jueves, 8 de agosto de 2024

Polvos Azules: Lisergias // Eviterna: Love Is Dead

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 31 de julio de 2024.)

Giancarlo Samamé ha resuelto no sólo blindar el status con que coronase a su unipersonal Polvos Azules La Máquina Astral (‘23), sino además renovarle modernizándolo con una apertura a patrones tímbricos hasta ahora inéditos en lo que a éste se refiere. No recuerdo un plástico suyo que tocase aún de manera leve aristas como la del trip hop, la del drum’n’bass o la del shoegazing. De esta aserción, nótese, no se deriva que el proyecto haya renunciado a las claves dictaminadas por su ADN; sino que busca afianzar su desarrollo intentando asimilar herramientas de harto distintas procedencias.

Segunda colaboración al hilo con su ¿ex partner? en Gelatina Magma, Ángela Ruesta, en modo alguno puede abordarse Lisergias como otra cosa que no sea un disco de Polvos Azules. Incluso en las pistas en que la presencia de Ruesta juega papel importante -cuatro de diez-, queda claro que la batuta en composición sonora se halla en manos de Samamé. El ambient pop de atmósferas relajantes y melodiosas se encuentra a la base del CD, pese a que éstas logren permearse del breakbeat nervioso del jungle (“En La Colmena”), de las texturas resonantes del shoegazing (“Corazones De Papel”), de la electrónica anterior a Kraftwerk (despliegue vocálico aparte, “Cariño Malo” saca chapa de vigoroso update de lo que hiciese Jarre hijo casi medio siglo atrás).

Sigue jugándosela Giancarlo por registros de minutaje moderado, por tracks de extensión recortada. Esa apuesta siempre le ha reportado buenos dividendos al individualista, trátese de sus mejores jornadas o de las más discretas. El plus adicional en Lisergias está determinado por lo bien que se lleva dicho manejo criterioso del tempo con la sofisticación dub del sonido Bristol. Que éste abunda en la placa, dosificado antes que hegemónico, lo confirman “Marañón”, “In The Mouth Of Madness” (¿algo que ver con el homónimo film lovecraftiano de John Carpenter?) y en menor medida la modernosa afroperuanidad de “A Puerta Cerrada”. Sintomáticamente, en los dos últimos asaltos tiene el cajón peruano participación estelar.

Es en la sección epilogal de Lisergias donde más pueden apreciarse las intenciones decorativas del pop que fabrica Polvos Azules. Sin ignorar sus correspondientes matices, “Olas De Tedio”, “Corazones De Papel” o “Recuerdos” son sumergidos en una electrónica indefinida, incorpórea, fantasmal. Es como si de las marañas más tupidas, este segmento fluyera hacia cálidas riberas de impactante minimalismo, y luego hiciese exactamente lo contrario en notorio movimiento pendular. Agrade o no, esa capacidad de metamorfosis es encomiable -de paso, revela un modus operandi desconcertante que mañana podría convertirse en norma. Más allá de preferir el neto acabado pop del resto del programa, aquí se exponen con más desparpajo los recursos con que cuenta el proyecto en esta etapa de su existencia.

Hermana casi gemela de InfraVox Records, InClub Records está por publicar en formato físico Love Is Dead de Eviterna. Es éste un line up fundado en 1989, según la info proporcionada por el propio grupo, pero del que honestamente nunca he escuchado antes ni siquiera el nombre. En todo caso, el título colgado online durante el presente año parece fungir como debut absoluto -diferido en el Tiempo nada menos que 35 almanaques. Posibilidades de que esto ocurra, las hay: Cashiari ya lleva tiempo tocando en diversos eventos, y hasta ahora no ha grabado sino cortes sueltos, incluidos en diversas compilaciones. Otros paradigmas, si bien del pasado: Azules Moros, Perú No Existe...

Lo de Eviterna se alza desde las cavernosidades de ese dark-gothic nacional que viene resucitando sin mucho aspaviento hace su buen número de meses. Como sus pares de latitudes similares, solía éste participar del reciclaje que de actos como Bauhaus o The Sisters Of Mercy hacían presa sus correspondientes epígonos noventeros -considérese, antes que nada, la nómina de la usamericana Cleopatra Records. Por desgracia, esa reutilización pasó prontísimamente del reaprovechamiento al abuso, convirtiendo nombres como los mencionados en clichés insufribles -cuando, en sus días, habían sido todo lo contrario.

Afortunadamente, el dark-gothic que ahora se engendra ha dejado en el camino muchos de los defectos que lastraban estas toscas (re)concepciones. En lo concerniente a Eviterna, el quinteto prefiere elaborar un sonido nacido de la confluencia del synth más oscuro y del dark-gothic clásico del lustro ‘85-‘89. No faltará quien diga, tras escuchar Love Is Dead, que esto no es otra cosa que un recalentado de ese “electro-gothic” que los tributos darkies de los 90s popularizasen tanto -combos que sólo existían para versionear, sin vida propia. Pienso distinto. Aún cuando es evidente que LID no está inventando la pólvora, no es menos cierto que su intención está lejos de querer caricaturizar grupos como los antes señalados.

Existe un molde, sin embargo, y proviene de Países Bajos. Canciones lúgubres como “Melancholy” o “My Death” traen a la memoria al (Clan Of) Xymox de Twist Of Shadows. Divergente de la poesía etéreo-lóbrega de Medusa (‘87) y del epónimo estreno (‘85), cuando todavía militaba en sus filas el crucial Pieter Nooten, pero igualmente estupendo. Esa impronta no es constante, ya que detecto otros tonos de gris -como Décima Víctima en “Perdido” o The Cure en “Funeral”, lo que ayuda a quebrar la uniformidad de estilo que comportan los cincuenta y tantos minutos del esférico.

Éste, no obstante su homogeneidad, no es parejo. En temas como “Midnight” y “Espergesia”, Eviterna incurre en los fementidos clichés góticos. En otros, como “Aislamiento” y “A Prayer For Me”, cotiza a la baja sin siquiera tropezar con la misma piedra. Ello se debe a que su estilo tiende a sobrecargarse y a exagerar justamente por no saber la banda cuándo detenerse. Love Is Dead luciría más si prescindiera de esos capítulos, lo que de paso ayudaría a mitigar la extensión y elevar perceptiblemente sus réditos. Menos mal que de esa sensación, sobre todo palpable durante la segunda mitad de la placa, se libran grupo y obra con un estoque sólido y bien ensamblado como “Tormento”. Recomendable que, en lo sucesivo, cuenten con un productor artístico que sepa orientarles, porque potencial no falta.

Hákim de Merv

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