(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 9 de octubre de 2024.)
Destaca otra diferencia importante, esta vez atenida a las dos producciones que Khrome Hitam Laga lanzase a través de InfraVox Records -una tercera se ha colgado únicamente en BandCamp propio, a mediados del presente: Ghost Tapes (Lost Demos)-. El extended de estreno pregonaba una cierta policromía que le salvaba de caer en los lugares comunes afectos al principal ingrediente de la retórica Schmerz. Éste era el gothic, matizado por el minimal synth y la coldwave, etiquetas ambas de relativa consanguinidad. Pese a que dicho protagonismo no ha cambiado, sí lo han hecho sus cotas de hegemonía.
Muy poco en Lamentum se posiciona más allá de las fronteras del dark fabulado durante los 90s desde factorías como las estadounidenses Cleopatra, Metropolis o Pendragon; o ya en los albores del nuevo siglo desde las holandesas Neophyte o Enzyme. Quizá por ahí las animosas armonías de ascendencia Xymox circa “7th Time” o “No Words”, que recupera “Eliza”. Quizá también el impulso de pop ambiental que cientos de bandas duplicaron en la segunda mitad de los 80s, plasmado en “Frozen Heart”. No mucho más. El color que abarrota la rodaja es el del gothic en simbiosis con la electrónica afín a gradaciones metálicas -de Evil Toys a Haujobb, de Pressurehed a Nosferatu.
Es evidente que el de Lamentum se corresponde con perfiles de muy específicas tribus urbanas nacidas en el seno de la cultura pop contemporánea. Hará las delicias de darkies y góticos, y probablemente sucederá otro tanto con los head hunters de la EBM y del industrial -no en vano, Hitam Laga toca asimismo en Monöchrome. Si bien he aludido a algunos segmentos en que pululan iridiscencias menos gravosas, lo que cohesiona el repertorio de cabo a rabo es la entonación de Khrome: distanciándose de EP, su fúnebre cavernosidad es completamente mórbida, sepulcral (a veces no funciona, cf. “Frozen Heart”, tan forzado como escuchar a Van Morrison cantando en un grupo tontipop español). Atenúa con sus jaspeadas vocales Casiopea Amore.
Es una naturaleza bastante disociada la de este epilogal Locopro Is Dead. De un lado, es necesario enfatizar que si bien el menú completo se acredita a la autoría del músico capitalino, ésta se plasma empleando algunas de las diversas identidades que maneja. De otro lado, DJ Locopro ha querido poner punto final a su andadura con un artefacto recopilatorio, que empero reserva algunas plazas para material nuevo. Así sucede cuando concurre Lima Centro Project, portándose con “Otros Planetas” y “Gray Is Turning Blue”. Su sino es esquizoide: mientras que el primero luce un big beat desestructurado, vencido por la propia gravedad, el segundo se ampara en la IDM de los primeros años, ésa que no necesitaba del menor pálpito percusivo para alzar vuelo. Completa la terna “Lejos De Londres”, ambient trip al alimón con Afrosky MF.
En lo concerniente a discordancia estilística, algo similar ocurre con Lutero y Teiza Raizi. Bajo el chaplín luterano, tan pronto hace implosionar Elescano un tech house de repiques vítreos (“Play”) como coser voluptuosas programaciones technoides a sampleos algo siniestros (“Seven”), creando atmósferas de ciberdélico horror folk. En cuanto a TR, no cabe esperar mayor congruencia: el armazón rítmico de “Jazzy Jungle” pondera su prosapia rebosante de swing, surcado por sampleos de inequívoca raigambre sacra en clave SD, al tiempo que “Time (Lucha Reyes Vs. Portishead)” hace honor a su denominación recreando la estética bristoliana mientras mixtura “Roads” de los genios británicos y “Regresa” de la fenecida cantante criolla.
De esta forma contradictoria y plausible, dicen adiós DJ Locopro y el potente crisol de house y techno que lo acompañara en sus días de esplendor. Es posible que algo de ello se reencause empleando Miguel Ángel a tal fin cualquier otro de sus noms de guerre. Sospecho, sin embargo, que no será lo mismo. Extrañaré su invencible constancia, su comprometida prolificidad, la solidez de las convicciones vertidas en sus discos -podía discrepar de su curso de acción, pero no de su entrega. Hasta una próxima vida, Locopro.
Hákim de Merv
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