(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 13 de septiembre del 2017.)
Un agradable par,
como dijese alguna vez la Harvest Records, que para la navidad de 1973 empacó “medio-leoninamente”
en un álbum doble los dos primeros LPs de Pink Floyd -esos lingotes de 24
kilates que responden a los nombres de The Piper At The Gates Of Dawn (1967) y A Saucerful Of Secrets (1968)...

A fin de ordenar en
algo sus enormes bancos de data audiovisual, este año Marco se ha sacado de la
manga una nueva identidad: 27 U H F, cuyo Luna EP fuera reseñado en estos bytes. Redundo si parafraseo lo que dije en aquella
oportunidad sobre el extended -a saber, que el nuevo proyecto es vaporwave, con
el mismo sentido del humor que el de Luján e idéntica muñeca para la selección/el
tratamiento de los samples. Esta suerte de transustanciación deja una
gigantesca interrogante sobre el futuro de Luján, interrogante que sólo el
músico puede responder.

Cuando el Windows
Media Player se ceba en Nostalglitch,
algunas veces creo escuchar a Luján y no a 27 U H F, como en “c ▲ r n ▲ v ▲ l”, “ცరﻯﻯą ƿą२૯”, “Teleavisos.exe”
o “パナニーホテル”. Mientras las tres últimas son
tributarias de ese coctel “high tech” de bossa nova/space age/lounge al que
eran tan afectas las producciones setenteras de las grandes cadenas televisivas
latinoamericanas, la primera no puede domeñar el ímpetu del sampleo que le da
forma, y califica perfectamente como un outtake del Safaridélica (2010) e incluso del Bolero 3000 (2008). Acorde, sin embargo, con las frecuencias que 27
U H F visita; el resto del disco es vaporwave de sabor latino -o mejor, y antes
de que te dé un patatús, vaporwave de resonancias latinas. Luis Miguel en “R♥M▲NTIK”,
el pacharacón cuarteto italiano Ricchi e Poveri en “損失 ???????”, la
inevitable Jeannette en “ノスタルジア84”, nuestro canal 9
en “ͣTV is Ḏ∃∀Д (“Andiiiiiiiiiiiiiina
De Televisión”) y hasta un insólito matrisuicidio de Rita Lee y Roxana Valdivieso circa Carmín en “香水ゾーン
85”.
Lo dicho, pues. La
técnica del vaporwave -Pitch juguetón, construcciones glaciares, lo fi
premeditado, TimeStretch a contrapelo- al servicio de referentes de pretérito
perfecto e imperfecto que evocamos con naturalidad. Todavía no decido si Nostalglitch califica como candidato a
disco nacional del 2017, pero sí merece como mínimo un lugar en los recuentos
de fin de año.
Zetangas &
Monsters De Comida. Zetangas And The Monsters De Comida. Zetangas And The
Monsters Of Comida. Simplemente Zetangas, para mí.

El cuarto episodio
de García -quinto, si se contabiliza la antedicha recopilación- asciende sobre
sus predecesores condensando muchas de las ideas desarrolladas en éstos y
logrando una jornada rotunda tanto en la duración como en los réditos
artísticos que obtiene. Y es que el sonido de Zetangas es sincrético: advierte,
lector, que no hablo de pop, de rock o de electrónica. Hablo de SONIDO: el
también ex Rayobac renunció a esa clase de formalismos bastante tiempo atrás, o
al menos de esta guisa lo entiendo, haciendo en la práctica imposible cualquier
ensayo de etiquetado taxonómico. Su música, todavía más la de este Paradiso Eterno, puede verbalizarse como
un insospechado entrabe de rock y electrónica, de experimentación sagaz y
accesibilidad popular; sin por ello necesariamente evocar reinvenciones de
dominio común como la rocktrónica de The Chemical Brothers y Propellerheads.

Hákim de Merv