(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 16 de mayo de 2025.)
Aparecieron entre fines de febrero y principios de marzo las dos caras de Philodina, nuevo lanzamiento bifronte de Chip Musik destinado a prolongar la saga inaugurada durante el ‘23 por Seven 7’’. Esta vez no se ha adosado la nomenclatura “single” a la denominación, si bien una de las faces (A) encaja perfectamente dentro de ese concepto. De todas formas, tampoco es que los dos lados de Seven 7’’ se ciñesen a la estricta definición de lo que es un 45 rpm. En lo sí que coinciden ambos títulos es en la figura del 6-way split, al menos formalmente.
Baja la persiana de la cara A “Montuno”, composición de Norvasc. Llaman la atención la tromba de noise polucionante y la aleatoriedad de su estética glitchera, ya que Gerardo Flores normalmente boceta viñetas mucho más calmadas y melodiosas. Tras 3 minutos y medio de enturbiada ¿deconstrucción? ¿destrucción?, se elevan desde simas crackeadas el bliss pop y el baggy a que el individualista siempre ha sido afecto. La corrosión, sin embargo, no se desvanece.
Finaliza el lado B “Teletransportador”, de Óxido y Trampaluz. Se propone aquí, siempre y cuando accedas a audicionarle con los ojos cerrados, una experiencia hasta cierto punto inmersiva que despega de manera un tanto confusa. El cúmulo de impresiones metasónicas que reviste los primeros minutos del corte afloja luego de buen rato ante divisiones abrumadas de volátil cosmicidad, lo que deja una impresión final de permanente transición -del caos al orden, del desconcierto a la avenencia, del primer chispazo de impulsiva creación al último de veterana precisión.
Me quedo aún con ambos lados de Seven 7’’, que lograban una mejor representación de la nómina Chip, tanto en cantidad (seis participantes claramente diferenciados, en vez de los cinco de Philodina) como en diversidad (¿y el shoegazing dónde recaló?).
Elescano debuta bajo el alias de Un Día En Venus el 17 de enero, inaugurando de refilón su propia label discográfica, Nuclear Pop Records. De entrada, el individualista explicita intenciones de volcar la recién bruñida chapa hacia sonidos no antes hollados por su mano, declaración rubricada gracias al título que confiere a la primera producción de UDEV: Darkwave EP. En efecto, en el extended hay un tufo a lo que actualmente se entiende por darkwave -pero también a géneros cercanos, como el dark-gothic, el minimal synth, la coldwave e incluso la electronic body music. Si ello responde a una jugada vintage, retro o de cualquier otra laya, que cada quien lo decida.
Cuatro temas en menos de un cuarto de hora. Comienza el EP con “Elefantes En Mi Habitación”, darkwave al alza de medio tiempo, que a lo primero que me recuerda es a esa bandaza que fue Décima Víctima. Oscuridad que puede sobrellevarse merced a su tesitura pop, a su sencilla estructura lírica, a su dinamismo en el límite de lo tolerable para un estilo tan cargado como lo fuera en su edad dorada el dark rock. A este cumplidor inicio le sigue “La Cocaína Mata A Mis Amigos”, bastante más próximo al electro-gothic de fines de los 80s, ése que naciese del contubernio entre el gothic y la EBM. Aunque reconozco que sobre “La Cocaína...” flota un aura mucho más amenazante, también debo decir que es un surco muy cliché.
Novísima faceta, la que abarca aquí el limeño. Nada mal para empezar, en el futuro inmediato se ha de exigir un poco más, a fin de renovar el interés por la mixturada propuesta que le atribuye a Un Día En Venus.
Hákim de Merv
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