(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 15 de febrero del 2023.)
LOS DISCOS PERUANOS DEL 2022 QUE NO ALCANCÉ A RESEÑAR (IV)
Los tratamientos de distorsión y manipulación del sonido aplicados por Elescano dan forma, así, a un LP abrumado de ambient escuezante; que irrita sin descanso al escucha. Suma en ese propósito la extensión del repertorio, harto dilatada en comparación con el minutaje promedio que suelen manejar los demás rostros del autor, llegando el cierre “Waiting” a superar la docena de minutos. Paradójicamente, “Waiting” y su nutrida colección de sonidos ambientales urbanitas se erige como lo más “tolerable” del CD.
Es el de Atlántico EP, por ende, un ambient radicalmente diferente al del álbum previo. Cientos de veces más carnoso y colorido, su espectro se abre hasta fases críticas, permitiéndose combinar barnices de electrónica minimal y de new age setentera. Incluso en sus momentos de ingente aridez (“Peces”), el plástico definitivamente resguarda una mayor musicalidad que la de PF. Y aunque tanto “Hope” como el timing asistólico de “Atlántico” son exponentes de melodías cálidas, expansivas y vivaces; toca coronar al primero por el uso intensivo de unos teclados en-la-práctica inequívocamente Hi-NRG.
Insondable misterio rodea el futuro inmediato de Maria Reiche. No queda sino perseverar estoicamente en la espera.
De las dos placas editadas por Guillén Serrano el año pasado, focalizo este breve comentario en la segunda, liberada en los idus de noviembre. Como ha venido sucediendo desde el epónimo debut (‘16), Manglar parece poner todo su empeño en escorzar la geografía de un mundo ¿paralelo?/¿distante?/¿imaginario? Ríos, penínsulas, litorales, sistemas orográficos, seres vivos; son sugeridos por el pincel de Panoptia. Uno que han moldeado por igual las oscuras suites de The Orb y las melodías angélicamente etéreas de Global Communication (binomio que mereciera mucha mejor suerte que la que recolectó).
Me queda la sensación, desvanecidas ya las barreras ornamentales, de haber descubierto en Panoptia no sólo un nom de guerre con encomiable capacidad para generar imágenes; sino también un excelente compañero para quienes preferimos la Música a la Literatura al zarpar rumbo a regiones no holladas por la imaginación de nuestra especie. Peruano, encima.
Claramente marcado por los agitados meses que atraviesa el país, el curso de acción que escoge No Nos Rendimos EP trae más de una sorpresa respecto del background construido por EOI y de las circunvoluciones con que el surcano se ha reinventado. Ésta que practica Noriega es una de las más arriesgada que ha ensayado hasta ahora. Y es que, sin trastocar influencias ni tótems, el extended barrena un derrotero entre el intelligent techno que sale despedido más allá de la estratósfera -atravesando irrefrenable tanto tiempo como espacio- y el que antropomorfizado conserva los pies sobre la tierra gracias a programaciones angulares y a secuencias aritméticas. Es como si Noriega flotase varios metros encima del suelo, sin alzar la vista hacia arriba (ni mucho menos el vuelo).
Aún en “Agosto”, canal que calza mejor con el paradigma IDM por el crecimiento geométrico de la batería electrónica, Alfonso se las arregla para no flaquear en ese justo medio que ha encontrado; mientras su voz recita parte de “Las Constelaciones” del poeta Luis Hernández Camarero. Tiene lugar, así, un EP sólido; donde colaboran Leko López (Prados Perfectos, Puna, Rupturas) y Andrea Halley (cuya voz se aprecia en “No Nos Rendimos, Me Decías”).
Por lo pronto, los ocho asaltos dispuestos en el “compi” tienen algo en común: sin dimitir de la consabida simpleza a la que es tan afecta la producción promedio del seudónimo mistiano, PRPA luce un estilo un tanto más elaborado. Puede ser esa cuota diminuta de lisergia surreal que guiña a Robert Pollard, la que ahora distingue el pop de forma y función/punción indie recuperado aquí. Apenas si hay destellos de dream pop, que en ningún caso se transmutan en shoegazing. Por lo demás, el encanto de la tosquedad/el perfume del amateurismo te encuentra a cada paso. Incluso en “Christmas Boy”, quizá el instrumental más logrado desde un punto de vista técnico en la grabación.
Líneas sencillas, melodías pegajosas, encanto pedestre. “Home Alone 2”, “Stupid Mall”, la tristona e innecesariamente larga “Guided By Moses” (¿viste que tan equivocado no estaba aludiendo al histórico grupo de Pollard, Guided By Voices?), “Herber’s Picnic”, “Robin”... Muestras de un sonido ya afianzado, pop hasta el tuétano, que puede sustituir la eléctrica por la de palo sin que el armazón se resienta mayormente. Diagnóstico del que también participa la ‘new version’ de “1987, 1986”, único track del esférico que incluye voz -en un estado tan “borroso”, que ésta termina siendo ininteligible.
AVISO DE SERVICIO PÚBLICO: Para primeros de diciembre, Paredes colgó la primera recopilación formal de la principal de sus chapas. En versión digital, VEM HIStory: Past, Present And Future contiene sólo 22 de los 32 rounds que incluye la edición física en cinta. Había pensado comentarle, pero como se ha anunciado que éste es sólo el ‘Book I’, mejor me espero a que salga también el segundo libro.
Simultáneamente, el rojinegro soltó bajo nombre civil un registro en los bytes del BandCamp de la label uruguaya con sede social catalana Hamfuggi Records. Paisaje Azul (‘21) va en consonancia con la propuesta del sello, que apuesta fuerte por el avant garde y el sound art, ambos en estado químicamente puro. Paisaje... no tiene mucho de esa línea, pero sí de un ambient que se las arregla para calificar como experimental sin evitar ser draconiano.
El rubro que ahora ha decidido explorar Tanta Chávez usando el a.k.a. de Necrosante, esta vez abrigado por el regazo caliente de Rip Off Records, es completamente distinto al de su fugaz incursión en el padrón de Hamfuggi -si bien más próximo a lo mostrado como Sintonía Muerta. El autor vuelve a arrojarse de cabeza en los brazos del industrial, haciendo asimismo lo propio en los del EBM, tentando establecerse a medio camino de uno y otro discurso sonoro en un mini-álbum de título Cadáveres Electrónicos. Aún cuando rudos, los rasgos de este artefacto son también sencillos, como haciéndose eco del credo minimal que observa Tanta Chávez desde los días de SM.
Destaco dos surcos por distintas razones. Curiosamente, son la apertura y clausura de Cadáveres Electrónicos, cuyo tiraje físico consta de sólo 20 unidades en formato cassette. La primera, “Oda Al Horror Y La Inmundicia”, samplea sin cesar dos porciones vocales de Pink Flamingos (1972), el escatológico clásico de John Waters que inmortalizó a la drag queen Divine, muy a tono con el apocalíptico planteamiento. La segunda, “Inanire”, da el paso que Necrosante estuvo insinuando todo el rato sin atreverse a ir más allá: techno industrial hecho y derecho, digno émulo/par de Front 242 o Leæther Strip, que acaba en un efímero pero intenso estallido de crisis distópica.
Bacán. Nomás no se olvide Tanta Chávez de legar para la posteridad un documento bien producido de SM.
Lo primero que debe decirse de un grupo como Thank You Lord For Satan y su epónimo debut, es que no hay que dejarse sugestionar por semejante denominación. Se supone que esto ya no debería ser ninguna novedad en el siglo XXI, pero algunos otros protagonistas de la nómina Buh Records podrían hacer pensar que una banda con tremebundo alias está en el mismo sendero que Puppies In The Sun, por poner un ejemplo. Basta con saber quiénes están tras Thank You Lord For Satan para descartar de plano paradojas como ésa y similares -Ayahuasca Dark Trip, Doppelgänger, Jacko Wacko.
Si hay que escoger una sola etiqueta para catalogar a TYLFS, ésa es la del pop. En ningún momento, la rodaja tiene la intención de sonar experimental, vanguardista, ni tan siquiera innovadora. Esa única etiqueta, con todo, no basta para describir el intenso sonido del dúo. Aunque el formato sea pop, asimila una buena cantidad de referentes. Si bien el elemento preponderante es la psicodelia, tanto en su variable psych sesentera como en su variable neo de fines de los 80s, no es inconcebible detectar indirectas al synth pop y al folk. La mirada que echan en derredor estos ocho cantares tiene algo de velvetiana en la imperfección de su registro -entendiéndose lo de “imperfección” según los asépticos parámetros impuestos por el advenimiento de la era digital en la nueva centuria. No en vano alberga el spanglish de “Conversations Al Amanecer” un tufo más que pronunciado al “Sweet Jane” de la Velvet Underground.
Pronto estará disponible una edición vinílica de la presentación en sociedad del tándem. Debería también planificarse una en compact disc. En ambos casos, no estaría mal contar con un inlay card/booklet que consigne las letras de estas (siete) excelentes composiciones, fluctuantes entre la vocación crooner de Gates y la melodiosidad de La Hoz.
Hákim de Merv