(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 18 de septiembre de 2024.)
Los inicios de Mumrunner se remontan a 2014, cuando se lanza el single “Zit”, ocupando “Rut” el consabido lado B. Si bien ya entonces eran cuatro, no son los mismos que llegarían a grabar el debut: en el camino se uniría Michael Kloet a Kati Säger (bajo), Juuso Peltonen (batería) y Sauli Hämäläinen (guitarra), en lugar de un tal Jukka; vocalista que abandonó el combo después de editarse Gentle Slopes EP en el ‘16. Por fortuna, la voz de Sauli se parece bastante a la de Jukka, generándose así una nada desdeñable impresión de continuidad.
Desde el puntapié de largada del ‘14, quedó evidenciado que lo de estos nórdicos se decantaba por enyuntar el indie y el shoegazing, dos géneros que a mediados de los 90s comenzaran a sincronizarse y a converger más de lo que las apariencias sugerían. Luego de un par de sencillos virtuales y del extended play mencionado, Valeriana confirmaba las cualidades por las que Mumrunner había decidido apostar. Si bien “Foe” era un aplicado ejercicio de baggy bastante ágil para los paradigmas de estilo, no evitaba correr sobre el pavimento del indie pop de principios de siglo.
El CD cierra con “Transient” como mordiéndose la cola, pese a darle más protagonismo al soporte rítmico que a las vocales y sobre todo a la eléctrica -aparece a cuentagotas en el epílogo. De todas maneras, es suficiente para redondear el estreno cumplidor de una agrupación que nos queda al otro lado del mundo. 31 minutos sin nada que sobre y con algunas cosas faltantes. Desde entonces (‘20), de Mumrunner no se han vuelto a tener noticias. Como subrayé al inicio, su página Facebook continuaba mostrando actividad hace doce meses. El detalle es que ésta era mínima. ¿Habrá sido la banda otra “víctima” del COVID-19?
Hákim de Merv
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