(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 4 de junio de 2025.)
Aparecido hacia la quincena de julio del ‘24, en X’s el grupo ha optado por seguir depurando su laxo sonido característico, navegando para ello hacia aguas comparativamente algo menos turbulentas. No sería correcto afirmar que CAS se ha reblandecido o que ha liado bártulos y dejado atrás la meditativa calma minimal del slowcore, pero sí que éste luce parcialmente menos adusto/lánguido/añorante a través suyo. La mitad del menú que postula el CD cobija esa animosidad de mayor calidez y menor abatimiento, entremezclada a una otra mitad que prioriza las ambientaciones introspectivas y el folk estadounidense de instintivas emociones francas e incontenidas, como para dejar en claro que los músicos de El Paso ya han hecho su elección de por vida y morirán abrazados a ella.
Se ha escrito mucho en estos meses sobre el escaso riesgo que ha asumido en X’s el trío formado por Greg Gonzalez (voz y guitarra), Jacob Tomsky (batería) y Randall Miller (bajo). Es cierto. Ni por asomo, el combo abandona la ruta trazada desde los días de su epónimo episodio, hace ya un ochenio. A cambio, ha entregado un álbum de belleza tan elemental como desarmante, que no se marchita ninguna de las veces que es reproducido (y van...). Desde la tenue delicadeza de la trilogía de apertura “X’s”-“Tejano Blue”-“Silver Sable”, generosa en una melancolía tan dulce como cansina, hasta la de cierre “Hot”-“Dreams From Bunker Hill”-“Ambien Slide”, profusa en visos imperturbables y tonalidades apagadas que penetran y abrasan al estilo del mejor slowcore; X’s es la placa que saca lustre a todo lo ofrecido por la alineación durante sus primeros quince años de flemática actividad.
“...When Everything Was Beautiful With Us”... Maldito Gonzales. Extrañamente, he llegado a estimar más X’s en lo que va del ‘25 que cuando alcanzó mis tímpanos. Suele pasar que determinado tipo de música es más adecuadamente apreciado cuando el espíritu está en el mood exacto que permite la sincronía absoluta, como me sucedió con Elisa Tokeshi (tuve que irme un poco/bastante a la mierda para conectar con Mi Peor Accidente, su EP de este año). Celebro que Cigarettes After Sex haya editado sus extraordinarias rodajas antes de ser casi una persona normal, y que sólo a punto de finalizar este período haya entregado otro de sus enternecedoramente abrumadores breviarios.
Hákim de Merv