jueves, 13 de junio de 2024

Rafael Sáez: Plenilune

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 5 de junio de 2024.)

Músico electrónico con pinta de coetáneo mío -es decir, joven aún (jejeje)-, desde Madrid han llegado buenas nuevas sobre Rafael Sáez, quien debuta bajo nombre civil a inicios del pasado marzo colgando en su cuenta de SoundCloud las pistas correspondientes a Plenilune. Bonita sorpresa por varias razones -acaso la más importante de ellas: la vieja escuela pre-kraftwerkiana no tiene por qué estar necesariamente reñida con las mocedades synth que izaron antorcha de rebelión a inicios de los 80s, inspirándose en los Robots de Düsseldorf. Ni rechazar ambos subgéneros sonidos más próximos al estipendio del baksheesh.

Efectivamente, Sáez se emociona por igual escuchando a Ultravox y a Jean Michel Jarre, a Depeche Mode y a Vangelis, a Yazoo y a Tangerine Dream. Su estética se alimenta de las sonoridades que emiten un Yamaha DX-7II o una Commodore 64, un GRP A4 Synthesizer o un Oberheim Xpander. Sirviéndose de la interface MIDI para empalmar unas a otras, el output resultante cuaja las más de las veces en un macizo synth pop de sólidas, casi hercúleas secuencias proto-trance. Ésa es una forma de decirlo. Acaso más apropiada para Plenilune, otra sería afirmar que el peninsular cose el sofisticado input glacial de adalides como Gary Numan o John Foxx a la electrónica casi polifónica de rancio cuño, dando lugar así a un continuum que resplandece apolíneo gracias a programaciones refractarias del imaginario de la sci-fi más entusiasta.

El empleo de bpms de alto octanaje envuelve a Plenilune en un halo de futurismo indesmayable, pese a lo cual Sáez se da maña para sortear la uniformidad. Calentar motores y dar la largada con “Stars”, todo es uno. Llena de vitalidad impetuosa, producto del coqueteo con el trance a lo Oakenfold o Tiësto, la pieza corre hacia una segunda parada igual de robusta que la anterior: “Fly To Your Dream”. Sin abandonar el crisol al que ha accedido desde el inicio, la síncopa va amansándose con “Rain”, “You Want Me” y “Fallen Dreams”; estos dos últimos en remezclas acreditadas al gaditano Cyborgdrive. Aquí es manifiesta la reducción de velocidad en los beats, lo que de paso ayuda a que ingresen otros colores -el string artificioso de “You Want Me...”, un rango vocal más agudo que los que desfilaron en números precedentes...

Tras “Fly...”, “Together” es el canal que más se empeña en rozar el trance, aunque la aproximación está bastante lejos de concretarse. De hecho, la imagen proyectada por el tema emite destellos de ese corte, felizmente sin requerir del sonsonete repetitivo consustancial al también llamado “atmospheric house”. O de su agilidad. Despojada de la reverberante fastuosidad de su contraparte remixeada, la toma original de “You Want Me” se acerca al synth pop de pro, lo mismo que “Walk Alone”. Este surco, no obstante, luce lo bastante esquematizado y simplificado como para adherirse al descafeinado pop mainstream del siglo XXI -el único momento del CD que me parece prescindible. Afortunadamente, Plenilune alza vuelo de nuevo con sendos remixes de “Together” y “Stars”, respectivamente a cargo del español McV ADSR (que coproduce el álbum) y de Jonás Larsson. En ambos casos, regresa a primeras planas la jocunda alquimia que brillase nada más iniciarse la jornada, cerrando ésta en plan fin-de-fiesta.

Fruto de un trabajo de seis años, Plenilune no ha satisfecho las ansias editoriales de Rafael Sáez. El madrileño ha anunciado la confección de un artefacto de remixes (titulado provisionalmente Black Sun), del que ya se han dejado escuchar algunos adelantos, y su inmersión en el concebimiento de su segundo opus en estudio. A tal efecto, sugiero que las versiones normales de canciones e instrumentales se posicionen primero en el track list, y se reserven las remezcladas para el final -como se acostumbraba antaño. Confunde un poco escucharles a la inversa.

Hákim de Merv

2 comentarios:

  1. Mil gracias por esta hermosa reseña de mi álbum , me ha encantado

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    1. Un placer, estimado Rafael. Mientras el cuerpo aguante, estos bytes siempre estarán abiertos a proyectos y artistas independientes, no importa las latitudes de donde provengan.

      Fuerte abrazo desde el lejano Sur.

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