jueves, 17 de febrero de 2022

Tetsuo: Vacío Existencial // Vida En Marte: Musical Meloncolía 2003 // Santiago Pillado-Matheu; La Revolución Y La Tierra // Fiorella16: Ida Y Vuelta A La Tierra De Los Insectos EP

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 9 de febrero del 2022.)

LOS DISCOS PERUANOS DEL 2021 QUE NO ALCANCÉ A RESEÑAR (III)

Hasta hace medio año, no había vuelto a golpearme un jab de Tetsuo tan duro como el que aperturase su agitado accionar, allá por el ’16. Entonces el acto trujillano respondía al a.k.a. de Tetsuo Terror Punk, y Odio Generalizado EP lo presentaba como perpetrador de un artcore embravecido y despiadado, que asimilaba propiedades tanto del gabber como del grindcore. Apartándose gradualmente del post-apocalíptico discurso de Ed Rush, Spider Net y la ominosa independiente No U-Turn, los subsecuentes asaltos de TTP profundizaban en las estéticas del grind y del también llamado Rotterdam techno -lo que ya no me inclinaba mucho a pelarle oreja.

Con el nombre recortado desde hace algunos almanaques, un lustro después Tetsuo reposiciona en primeros planos el amenazante breakcore que había ido relegando en favor de la virulencia gabber y del demencial vértigo grind -sin omitirles. Al contrario, y como sucediese en los primeros días del unipersonal, estos tres géneros se despedazan entre sí para trenzar la maníaca velocidad de las programaciones, la sobrehumana saturación de las frecuencias, la acerada intuición para seleccionar idóneos sampleos.

Vacío Existencial rompe fuegos con el jungle henchido de distorsión asesina que vomita “Revuelta Con Cadenas Sexuales”. Si no caes fulminado/a por ese garrotazo, el despegue del siguiente es comparativamente más tranquilo, aunque al rato los iracundos golpeteos neurofunk de “Vacío Existencial” terminan de convertirte en un despojo zombificado por los bpms. “Runner”, lección acelerada acerca de cómo subdividir breakbeats hasta la aniquilación, mientras un metálico riff subcutáneo abre caminos para colar el icónico monólogo del replicante Roy Batty (Blade Runner), cierra la primera cara del tape.

La iconoclasta “Suicidio De Dios” no sólo reduce las pulsaciones rítmicas a estándares tolerables, sino que catapulta a Tetsuo al período industrial de entredécada 80s-90s, cuando bandas como KMFDM, Ministry, The Young Gods, Front Line Assembly o Noise Unit imponían su imaginario de ciencia-ficción distópica al mainstream de la escena electrónica internacional (si existió alguna vez algo como eso). En clave de gabber mutante injertado de grindcore y de dubstep, la subversiva “Obligado A Creer Ciegamente” pone las cosas como al principio, en intachable preludio para el desenlace del cassette. Además de fungir de colofón, “Bulldozer” retoma en parte el planteamiento de “Runner”, maquillando/conteniendo sus oligofrénicos accesos drum’n’bass con otro riff de ascendencia metal. ¿Ejecutado o sampleado? Es lo de menos.

Lo que de veras cuenta es que Tetsuo ha revalorado el peso de la variable breakcore en su sonido, uno del cual el mismísimo Leonardo Bacteria estaría orgulloso, al menos por unas semanas. Edita este uppercut Rip Off Records (¿quién más?).

Fruto  de,  como  siempre,  un  sigiloso y paciente  trabajo  de  hormiga; aparece por fin -mira tú qué coincidencia, el 6 de agosto- el esférico de Vida En Marte que de todas maneras debes añadir físicamente a tu meloteca personal. No es que Musical Meloncolía 2003 sea pionero en trascender el formato virtual, donde se encuentra la mayor porción del prontuario de Herber Paredes, pero sí es el primero concebido en plan tour de force. En efecto, el plus que inclina la balanza en detrimento de Los Sonidos De La Adolescencia (2019), que tengo entendido fue la primera de sus referencias producida en físico; es el poseer todas las pistas entrelazadas.

Acotado ese detalle, justo es confesar que el contenido de la rodaja no difiere gran cosa de lo que el músico arequipeño de dormitorio ha mostrado con antelación. El idioma sigue siendo el mismo (bedroom pop), los rasgos de desprolijo lo fi no desorientan, la estupenda mano para los ganchos indie pop sigue portándose como buena. Cualidades que he disfrutado muchas veces al aproximarme a la obra de este individualista. La valía de MM2003, en tal sentido, radica en testimoniar la intacta capacidad del ¿ex? Hombre Del Espacio para esculpir y colorear melodías con las que sintonizar de inmediato. Después de todo, esto es bedroom pop, no música de vanguardia. Exigirle algo más equivale a pedirle manzanas al naranjo.

Entonces, hay de todo un poco en Musical Meloncolía 2003, cuyo marbete guiña ni tan sutilmente al doble Mellon Collie And The Infinite Sadness (1995) de los Smashing Pumpkins. Está la Baja Fidelidad al mango de “Arequipa Vida Lo Fi”, conviviendo con manifestaciones menos opacas pero igual de nebulosas, como la nostálgica “2003 Es El Año” o la vital “Hércules Pop”. Está además la urgencia trascendental que se adueña del formato pop en cortes tipo “La Revolución En Tus Pulmones” y “Portales”. Palpita en las letras de “Hey Meloncolía” o “Florence” (el complemento ideal para “2003...”), asimismo, la derrotista desazón heredera de East River Pipe o Casiotone For The Painfully Alone. Encendidas miniaturas pop engalanadas con esa inconfundible sencillez indie de estarle cantando al paquete de galletas sobre la mesa de la cocina, o a la caja de cigarros que algún visitante olvidó en la sala.

Se ha dispuesto a Musical Meloncolía 2003 para libre descarga desde el BandCamp de VEM. Antes de proceder con esa opción, te recomiendo hacerte de una copia del CD.

Estrenado en el ’19, el revuelo que provocó el documental La Revolución Y La Tierra se explica al abordar la principal de sus propuestas: una mirada -no hollada por los rumores míticos que convierten al militar Velasco Alvarado casi en un ente angélico, ni por los sesgos que pretende imponer la narrativa que esgrimen las clases dirigentes del país- a uno de los capítulos más álgidos y controversiales de nuestra historia republicana reciente, el de la trunca Reforma Agraria. Como efecto colateral, se revisitan las visiones que la exánime cinematografía peruana erigió en torno a esa coyuntura, antes y después: En La Selva No Hay Estrellas (1964), Tupac Amaru (1984), Espejismo (1972), Luis Pardo (1927), Muerte De Un Magnate (1981)...

Santiago Pillado-Matheu es de los contados músicos nacionales a quienes incluso las facciones más intransigentes de nuestra escena independiente les reconocen méritos y respetan. Tanto en sus andanzas al frente de El Hombre Misterioso como en el disco junto a José Antonio Mesones (Caudillismo & Pedigrí, 2004), el limeño ha enyuntado y -sobre todo- equilibrado una peculiar vocación experimental a/con formatos pop/rock alternativos. Habiendo aparentemente finalizado la historia de El Hombre Misterioso con su epónimo opus del ’16, Pillado-Matheu encaró en el ’19 un segundo debut gracias a Sanken Rei, asociado a su esposa Mariana Tschudi y a Richard Gutiérrez (ex EHM). Por desgracia, el puñado de singles que han visto la luz (8) no alcanza las cotas que otrora resultaban tan familiares al capitalino.

A pedido del director de La Revolución..., Gonzalo Benavente, Pillado-Matheu se encargó de elaborar el soundtrack para el polémico documental. La música del film se da maña para lucir asaz atemporal, pese a tomar prestadas sonoridades andinas y sampleos de procedencia diversa -más o menos a la manera del largometraje. Allí se cuentan números como “Runancaycu”, “Cumbia” o “Tierra 2” para corroborarlo. Este último, además, apunta hacia sustratos sonoros iterativos, cual macro-loops ralentizados; que ocasionan a mediano plazo veladas/ambiguas sensaciones de parsimonia y redundancia (“Funeral”, “Chambi”, “Tierra 4”).

No toda la banda sonora es así, por supuesto. Tracks de (in)cierta cacofonía como “1968” o “Tierra 2” tienen más de ambiental instalación sonora, un nicho en el que ha destacado el propio Santiago (la música de la instalación La Realidad Ausente, la de la exposición artística homónima de la placa Caudillismo...). Y evidentemente, no podían faltar los temas más accesibles, que así y todo invocan un paisajismo entre melódico y drone: el psicodélico “Asesinato En El Colegio”, el arrebato rockero de “Popachorao”, el enteógeno ritmo trippy/jazzy de “Alianza Para El Progreso”, o los bellamente bucólicos “Revolución” y “Tierra 3”.

El mérito de este soundtrack se cifra en una invitación doble -a acercarse a la obra de Pillado-Matheu y al documental en cuestión. Puedes ver la versión completa de la película haciendo click aquí.

Ha sido el 2021 un calendario bastante movido para Fiorella16. Tras la curaduría del excelente panorámico colectivo Roiduoma Vol. I: AQP Electrodoméstica Ruido S.A. y de su Tales In Deep Noise Saturation, ambos eyectados en el 20’, la identidad avant garde de José María Málaga colgó Stereoma (Singles) en el BandCamp del proyecto (marzo). Un par de meses después, aparece Narraciones Retorcidas en la nómina de Rip Off Records. Si bien el primero es una selección de canales incluidos en el dantesco Tales..., el segundo da fe de un puñado de tomas inéditas efectuadas durante el ’18 en Arequipa y en el D.F. mexicano.

El año pasado se cierra con dos lanzamientos simultáneos (7/12). Ocupa plaza en su BandCamp el single “Nulle Part” (“Mena” como b-side), mientras que el extended Ida Y Vuelta A La Tierra De Los Insectos hace otro tanto en el de la discográfica azteca Silencio EPI. Escojo este último no sólo por ser un EP, sino también por ser el artefacto del que el crédito peruano extracta la materia para el sencillo virtual, y además por haber sido cedido a la misma escudería que se la jugó con un muestrario tan complejo y de elevada calificación como Roiduoma... (¿el volumen II para cuándo?).

Interesante el sonido de F16 en IYVALTDLI EP. Fabricado en cinta, cada lado lo protagoniza una suite de 8 minutos en promedio. Ambas remiten al Ruido, pero no precisamente al que Málaga ha venido cincelando desde el inicio de su carrera, harto más cercano a la electrónica. El de este extended se halla codificado a través del post rock y de la drone music. Atmósferas tenues, artesanales loopeos ambientales, distorsión irradiada de lo fi, desencajadas figurillas drónicas; son el casquijo y la argamasa con que se levantan “De Un Mal Sueño Con Polillas Blancas / Hacia Ninguna Parte” y “Entre Idas Y Vueltas Por Cortes y Campos De Batalla / ...Y Todo Para No Encontrarte”.

Otros elementos destacables son los psicotrópicos trallazos de guitarra (como los de “De Un Mal Sueño...”), el pincel del ¿casiotón? (que dirige la insectil melodía de “Entre Idas Y Vueltas...” a partir del minuto 6), las grabaciones de campo (coronando ambas caras del EP), y la minimal/liminal línea de bajo; audible claramente hacia el final de “Entre Idas...”. Un aperitivo de cara a las nuevas empresas que se trae entre manos José María para este 2022 -el anunciado debut en largo de El Divino Juego Del Caos, entre ellas.

Hákim de Merv

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