jueves, 23 de abril de 2020

Rü: Rojo

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 15 de abril del 2020.)

Nueva entrega de , quizá el exponente más conspicuo del bedroom pop limeño. Para la ocasión, Bruno Cuzcano ha reducido notablemente las opciones que venía manejando el guardarropa de su proyecto solista, dosificándole esa habilidad proteica refrendada por jornadas anteriores de mostrar varios rostros distintos -shoegazing, psicodelia, funk, indie, lo fi, electrónica...- durante una misma entrega.

El bedroom pop propuesto en Rojo ha quedado reducido a su filón indie, entonces. Al menos por ahora. No es que se hayan difuminado los matices, o los arreglos un toque sorpresivos, pero sí puede decirse que todos ellos tienden a uniformizarse con el fúlgido candor de la música dispuesta por Rü en este volumen -candor que recuerda su poco al de los efusivos primeros trabajos de La Buena Vida y al del epónimo debut en 33 de Le Mans.

Apuesto a que este panorama es producto de lidias varias con el vil sentimiento. Y es que el joven individualista parece flotar hoy en uno de esos períodos entre la desilusión subsecuente a una ruptura amorosa y los albores de una nueva relación sentimental, etapas que la Vida suele atiborrar de indulgente saudade. Ese tristón humor miserabilista que copa letra y música recibe confirmación del propio Cuzcano, quien en las notas de BandCamp dedica 10 de las 13 canciones a su ex y las restantes a otra (no aclara si se refiere a otra ex o simplemente a alguien más).

Secundado por el baterista Sergio Maldonado, cuya recurrencia indica una paulatina integración a  en funciones de músico de estudio, Bruno se asocia a nuevos nombres para despachar estos óleos pletóricos en narraciones de desencuentros y expectativas frustradas: César Gutiérrez se encarga de la flauta traversa en “En Tus Lunares” y “Tú”, mientras que Piero Rodríguez apuntala la percusión en esta última y “En Tu Boca”. Sin embargo, quien se roba los flashes es un músico lacónicamente acreditado como David, ¿miembro?/¿ex miembro? del grupo venezolano Dante Y La Divina Comedia. Su saxofón se lleva de maravillas con muchos pasajes de Rojo.

Sea en la aproximación en sutil clave space age a la bossa nova brasilera de “En Tus Lunares”, en los medios tiempos proto-baladescos de “Mi Niña” y “Antes De Que No Pasara”, en el revoltijo de falsos jazz y soul blancos a lo Kenny G de “Psicópata De Mierda” y “Estábamos Ciegos” (¿guiño al vaporwave?), o en las trepidaciones cuasi-mediterráneas de “Tú”; el saxo no sólo deja su firma indeleble, sino que también fluye armoniosamente con esa marea de pop a la que el esférico ha sido ofrendado. Un pop que puede ser melifluo y estar sazonado de palabrotas como en “Todos Los Días”, o elevar las lecturas de sacarosa como en “Chinita”. Un pop que tan pronto puede mostrarse vigorosamente semiacústico (“Hueles A Que Me Vas A Romper El Corazón En Un Millón De Pedazos”), como eléctricamente deschavado (“Me Das Asco”) o raudo y resuelto (“En Tu Boca”).

No se me termina de acomodar el hecho de que Cuzcano haya eliminado de su catálogo discográfico el extended Patético (2019). Podría alegar que Rojo es la primera referencia del capitalino para una escudería independiente, la renombrada LaFlor Records, y el incluir en el largo dos de cuatro temas del EP (“Tan Vacío” y “Tan Loco”) lo inclinaron a esa supresión. Sería especular. De cualquier modo, lo que sí representa Rojo es el arribo a un cierto grado de madurez como productor y cantautor bedroom pop, el lente meloso y acibarado con que este músico de 20 abriles enfrenta nuevos escenarios anímicos, propios de la segunda juventud.

El disco merece puntaje adicional por su voluptuosa portada -fotografía, acreditada a Soledad Samamé, de una composición plástica creada por José Andrés Lezma (que bastante de naturaleza muerta tiene, en la pobre opinión de un aficionado a la pintura).


Hákim de Merv

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