(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 18 de enero del 2017.)
De que el 2016, con
todo lo malo que fue para la Música, le reportó a la escena independiente
peruana otro estupendo saldo largamente azul; no quedan dudas. Incluso, y como
ya viene haciéndose (ininterrumpidamente) costumbre desde el 2014, han
menudeado los lanzamientos conforme se acercaba el 31 de diciembre. Virtuales,
cierto, pero ello también se debe a que poco a poco el público de la movida se
va acostumbrando a descargar.
Curiosamente, en
las últimas semanas del 2016 lo que más abundó fue el extended play. A lo largo
del año ya había escuchado varios, recomendables por una u otra razón.
Catervas, por ejemplo, colgó en BandCamp el epónimo EP debut que nunca vio la
luz en sus días (1996, antes de la fulgurante aparición del colectivo Crisálida Sónica), además de un puñado de grabaciones recuperadas de cassette (fechadas
nada menos que en 1991). Insaint (Memories
EP), Quechuaboi (GreenWorks EP),
Rashid From Lima (Javier Prado EP) y Tetsuo
Terror Punk (Odio Generalizado EP)
hicieron lo propio; en modalidad free download, apuntalando desde las más
diversas coordenadas estilísticas el saludable crecimiento de la escena
electroperuana de nuestros días.
Lo de fin de año,
sin embargo, fue un rush. Inicio este triple comentario con Polykroma EP, del no-músico Wilder
Gonzales Agreda. Tres cortes fechados en la quincena de octubre, publicados a
fines del mismo mes. Ni hablar, por ende, de outtakes que no alcanzaron a
entrar en Scala Mega Hertz (disco que
Gonzales editó en abril del 2016) -pero sí se les puede percibir como su
complemento. Las pulsaciones son las mismas que las del LP: sonidos
entretejidos bajo la radiación del maximalismo marca Sonic Boom (sobre todo “Xtacy
97”), números que bordean los límites del subconsciente (“In Search Of My Soul”,
la única con vocalización), autismo zen (“Ecuatorianas Sooper Anakondas”). Un
conciso ejercicio de sound-making, que pese a su novedad ya quedó algo relegado
por nuevas composiciones de Wilder -un tema para la recopilación Tarinakuy (armada por el músico Rolando
Apolo en México), y “Stupid Stoners Party Time!!!”, adelanto de su nuevo
esfuerzo en largo. Ojo, “Stupid...” no representa ninguna alusión al stoner
rock.
Y ya que hablamos
del stoner, Spatial Moods también dijo presente en la veintena de noviembre.
Fue ésta una grata sorpresa: el grupo de Luis Peláez, Jorge Apaza e Israel
Tenor había decidido no seguir en la brega, pese a concretar dos placas
buenísimas. Felizmente, parece que hubo una reconsideración de última hora.
Más que con el
stoner rock, Spatial Moods experimenta con el primer space rock, la primera
psicodelia y el kraut rock. En Terra EP, se le siente un poco más cerca del stoner acaso porque pesan más el ritmo
in crescendo y los riffs audioextremistas que llegan a niveles nocivos de
distorsión. El extended es una aplanadora que desaparece casi todo vestigio de
kraut, dejando paso a una pura experiencia alucinógena de colores incendiarios
y sinusoidales. El hecho de que estas pistas fuesen registradas a fines del
2014 obliga a repensar los dos primeros discos del terceto y preguntarse si los
triates no se plantearon sonar en ellos un poco menos salvajones.
Finalizo esta revisión tripartita con el extended debut de 27 U H F, alias paralelo de Luján, individualista desmadrado que apareció en el 2005 con el hoy inhallable Sonorama y cuya poética del sampling alcanza cotas mayúsculas. Luján navega entre el drum’n’bass y explosivos raids de mash-up -todo se disuelve en sus manos para metamorfosearse en maravillas guasonas del calibre de “Tabaco, Ron & Bass” y “Dos Más”.
Pero 27 U H F, cuyo nombre tributa a un desaparecido canal de televisión, es el “vaporwave side project” de Marco Luján. El vaporwave, género nacido a inicios de esta década en el mundo virtual, es hijo tanto de músicos como de melómanos. Y al igual que el electroclash, tiene mucho de cliché y de pastiche -es discurso revulsivo contra el consumismo y también homenaje a/involuntaria parodia de ese vilipendiado consumismo. 27 U H F tiene el mismo sino: coqueteos con el Pitch, frialdad maquinal, baja fidelidad consciente/totalmente voluntaria, ludismo TimeStretch. Para Luna EP, no obstante, el proyecto conserva el sentido del humor que baña los discos de Luján: exotismo lounge en “Luz De Luna 月光”, bossa no-fi en “Verano Del 81”, guiños a Luis Miguel (¿¿¿¿????) y a olvidados jingles radiales en “ノスタルジア 91”. Una rutina ergonómica de distensión y relajo -que espero ayude a Marco a recalibrar ideas como Luján: su Nocturnal EP (2016) lo mostró traumáticamente distinto, entrando en las oscuras aguas de un ambient casi tan terrorífico como el de los videos que publica en su cuenta face.
Hákim de Merv
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