Pese a su casi
pavorosa extensión, equivalente a unos seis CDs físicos, los réditos
llamémosles “artísticos” de Doomed & Stoned Latinoamérica Vol. I (2018) no son precisamente igual de dilatados.
Esta titánica
compilación es producto del trabajo conjunto realizado por la gente del
bilingüe blog homónimo, afanosamente dedicado al stoner rock y matices afines/confluyentes
-psicodelia, sludge, doom metal, prog, psych, etc. Efectivamente, nada más
entrar a la susodicha bitácora, puedes acceder a info correspondiente a casi
todas las escenas latinoamericanas adscritas a tales “géneros”: informes,
entrevistas, noticias, dossieres geográfico-temáticos, etc. Siempre que me topo
con esfuerzos como éste, creo conveniente subrayar la persistencia en la lucha,
el tesón puesto en juego, la independencia exhibida como bandera, el amor con
que se lleva a cabo esta laudabilísima labor...
Pero estaba
hablando del Doomed & Stoned... Vol.
I. Repasando el track list orquestado por Paul Bracamonte (Perú), Matheus
Jacques (Brasil), Roman Tamayo (México) y Gonzalo Brunelli (Argentina); veo incidencia
más que recurrente en los países de nuestras latitudes con mayor vastedad.
Están, aparte de los cuatro que acabo de consignar entre paréntesis, Colombia,
Uruguay, Chile, Venezuela, y Paraguay. Aparecen además USA, cuyo único
representante -Youngblood Supercult- figura en calidad de invitado especial, y
Puerto Rico. Las ausencias más notorias son las de Bolivia y Ecuador.
Cualquier
compilación de semejantes características tiene la difícil misión de ilustrar
las múltiples aristas del género al que se consagra, de repescar a sus
principales exponentes, y de cumplir además con una mínima cuota histórica -entiéndase
antologar los eventuales hitos del género, los precursores, etc. Equilibrar
todas estas variables en un único disco es empresa en la que se debe hilar
finísimo. Hacer lo propio en dos y hasta en tres, sería mucho menos complicado,
pero entiendo los obstáculos de logística y de financiación que un proyecto así
involucraría.
Se puede pecar por
exceso, sin embargo, y ése es el principal hándicap de Doomed & Stoned... Vol. I; lo que demuestra que más, por
fuerza, no es siempre mejor. Lo hecho por un tercio de estas bandas bien podría
haberse suprimido de esta masiva compilación, y los resultados hubieran
permanecido inalterables: output compacto, denso, descomunalmente estruendoso;
el bajo grávido, el tempo pasando del ralentí a la velocidad supersónica y
viceversa; agujeros negros implosionando metagalaxias en permanente ebullición
sonora... “Meta stoner”, como propuse una vez.
Así, pues, la falla
del Doomed... no es tanto su calidad
como su extensión. Cincuenta y nueve voces hablando cada una su propio dialecto
no termina siendo tan desgastante como cincuenta y nueve voces de las que al
menos una tercera parte repite lo que las otras dos ya han dicho. Quizá
reemplazar ese tercio iterante por grupos precursores del género en cada país
de la región hubiera hecho más llevadera la inacabable jornada. Quizá no. Cuando
menos, habríamos accedido a ese conocimiento -Matus en Perú, Supercaos en
Paraguay, Hielo Negro en Chile, etc.
Naturalmente, hablo
desde la perspectiva del lego en la materia. Si me tocase hacerlo desde la
perspectiva del fan del stoner y derivados, no existe ningún motivo de queja
-en cuyo caso, más siempre será mejor: IAH, Mano De Gloria, Demonauta,
HighGüey, Bruto, nuestros Ayahuasca Dark Trip, Vinnum Sabbathi, Psiconauta,
Knei, Necro... así, hasta llegar a cincuenta y nueve.
Aunque quién sabe
sí: Fuzzkrank (Paraguay) no figura, lo mismo que Color Horror, Las Cobras (ambos
representantes de Uruguay) o Vago Sagrado (Chile). Por lo menos a los tres
últimos se los pudo ver junto a IAH e Hijo De La Tormenta, en el marco del
Festival Undercaos III -el pasado 30 de marzo, en Lima, al lado de Liquidarlo Celuloide, Satánicos Marihuanos, La Ira De Dios, Mutant Geisha y Cholo Visceral;
entre otros.
Hákim de Merv
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