”, y con la excepción de “Césped Primaveral”, track en el que la banda se transfigura para mostrar su lado más oscuro/agresivo/contemporáneo; los medios tiempos hacen las delicias de las generaciones que vivieron el Verano del Amor en San Francisco. Ello no veda espacio para solos ígneos y punteos acibarados, como el de “Césped Primaveral” (a cargo de Miguel Ángel Burga, invitado de lujo -La Ira De Dios, Culto Al Qondor, 3AM-) y el de “La Chica Del Puente”, respectivamente.

Disco a escuchar con el volumen al tope, Sauce Fucsia marca el retorno del combo mistiano psych-garagero. Si decide nuevamente parar, espero que el reentré no vuelva a demorar nueve años (o más).


La navidad del 2015 trajo como regalo inesperado la publicación de En Bancarrota, estreno de los arequipeños Hombre Del Espacio. Formado en el 2014 por Luis García (bajo), Herber Paredes (guitarra, voz) y Fernando Morales (batería); el trío de indie rock casero consagró el 2016 a la difusión de su primogénito, cerrando el año con La Navidad De Raúl Armas 7’’. Desde entonces, los triates se hallan de para: aunque hace poco (julio) se ha editado nuevo sencillo con dos demos de lo que eventualmente sería un segundo asalto (“Cine Millonario (Versión Invierno)” y “De Hecho, Aún Sigo Rockeando”), los miembros de HDE consideran al grupo todavía inmerso en el receso.

Algún tiempo después de editado En Bancarrota, Herber Paredes se saca de la manga el chaplín de Vida En Marte. Bajo este seudónimo, el guitarrista ha estado lo suficientemente activo como para acreditar a la fecha cinco lanzamientos -sin contar con que, en paralelo, ha dado curso a otro mote unipersonal de apariencia colectiva: Mente & Los Manuscritos (con el que ha puesto para free download Una De Tus Vidas Prestadas EP, 2017).

Apenas germinado, VEM abrazó el catecismo de todo músico de dormitorio -el indie, otra vez. Ruido, pop, ludismo en el testeo de sonidos; son variables que también están presentes en Hombre Del Espacio, si bien más cohesionadas en un formato reconociblemente rockero. El debut Días EP (2016) recoge la impronta del terceto desnudándola hasta lo más básico (“Fábrica De Falsas Memorias”, “Sueños De Frágil Cristal”). Posteriormente, el sureño se ha dejado arrastrar por el lo fi, en un caso de abducción mucho más severo que el de Peatón (por citar un nombre coterráneo).

El lo fi prioriza la urgencia y la vitalidad antes que la pulcritud de registro y el ensayo cuadrado, de modo que lo grabado por Paredes tiene una pinta bastante sucia, lo cual no oblitera sus impacientes despliegues de energía e inventiva pop. De este modo, paulatinamente Vida En Marte se ha alejado del sonido de Hombre Del Espacio. Si en Días EP todavía quedaban resabios del sonido de la terna, en Nietos Cósmicos (2017, single de cuatro temas) esos residuos desaparecen ante el vuelco hacia hechuras pop melódicas dominadas por la Baja Fidelidad, acicaladas con anotaciones raspantes más propias del “hssssss” del cassette, con fade outs arbitrarios, con outputs de retroalimentación -¿a qué punto?- involuntaria. El mismo sino han seguido los otros dos singles, Pornografía Nostálgica (2018) y Mis Beatles (2018), así como el otro EP, Reporte Rápido Del Alma (2018, magníficas “Mi Anticipado Rescate” y “Ladrones De Sinergia”).

Una mixtura senescente de noise, melodioso pop minimal y hasta elementos repescados del folk (sobre todo en el primer round); es la que preside el universo personal de Herber Paredes. Como aparentemente va en serio la cosa, no hay que preocuparse de que un posible regreso de HDE corte la trayectoria de Vida En Marte. Ni la de Mente & Los Manuscritos, que ya ha amenazado con reaparecer.


Hákim de Merv

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