jueves, 26 de octubre de 2017

Summer Heart: 101 // Ask For Joy: A Blow And A Kiss EP // Heavenly Beat: John

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 18 de octubre del 2017.)

(Y dice así...)

Cuando está de buenas (¿o de malas?), al Destino le encanta hacer gala de un finísimo sentido de la Ironía. Lo digo porque conocí hace milenios a una parejita que hoy habría sido fan irreductible de Summer Heart, proyecto sonoro que para ese entonces no existía. Eran otros tiempos -comenzaba el siglo XX a agonizar, ni siquiera soñábamos con Internet, y menos aún hubiéramos podido augurar el triunfo del “subgénero infinito” en el milenio que ya asomaba a la distancia. Quizá fue mejor así, pues el emparejamiento no duró nada: ella se casó ad portas del año 2000 y tuvo dos hijos, pero su vida está bien re-lejos de ser idílica. En cuanto a él... bueno, él sigue dando tumbos para “avanzar” en la Vida... y a veces escribe medio decentemente.

Tras un lustro, SH alumbra por fin sucesor de su primerizo About A Feeling, un trabajo muy celebrado por los adictos al chillwave -si bien tengo que reconocer que a este acto sueco al menos en Perusalem se le conoció incluso antes, gracias al Never Let Me Go EP (2011). Ubicado entre los albums más sobresalientes de la segunda oleada chillwave, About A Feeling es un magnífico ejercicio de estilo a medio tempo, que le vale al compositor y multi-instrumentista David Alexander comparaciones con Toro Y Moi e incluso con MGMT (¡¡¡¡!!!!); pese a que su música es más permisiva que la de Chaz Bundick (TYM) y también más ligera que la de Washed Out. Descripción equivalente aceptan los primigenios Please Stay EP (2011) y Never Let... EP.

101 (2017) no es como el debut en largo. La placa monta un tempo ligeramente aupado con respecto a su predecesor, pero es esa vitalidad adicional la que va en detrimento del potencial de este nuevo título. Pudiendo alcanzar las cotas de antaño, 101 queda algo rezagado, falla en enamorar a primera escucha. SH luce ahora más pop que chillwave, lo que per se no tiene nada de censurable. El problema, si es que existe, radica en que se esperaba del nórdico algo más en consonancia con su “regimiento” -la caballería ligera del chillwave.

Únicamente dos temas podrían calificar como out-takes del About...: “Far Out Far Gone” y “Can’t Wait”. Debió haber sido este último, en lugar de “Follow”, el primer single del disco. Habría dado, ciertamente, una falsa impresión de continuidad; pero es el que resume las virtudes del mejor Summer Heart: exoesqueleto ambient synth repleto de loopeos y microsamples, endoesqueleto de pop pedestre, emoción expansiva a flor de piel. Así y todo, un esférico de canciones para aprender y cantar -o al menos tararear- vagabundeando al borde del mar, comiéndote unas Charadas (la de años que no sé qué es eso).


Del Viejo Mundo al Nuevo. Concretamente, Austin (Texas). Hogar de Aaron Rossetto, cantautor que también debutase en el 2012 con Safe Words EP -aunque el estadounidense asegura que existen registros anteriores al 2012 (no disponibles en Internet, obvio)-. Nombre artístico: Ask For Joy.

Sería un albur esclarecer si Rossetto la tuvo clara desde un principio o si ha hecho camino al andar. Sus primeras jornadas son elaboradas con prístina sencillez a partir del shoegazing y de su correlato pop en el mainstream. Hasta el 2016, AFJ acredita una producción copiosa de corto kilometraje -todos singles y EPs, ningún álbum hasta ahora-. Notoriamente genérica, además: tracks como “Everywhere” o “Sleep Fighter” podrían haberlos firmados cientos de artistas similares (de los que hoy encuentras por montones).

Es con el extended New Private Windows (2016), que se sucede una transformación innegable, al punto de obligarte a re-escuchar toda su obra precedente con otros oídos. ¿Será posible que Ask For Joy haya aspirado siempre a moldear un sonido propio maridando shoegazing y la añeja new wave de los 80s? Pregunta bastante complicada. Lo cierto es que con, New... EP, se logra ese objetivo por primera vez (no-sé-qué-tan-visionaria-pero-sí-efectivamente).

La reciente entrega del tejano sigue decidida esa dirección: A Blow And A Kiss EP (2017) recuerda, más que a la vieja guardia new romantic, a la gloriosa promoción new wave ochentera; cubierta por una recia capa baggy. La melancólica vocalización de Rossetto bucea bajo el ígneo colorido de las olas sonoras eyectadas desde resplandecientes guitarras, durante 26 de los minutos más emotivos y luminosos que haya escuchado últimamente.

Dejo aquí para libre descarga TODA la discografía rastreable en Internet de este unipersonal. Me permito una fatuidad típica de los “críticos”: reclamo la invención de la etiqueta “gazewave” para simplificar/reducir en una sola palabra la sonoridad facturada por AFJ -no es la primera vez (hice lo mismo con los arequipeños Paisaje 3 y su hoy bien conocido “trip-gaze”).


Este poppy raid finaliza trasladándose de Texas a New York y viceversa. Pocos han de ser los melómanos que desconozcan el nombre de Beach Fossils, trío que naciera como cuarteto en Brooklyn (2009). La banda, cuyo Clash The Truth (2013) le reportara fama y (algo de) fortuna, acaba de lanzar su tercera placa (Somersault).

Para quienes siguen a Beach Fossils desde el principio, el nombre de John Peña tampoco ha de serles ajeno, pues fue el bajista original de la banda. No obstante, tal vez muchos no sepan que, tras salir del grupo (2011); Peña se mudó a Driftwood, Texas, y se sacó de la manga a Heavenly Beat. Usando esta chapa, el bajista debutó en el 2012 con Talent. Yo recién le he escuchado a partir del Eucharist (2014): indie pop de ensueño para gónadas, meninges y glándulas salivares. Tres años después, HB retorna con artefacto bautizado en honor a su único animador -simpáticamente, en la página Facebook del acto se consigna, en la etiqueta de ‘Band Members’: “John Peña Now, John Peña Tomorrow, John Peña Forever”. :D

John mantiene a Heavenly Beat bajo la estela pop. Las canciones no se separan de ese esquema, pero el sonido mismo es menos pop, más dream, más electrónico. Por momentos, el disco bordea la estética muzak -no es de extrañar, después de todo HB es un proyecto de dormitorio, como asimismo Summer Heart o Ask For Joy. En su ascendencia ambiental/atmosférica, el álbum tiene cierta majestad, gracias a la obsesión de Peña por los detalles más minúsculos (“Bodega” tiene un guiño a “The Telephone Call” de Kraftwerk -oh, esplendor-). Y si por un lado John desprende ese encanto nocturno, bien laidback, por otro lado esto contrasta con algunas de las letras.

En la medida en que no hay reconciliación a la vista con la gente de Beach Fossils, no queda más que hacer de tripas corazón y seguirles tanto al uno como a los otros. Mientras sigan ambos frentes como hasta ahora, los beneficiados seremos todos/as nosotros/as.


Hákim de Merv

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