miércoles, 25 de septiembre de 2024

Mumrunner: Valeriana

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 18 de septiembre de 2024.)

Muy a destiempo -cuatro años, nada menos- me doy por enterado de las existencia y puesta de largo de Mumrunner, alineación finlandesa originaria de Tampere, en la zona sur de la nación escandinava. Aunque sospecho que el cuarteto pervive, ya que su Facebook registra actividad hasta fines del ‘23, con seguridad Valeriana ostenta todavía la condición de última producción publicada. En físico, el esférico fue coproducido por la estadounidense Shelflife (para América) y por la germánica Through Love (para Europa).

Los inicios de Mumrunner se remontan a 2014, cuando se lanza el single “Zit”, ocupando “Rut” el consabido lado B. Si bien ya entonces eran cuatro, no son los mismos que llegarían a grabar el debut: en el camino se uniría Michael Kloet a Kati Säger (bajo), Juuso Peltonen (batería) y Sauli Hämäläinen (guitarra), en lugar de un tal Jukka; vocalista que abandonó el combo después de editarse Gentle Slopes EP en el ‘16. Por fortuna, la voz de Sauli se parece bastante a la de Jukka, generándose así una nada desdeñable impresión de continuidad.

Desde el puntapié de largada del ‘14, quedó evidenciado que lo de estos nórdicos se decantaba por enyuntar el indie y el shoegazing, dos géneros que a mediados de los 90s comenzaran a sincronizarse y a converger más de lo que las apariencias sugerían. Luego de un par de sencillos virtuales y del extended play mencionado, Valeriana confirmaba las cualidades por las que Mumrunner había decidido apostar. Si bien “Foe” era un aplicado ejercicio de baggy bastante ágil para los paradigmas de estilo, no evitaba correr sobre el pavimento del indie pop de principios de siglo.

A posteriori de la apertura, Mumrunner elige bascular. En “Remember Me”, los fineses acentúan el filón de indie dulce y doloroso adoptando los modos del solitario neoyorkino Nicholas Nicholas -el vapor lo fi con que el grupo flirtea complota para viabilizar el símil. Sin repetir influencia, la pesadumbre murriosa del instrumental “Valeriana” hunde el dedo en la llaga, lo mismo que “Woe”. Por contraste, el dream pop desplegado en “Mirage”, “Haven” o “Easy Life” se devela más cuajado: aunque los colores predominantes dependan en mayor o menor grado del tempo -raudo en “Haven” y en “Easy Life”, a media máquina en “Mirage”-, en el “peor” de los casos puede el/la escucha paladear una nostalgia muy agradable.

El CD cierra con “Transient” como mordiéndose la cola, pese a darle más protagonismo al soporte rítmico que a las vocales y sobre todo a la eléctrica -aparece a cuentagotas en el epílogo. De todas maneras, es suficiente para redondear el estreno cumplidor de una agrupación que nos queda al otro lado del mundo. 31 minutos sin nada que sobre y con algunas cosas faltantes. Desde entonces (‘20), de Mumrunner no se han vuelto a tener noticias. Como subrayé al inicio, su página Facebook continuaba mostrando actividad hace doce meses. El detalle es que ésta era mínima. ¿Habrá sido la banda otra “víctima” del COVID-19?

Hákim de Merv

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