Meses atrás,
comentaba en este mismo espacio la llamada 1era Maqueta de Carlos García a.k.a. Alienígena. No es ésa la referencia más
antigua que acredita el padrón de Rip Off Records, pero acaso sí la más
accesible. Como para añadir sabor a la sopa de piedra, un fragmento de ese demo
queda inmortalizado en Isolation (Compilado De Música Electrónica Y Ruidismo) (2020), pantagruélico doble
que funge como carta de presentación en sociedad de la escudería trujillana.
Además de ser
pareja, Mila Celis y Javier Panter mueven los hilos de Rip Off desde hace
algunos años. En principio fanzine (2018), luego le transformaron en activa
plataforma para el lanzamiento de documentos sonoros, la mayoría de los cuales
ha visto la luz en modalidad cassette. El formato pega muy bien con la línea
editorial y con la ética/mística que abraza la dupla -el Ruido. No cualquier
clase de ruido, evidentemente: aunque las publicaciones del sello no le niegan
sitio a la arisca electrónica experimental de artesonado noventero -“Sesión En Cuarentena
(2020.03.24)” de los chilenos Bullet138, por ejemplo-, el grueso de su material corresponde
a subversivas unidades de iracunda estética post industrial, a propuestas que fagocitan
el grindcore demencial de los orígenes, a bandas que se posicionan entre ambos géneros
y se sirven de ellos -re-creando la secreta asonada de vil noise inhumano urdida
en Lima durante la primera mitad de los 90s (fugaz escena documentada por la recopilación
de Buh Records Visiones De La Catástrofe:
Documentos Del Noise Industrial En El Perú (1990-1995), 2016).
Posteriores a Isolation..., la discográfica de La
Libertad ha preparado dos muestrarios con que expandir y reafirmar el alcance
de su accionar, Escenario Post Apocalíptico y su ...Vol. 2,
también en este año. Esa tríada de recopilaciones define (sin agotar) los
parámetros estéticos de Rip Off: expresiones cacofónicas dotadas de un arrastre
imparable en su ciego embiste (“Defiling The Abysmal Gates Of Isthar” de los
ecuatorianos Old Punx Must Die), sitas millas por debajo de la Baja Fidelidad
(“Martín Vizcarra” de Mauricio Moquillaza), que se disparan a velocidades speed
y grindcore (“Lo Peor De La Humanidad” de Buitre) cuando las acicatea la
Rapidez -y cuando no, sólo toleran ser descritas como bulla sin orden ni
concierto (“RAF (Raw Autonomic Fire)” de los alemanes Dirty Harry). (Des)Composiciones
preñadas de un odio visceral hecho ruido (“Verdades Politica É Utopia” de los
brasileros God Pussy), que habitan atmósferas industriales de espanto (“Destroy
Everything You Love” de los mexicanos Fabrikmutter), desgarrados sus contornos
por un noise crepitante (“World Collapse” de los filipinos SHOCK STICK TERROR)
y traspasadas por roncos berridos guturales (“Revolution” de los
nepalí-estadounidenses Bulha Morta).
El plus adicional de
estos artefactos es doble. Por una parte, su calibre internacional. Por la otra,
la constatación fáctica de la obsesiva usanza grind al bautizar su extremista
terrorismo aural recurriendo a excéntricas construcciones lingüísticas tan
dilatadas como fulminantes son sus latigazos. De Bali a Alicante, de Querétaro
a Utrecht, de Manila a Viena, de Salvador Do Bahia a Vancouver; ruidistas de
todo el orbe han respondido al llamado de la escudería. Más que con las
facilidades inherentes a un mundo globalizado, relaciono esta facultad de convocatoria
con las vastas redes de contactos por correo que las músicas no comerciales
alentaron y multiplicaron entre fines de los 80s y principios de los 90s -días
en que esperabas ansiosamente la llegada del paquete tanto tiempo soñado, con
los fanzines fotocopiados y las maquetas caseras de portada hecha a mano. Toda
una movida liberadora que reafirmase la consigna punk del “hazlo tú mismo(/a)”.
En cuanto a la
afición por sacarle el jugo al diccionario hasta la última gota, ciertamente es
una cualidad que trasciende más allá de los panorámicos de Rip Off, tal cual su
concertación con grupos foráneos. De las antedichas compilaciones -“Muerte Por Desangramiento
Por Lesión De La Arteria Femoral A Causa De Una Sobrecarga De Estridencia Sonora”
de Pucta, “En La Soledad Absoluta Y En La Decadencia Más Obscena” de Hien/Mao-,
esta manía irrefrenable se extiende al Placer Visceral EP de Buitre (“Ritual Pagano De Momificación”, “Prácticas Sagradas
De Canibalismo”), a sus splits respectivamente junto a los históricos Atrofia
Cerebral (“Mi Casetera Está Poseída Por El Demonio Del Noise”) y a Philip
Butters Prolapse (“Eméticas Confesiones De Un Drogadicto Asesino”), al
three-way tape con Demonio Tallán y los santiaguinos Grinder Flesh
(“Improvisación Libre De Violencia Sonora”)...
Hasta el momento, 2020
ha sido un año muy intenso para la label del norte. La polución sonora que le alimenta
ha cuajado en criminales cortocircuitos escatológicos como el emputado grind
noise de Pucta en Trepanación Craneal,
sobresaturado extended de coloquialismo políticamente incorrecto. Entre los
demás frutos pútridos acogidos en el regazo de la nómina, está el alias piurano
Demonio Tallán y sus dantescos accesos de crustcore. También, admirables
abortos malignos como Ruidosa Inconformidad (Chile) o Noise Conspiracy Project
(Filipinas), que practican una suerte de harsh punk; y mutantes de serie Z como
Corpse Autopsy, A Ghostly Vacuum Trapped In A Confinated Space e Ewok Noise, (ir)responsables
de un pernicioso ruido electrónico altamente nocivo para el oído. Ya en la
periferia, se agitan el hardcore drum’n’bass de Tetsuo Punk Terror, el
semblante más racional de Buitre (su “Improvisación...” se queda a muy poco de
llegar a los tres minutos, todo un record para estos turbios e insidiosos parámetros).
Notoriamente, pues,
mucho hay que destacar de esta iniciativa liberteña. La infame brutalidad del
output sónico que abroquela comporta una saludable/urgente bocanada de
vehemente y aguda antipatía hacia ese lado apolíneo de la existencia que cae
quaker de tanto que le oímos ser voceado/prescrito desde la cultura oficial y
la mass media. Un coro de alaridos ácratas, horribles, monstruosos; surcando
los titánicos ríos de lava noisica con que abrazar las sombras que todos
llevamos dentro (bajo la inmortal consigna “piratea y difunde”).
Hákim de Merv