lunes, 31 de julio de 2017

Ballena Negra: Fue

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 19 de julio del 2017.)

Cazado a la primera, y a la primera también adecuadamente convertido a formato físico. No recuerdo ya qué camarada chileno/a anunció desde su muro de Facebook este lanzamiento, pero sí que dijo algo como “qué tal discazo que se ha mandado Ballena Negra”. Suficiente para concitar mi interés, siempre ávido además de novedades (el título ha aparecido a comienzos del presente año).

Resultó siendo un debut en largo este Fue -el del cuarteto santiaguino que conforman Daniel Velásquez (bajo, coros), Jorge Blanco (batería, efectos), Matías Muñoz (primera guitarra, teclados, coros) y Jorge Avello (voz, segunda guitarra). Como grupo, Ballena Negra funciona desde febrero del 2015. En feedback a este hallazgo, he encontrado que el combo acredita un EP epónimo hacia comienzos del 2016, colgado en su BandCamp para descarga gratuita (y cuyas tres canciones han sido rescatadas en Fue). Pensando descubrir en su SoundCloud temas no incluidos en el disco, constaté que sencillamente no es el caso.

Diagnóstico parco pero certero, el de mi amigo/a del Sur: Fue es un disco ma-yús-cu-lo de indie rock. Cada canción revela toneladas de profesionalismo de parte de estos gallos -en lugar de arriesgarme a invocar estudios de música, prefiero remitirme a testimonios de primera mano que hablan de experiencias precedentes y de vocación perfeccionista, así como de una extensa y exhaustiva capacitación en directo (performances sin tregua a través de distintos puntos en su natal Santiago). Asimismo, cada tema contiene una potencia explosiva que, lejos de colisionar con la encarnación estética que lo reviste (no lo hace ni una sola vez); la complementa y robustece.

Con veintitantos años a cuestas, los límites del indie rock se han difuminado lo suficiente como para abrigar casi cualquier  otro  género  sin  perder  los  propios rasgos identitarios. Abrazar  el  sonido de  un  estilo  de hacer música  determinado  pero  no  su pathos es, ciertamente,    el   legado mayor  del  indie -truco que sin embargo todavía no todos captan (algunos medios gringos insisten en seguir calificando como “synth” a Future Islands, ya ves que en todos lados se cuecen habas)-. Principalmente una banda indie -expansiva y delicada, visceral e intimista-, Ballena Negra es también pop (“Años Luz”), “electrónica” (“Mírame”), rock (“Miénteme”), dark (“Sueños”), neopsicodelia (“Terciopelo”)... Libre. Como el mejor Lucybell -pero vamos, sugerido el parangón y aunque los espíritus se parezcan, el hálito es otro.

Pertenezcan a estallidos como “Sueños” o “Miénteme”, a números más tranquilos como la apertura “Atacama” o “Pájaros”, las letras de Fue tienden a ser reflexivas; bien la inteligencia que las canta esté en sus cabales, bien haya perdido la cordura. Detalle que se agradece en el alma, además de otros como el esmero en producción, mezcla y masterización final del disco -el marco ideal para un álbum altamente expresivo y redondo en cada uno de sus minutos. Pese a que todavía no se acaba este 2017, al menos en lo tocante a Chile yo ya tengo bastante claro un candidato de peso cuando menos a debut del año.


Hákim de Merv 

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