jueves, 10 de octubre de 2024

Las Olas (Noispop): Perdidxs En El Ruido EP // Hablemos Del Alma: Hypnótica

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 2 de octubre de 2024.)

Muchos años después de publicado su primerísimo Canciones Para Mis Amigxs EP, resucitan los chilenos de Las Olas (Noispop) casi sin proponérselo. Siendo la empresa original una suerte de documentación arqueológica de lo que significasen para el período ‘15-‘16 el hoy sexteto y su hasta hace poco unigénita referencia, el reagrupamiento derivó en una segunda vida, que testimonia el novísimo Perdidxs En El Ruido (editado por Fisura).

Sorprendentemente lanzado por la peruana Gatitx Discos, con el plus de un bonus track no disponible al sur de Tacna (“Todo El Tiempo Está Ahí”), Canciones Para Mis Amigxs es un registro que bordea el cuarto de hora. Cuidadosamente balanceados, sus seis asaltos pintan de cuerpo entero a un combo que idolatra por igual al pop y a la distorsión codificada al abrigo del noise rock. Los australes, sin embargo, no permitían que ambos amores les dirigiesen hacia alguna clasificación más específica, encorsetándoles. Podían guiñar tan pronto a los CDs más ruidosos de Yo La Tengo como al indie de Baja Fidelidad, al punk más aupado como al bubblegum pop -hoy extinto- que en décadas anteriores copase las propagandas mediáticas.

A pesar de doblarle en duración, Perdidxs En El Ruido EP no rebasa el límite de los 30 minutos. Como si lo hiciera por lejos: el esférico honra casi literalmente el título que la banda le ha puesto, ofreciendo resultados muy discretos en relación al estreno. La música de LO(N) se ha decantado visiblemente hacia el indie deudor del lo fi, con timing lo suficientemente potente para sortear la chillona cubierta de ruido deformante. En realidad, este tapizado no es todo lo espeso que debería, sino fácilmente desmontable -de ahí que dijese “chillona” en vez de “chirriante”.

No acontece lo mismo con el pop sencillo y efectivo que sobresalía en Canciones Para... A decir verdad, ese pop se ha vuelto trotón, voluble, antojadizo; cualidades que le emparentan con el denostado tontipop ibérico de entresiglo. Esa ligereza le impide abrirse paso por en medio de una capa de noise tan maleable como la del opus. Otro tanto ocurre con la voz: Camila Falcucci cantaba en la anterior jornada revistiéndose de una naturalidad que hoy está ausente. En Perdidxs..., sus vocales suenan impostadas, llenas de afectación forzada. Me hace pensar en una agudizada variación de la de Alison Shaw -y esto no es, ni por asomo, Cranes.

El rejunte, del que también participan Marina Gris, Luis Venegas, Javier Álvarez, Simón Errázuriz y Franco Perucca; parecía una buena idea en ese momento. Ahora no.

Con harto retraso se me da escuchar lo más reciente in extenso de Hablemos Del Alma. Liberado en mayo del ‘22, Hypnótica es un segundo paso al frente firmemente efectuado. Hacia adelante, si bien no tanto en la dirección que podía suponerse tras la puesta de largo Programática (‘20) -mucho menos girando hacia los lindes new age de su epónimo EP (‘16), que a día de hoy haríamos bien en considerar historia definitivamente pasada.

En su primer álbum propiamente dicho, el proyecto de Ángelo Santa Cruz se alimentó de cualquier ascesis eufónica de los 80s que pregonara genealogía synth o new wave. Ello, apertrechado de un modus operandi que ignoraba por completo conceptos como los de nitidez o fidelidad. Esta contradicción, no obstante, era siempre resuelta otorgando más peso a las construcciones sonoras que a las texturas de que éstas se envolvían; posibilitando que HDA se acerque por igual no sólo al minimal synth o al synthwave, sino también a códigos algo más densos como el darkwave.

Para Hypnótica (Poxi Records), el chileno deja a su mecánica ocupar el lugar de su metafísica. Quiere esto decir que ahora el lo fi obtiene un rol avasalladoramente hegemónico en comparación con la materia prima a maniobrar. Ésta sigue siendo la misma, pero lo que antes era genuina exploración al interior de las músicas electrónicas ochenteras, se ha convertido ahora en pastiche a-lo-lado-B del synth pop. ¿Tiene eso algo de malo? Ni la sombra. Se despunta la homónima obertura del cassette y queda clarísimo que se ha sepultado todo atisbo de aspiraciones ambient que pudiera rastrearse en la obra del sureño, como proclama también “Éxtasis”.

En tal sentido, no es errado postular que Hablemos Del Alma revisita desde las parcelas del nuevo milenio la poética del viejo synth cosecha 80s, en lugar de hacerlo afincándose en el propio contexto de éste. Esa intencionalidad vintage ya existe, por cierto, y responde al nombre de electrocläsh. Santa Cruz no da el salto en ningún momento hacia la etiqueta, aunque en más de una oportunidad flirtea con ella: “Amor Electro”, “Distracción, Veneno... Distorsión”, “Selfy Time Travel”, “Full Reflexiones”. En “Jardín De Noche” y en “Another Intergalactic Cosmic Love Song”, por otro lado, el tratamiento SD es tan evidente que poco le falta para conectar con otro revival del siglo XXI -el vaporwave.

El único pasaje en que siento respirar otra vez al viejo HDA es el del cierre. “Un Sueño En Un Sueño” me hizo pensar en esos Depeche Mode que iban mutando tras la salida de Clarke y la entronización de Gore, sólo que en clave más austera. Suerte de “Leave In Silence” de un universo alternativo, el round no es otra cosa que una alusión medio anacrónica al background inmediatamente anterior de Santa Cruz. No percibo riesgo de que éste vuelva, y sí menudean incertidumbres sobre qué hacer ahora: oscilar entre ambos revivalismos equivale a andar por la cuerda floja, y ésta nunca es lo bastante larga.

Hákim de Merv