jueves, 27 de agosto de 2020

Rip Off Records

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 19 de agosto del 2020.)

Meses atrás, comentaba en este mismo espacio la llamada 1era Maqueta de Carlos García a.k.a. Alienígena. No es ésa la referencia más antigua que acredita el padrón de Rip Off Records, pero acaso sí la más accesible. Como para añadir sabor a la sopa de piedra, un fragmento de ese demo queda inmortalizado en Isolation (Compilado De Música Electrónica Y Ruidismo) (2020), pantagruélico doble que funge como carta de presentación en sociedad de la escudería trujillana.

Además de ser pareja, Mila Celis y Javier Panter mueven los hilos de Rip Off desde hace algunos años. En principio fanzine (2018), luego le transformaron en activa plataforma para el lanzamiento de documentos sonoros, la mayoría de los cuales ha visto la luz en modalidad cassette. El formato pega muy bien con la línea editorial y con la ética/mística que abraza la dupla -el Ruido. No cualquier clase de ruido, evidentemente: aunque las publicaciones del sello no le niegan sitio a la arisca electrónica experimental de artesonado noventero -“Sesión En Cuarentena (2020.03.24)” de los chilenos Bullet138, por ejemplo-, el grueso de su material corresponde a subversivas unidades de iracunda estética post industrial, a propuestas que fagocitan el grindcore demencial de los orígenes, a bandas que se posicionan entre ambos géneros y se sirven de ellos -re-creando la secreta asonada de vil noise inhumano urdida en Lima durante la primera mitad de los 90s (fugaz escena documentada por la recopilación de Buh Records Visiones De La Catástrofe: Documentos Del Noise Industrial En El Perú (1990-1995), 2016).

Posteriores a Isolation..., la discográfica de La Libertad ha preparado dos muestrarios con que expandir y reafirmar el alcance de su accionar, Escenario Post Apocalíptico y su ...Vol. 2, también en este año. Esa tríada de recopilaciones define (sin agotar) los parámetros estéticos de Rip Off: expresiones cacofónicas dotadas de un arrastre imparable en su ciego embiste (“Defiling The Abysmal Gates Of Isthar” de los ecuatorianos Old Punx Must Die), sitas millas por debajo de la Baja Fidelidad (“Martín Vizcarra” de Mauricio Moquillaza), que se disparan a velocidades speed y grindcore (“Lo Peor De La Humanidad” de Buitre) cuando las acicatea la Rapidez -y cuando no, sólo toleran ser descritas como bulla sin orden ni concierto (“RAF (Raw Autonomic Fire)” de los alemanes Dirty Harry). (Des)Composiciones preñadas de un odio visceral hecho ruido (“Verdades Politica É Utopia” de los brasileros God Pussy), que habitan atmósferas industriales de espanto (“Destroy Everything You Love” de los mexicanos Fabrikmutter), desgarrados sus contornos por un noise crepitante (“World Collapse” de los filipinos SHOCK STICK TERROR) y traspasadas por roncos berridos guturales (“Revolution” de los nepalí-estadounidenses Bulha Morta).


El plus adicional de estos artefactos es doble. Por una parte, su calibre internacional. Por la otra, la constatación fáctica de la obsesiva usanza grind al bautizar su extremista terrorismo aural recurriendo a excéntricas construcciones lingüísticas tan dilatadas como fulminantes son sus latigazos. De Bali a Alicante, de Querétaro a Utrecht, de Manila a Viena, de Salvador Do Bahia a Vancouver; ruidistas de todo el orbe han respondido al llamado de la escudería. Más que con las facilidades inherentes a un mundo globalizado, relaciono esta facultad de convocatoria con las vastas redes de contactos por correo que las músicas no comerciales alentaron y multiplicaron entre fines de los 80s y principios de los 90s -días en que esperabas ansiosamente la llegada del paquete tanto tiempo soñado, con los fanzines fotocopiados y las maquetas caseras de portada hecha a mano. Toda una movida liberadora que reafirmase la consigna punk del “hazlo tú mismo(/a)”.

En cuanto a la afición por sacarle el jugo al diccionario hasta la última gota, ciertamente es una cualidad que trasciende más allá de los panorámicos de Rip Off, tal cual su concertación con grupos foráneos. De las antedichas compilaciones -“Muerte Por Desangramiento Por Lesión De La Arteria Femoral A Causa De Una Sobrecarga De Estridencia Sonora” de Pucta, “En La Soledad Absoluta Y En La Decadencia Más Obscena” de Hien/Mao-, esta manía irrefrenable se extiende al Placer Visceral EP de Buitre (“Ritual Pagano De Momificación”, “Prácticas Sagradas De Canibalismo”), a sus splits respectivamente junto a los históricos Atrofia Cerebral (“Mi Casetera Está Poseída Por El Demonio Del Noise”) y a Philip Butters Prolapse (“Eméticas Confesiones De Un Drogadicto Asesino”), al three-way tape con Demonio Tallán y los santiaguinos Grinder Flesh (“Improvisación Libre De Violencia Sonora”)...


Hasta el momento, 2020 ha sido un año muy intenso para la label del norte. La polución sonora que le alimenta ha cuajado en criminales cortocircuitos escatológicos como el emputado grind noise de Pucta en Trepanación Craneal, sobresaturado extended de coloquialismo políticamente incorrecto. Entre los demás frutos pútridos acogidos en el regazo de la nómina, está el alias piurano Demonio Tallán y sus dantescos accesos de crustcore. También, admirables abortos malignos como Ruidosa Inconformidad (Chile) o Noise Conspiracy Project (Filipinas), que practican una suerte de harsh punk; y mutantes de serie Z como Corpse Autopsy, A Ghostly Vacuum Trapped In A Confinated Space e Ewok Noise, (ir)responsables de un pernicioso ruido electrónico altamente nocivo para el oído. Ya en la periferia, se agitan el hardcore drum’n’bass de Tetsuo Punk Terror, el semblante más racional de Buitre (su “Improvisación...” se queda a muy poco de llegar a los tres minutos, todo un record para estos turbios e insidiosos parámetros).

Notoriamente, pues, mucho hay que destacar de esta iniciativa liberteña. La infame brutalidad del output sónico que abroquela comporta una saludable/urgente bocanada de vehemente y aguda antipatía hacia ese lado apolíneo de la existencia que cae quaker de tanto que le oímos ser voceado/prescrito desde la cultura oficial y la mass media. Un coro de alaridos ácratas, horribles, monstruosos; surcando los titánicos ríos de lava noisica con que abrazar las sombras que todos llevamos dentro (bajo la inmortal consigna “piratea y difunde”).


Hákim de Merv

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