jueves, 22 de febrero de 2018

Olaya Sound System: Música Del Mar // Vieja Skina: El Regreso De La Luna Verde

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 14 de febrero del 2018.)

Si bien a prima facie puede parecer un tanto arbitrario elegir para esta reseña doble a grupos que lucen relativamente disímiles, ambos guardan más en común de lo que ese somero primer vistazo revela.

Vieja Skina y Olaya Sound System provienen de las nuevas hornadas con que la escena independiente peruana ha afrontado su renovación en el siglo XXI. En consecuencia, su genealogía no está lastrada por los vicios de forma, contenido y función que determinaron el camino de sus más discretos pares en los 80s y los primeros 90s -vicios cuya supervivencia ha quedado felizmente relegada a guetos que todavía hoy persisten con géneros fosilizados in extremis. Los dos combos, además, tienen ya trayectorias que cuentan con al menos tres capítulos: cada uno, en lo suyo, ha alcanzado cierta proyección entre el público dentro y fuera de las fronteras nacionales -los Olaya vienen de una seguidilla de exitosos conciertos por el norte del país, y los skineros se presentaron hace unos cuantos días en un festival de ska en Colombia, al lado de los legendarios Bad Manners y su showman, el alocado Douglas Trendle/Buster Bloodvessel. Finalmente, tanto unos como otros se formaron allá por el 2008, partiendo de raíces cuyas conexiones telúricas los guían/conducen hacia un único punto geográfico: Jamaica.

Lo que pocos saben es que las primeras colaboraciones de ambos nombres fueron también, digamos, conjuntas. Al lado de Pilotocopiloto, Barrio Calavera, Plug-Plug, Las Amigas De Nadie, The Emergency Blanket, Stereo Karma, Deskartables y Mi Jardín Secreto; Olaya Sound System y Vieja Skina saltaron al verde a través de Elecciones Munisicales 2010: El Rock Limeño En Campaña (2010), publicado para libre descarga por Dorog Records. Estas primeras colaboraciones son indiciarias sólo parcialmente: mientras que VS acometía su performance en clave de ska, OSS visitaba las llanuras roots reggae (“La Mentalidad Del Hombre”) y dirigía no pocos guiños a la fusión (“Los Olaya”). A partir de este punto, separo las historias para su mejor exposición.

Nadar En El Cemento (2010) conserva esa vena roots que Olaya Sound System exhibía en “La Mentalidad...”, ciertamente un poco más salpicada que antes de raggamuffin. La fusión con las sonoridades de índole tropical-andina que anunciaba “Los Olaya” no sería explorada a consciencia sino a partir del segundo largo, Nuestra Casa (2012). Con Quién Es Quién (2015) y el reciente Música Del Mar (2017), queda en evidencia que el norte de los Olaya siempre fue el mestizaje entre la cumbia de sabor nacional (¿pero cuál de ellas?) y algunos de los más prominentes ritmos peruanos tradicionales, mestizaje sostenido/amalgamado por el reggae -de hecho, el alias de la banda es un indicio bastante evidente de la influencia que la ínsula antillana ha ejercido sobre ella, a pesar de no ser ésta precisamente la personificación del concepto mismo de “sound system” (al principio una furgoneta itinerante que posee potentes equipos de sonido a través de los que un pinchadiscos ambienta fiestas, luego un grupo de DJs e ingenieros de sonido que trabajan juntos como uno solo tocando y produciendo música).

En la interna, OSS ha atravesado muchos cambios. Los miembros fundadores Lorenzo Zolezzi (guitarra, voz) y Matteo Bonora (guitarra, voz) son los únicos que permanecen hasta la fecha. En otros tiempos, por sus filas pasaron Andrés Abugattás, Sebastián Legaspi y David Von Der Heyde, entre otros. El line up actual, que completan Alonso Rodríguez (bajo), Jim Marlow (percusión menor), Rodrigo Castillo (batería) y Óscar Mauricio (congas, voz); es el responsable de haber firmado Música Del Mar, un disco que puede tomarse como el “point of no return” para los Olaya.

Célebres por sus tremendos directos nocturnos, estos limeños ya manejan un perfil que les identifica nítidamente. Pese a la disparidad de las músicas que cubiletea (tropical-andina, afroperuana, jamaiquina), Música Del Mar se revela muy cohesionado. Festivo como siempre, sí, pero también plenamente consciente de sus habilidades expresivas; que se materializan a través de líricas que explotan en los momentos precisos -lo mismo que se materializa al oírlos el recuerdo de la ‘Internacional Latina’ de los 90s: Los Fabulosos Cadillacs, Maldita Vecindad Y Los Hijos Del Quinto Patio, Todos Tus Muertos, Mano Negra...

A algunas personas, esta extraña mescolanza les puede saber a sopaipilla en ácidos. Concedido. De hecho, a mí tampoco consigue atraparme del todo. Reconozco, eso sí, la capacidad de OSS para enyuntar fluidamente ritmos que en sus orígenes no comparten ni el aire que respiramos. No será la primera vez, sin embargo. Ya a fines del 2015, reseñando justamente el tema “Desaparecer Contigo” para el recuento anual de la página face Rock Achorao’, alegaba cierta imposibilidad de empatar con esta música en mi condición de urbanita domesticado -pero no podía negar que me hablaba desde algún rincón de mis genes, aupándome a despercudirme. Música Del Mar no hace otra cosa que rubricar, nos guste o no, la excéntrica identidad del zangolotino sexteto perteneciente a las filas de Descabellado Records.


Vieja Skina es un ensamble mucho más ortodoxo que el de los Olaya. Cuando debutan en Elecciones Munisicales..., era obvio -con ese nombre, para más inri- que lo suyo apuntaba de todas maneras al ska. Lo que no quedaba claro era a qué clase de ska. “Armagedón”, por ejemplo, es un instrumental MAGNÍFICO de ska en la onda de la ola británica 2-Tone (Madness, The Selector, Specials, The Beat) y de la etapa ochentera de Los Fabulosos Cadillacs; pero “El Alquimista” hablaba de intenciones serias de habérselas con el ska original, el de la ola jamaiquina, conocido como “ska tradicional”. Su primer disco, Ayahuaska (2012), era una declaración de principios en favor de esta segunda opción, cruzándola con música afroperuana y jazz, pero manteniendo una férrea preeminencia del ska que cultivasen The Skatalites y Desmond Dekker.

No es un detalle menor el que Ayahuaska fuese mezclado en segundas instancias nada menos que por Mad Professor, un nombre fuertemente asociado a gigantes como Public Enemy y Massive Attack. Tal fue el revuelo que causó este debut en medios internacionales, que la banda fue invitada a festivales latinoamericanos (Brasil incluido) especializados en ska, y se hizo de un nombre y de seguidores del género en países como Ecuador y México. Más aún, despertóse un inusitado interés por material de VS, lo que redundó en el rescate de La Esquina De Siempre, recopilación orquestada por el prestigioso blog RG&RBE en el 2010 y a la sazón primera referencia discográfica de los capitalinos.

Cinco años después de Ayahuaska, Vieja Skina lanza su segundo esfuerzo en estudio, El Regreso De La Luna Verde. Teniendo en cuenta el estado de cosas descritas líneas arriba, no sorprende que para la producción de este álbum el grupo haya contado con participaciones de lujo, una por tema salvo el par de Victor Rice, para un total de siete. A tal efecto, en ERDLLV colaboran Hugo Lobo (track epónimo), Victor Rice (“La Huaca” Y “Joan”), Lord Panamo (“Beautiful Day”), Mario Siperman (“Trane Steady”), Mr. T-Bone (“Skandinavia”) y Matteo Bonora. Sí, el vocalista de Olaya Sound System vuelve a acercar las historias de ambas formaciones poniendo su voz en “My Honey Girl” -cerrando de este modo el tema de las colaboraciones para el disco llamado a reportar la consagración definitiva del octeto integrado por Giacomo Novella (trombón), Daniel Ciudad (batería), Luis Monzón (saxo tenor), Edinho León (bajo), Sarid Challco (saxo alto), Camilo Gonzales (teclados), Bruno Rosazza (trompeta) y Julio Mejía (guitarra).

El Regreso... fue registrado en Lima, mezclado en São Paulo y masterizado en Buenos Aires. Cada una de estas etapas contó con un nombre de polendas tras la consola: Jorge Cavero, Sergio Soffiatti (Orquesta Brasilera de Música Jamaicana) y Mario Siperman (Los Fabulosos Cadillacs), respectivamente. En el plano instrumental, el estilo de Vieja Skina ha crecido de un modo admirable. Sin espacio para las fusiones a excepción de las ya enumeradas, su ska tradicional permanece inmaculado, a años-luz de distancia del referente punk más cercano. Es cierto que la nutrida lista de invitados aporta matices que hasta la fecha estos cumpas no habían explorado, pero siempre dentro de las coordenadas ya definidas. No hay espacio para el virtuosismo hueco, error frecuente en músicos entrenados que confunden la creatividad con la técnica, sino que todo en el esférico trasluce esa expresividad propia de quienes se abocan a lo suyo sin que la pericia instrumental les ahogue/relegue el entusiasmo y la devoción por lo que hacen.

ERDLLV ya ha llevado a VS a Colombia, a cosechar la admiración de nuestros vecinos del norte. Queda pendiente una presentación en Valparaíso (Chile), para fines de abril.


Hákim de Merv

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