(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 1ero de octubre de 2025.)
Hubieron de extinguirse cuatro años antes de que los históricos LEM volviesen a hacerse presentes en los circuitos independientes latinoamericanos mediante nueva entrega. Curiosamente, es probable que el contenido de ésta sea cualquier cosa menos nuevo. A la par de su anterior opus -Portonazos EP, ‘20-, entonces el dúo anunciaba en breve artefacto de material inédito fechado entre el ‘96 y el ‘05, cinta de otros tantos outtakes vía ETCS Records, y placa grabada en formato trío, cuando Roberto Rowe todavía era de la partida.
En la medida en que ha sido acreditado a Berbakow/Burotto/Rowe, y que este último no ha vuelto a las filas de LEM, Instrumentales Post Depresión (diciembre del ‘24) parece calzar el perfil del tercero de los lanzamientos voceados en aquella oportunidad. Por supuesto, carezco de plena certeza, aunque a creerlo me inclina una continuidad relativa entre el extended del ‘20 y la rodaja liberada en las postrimerías del año pasado. Continuidad estilística y de registro, felizmente no concretada en calco o prolongación genérica de lo ya mostrado por los chilenos.
En éste su segundo largo (el estreno Música Para Películas De Ciencia-Ficción De Bajo Presupuesto data del ‘99), los australes enfilan baterías hacia un ambient electrónico de sesgo rítmico. Mutante por definición, esta cepa prospera sobre todo en melodías circulares, acechada por rugosidades varias e hipnotizada por la esencia aromatizada de la Baja Fidelidad. Estoy tentado a asegurar que LEM la ha obtenido crackeando el código genético de la IDM en su afán por subvertirla/servirse de ésta (“Piques Cortos En Ocean Drive”), pero me abstengo por dos razones. La primera es que no dispongo de la confirmación de los autores, con lo que la intencionalidad queda en suspenso. Y la segunda, en parte derivada de la primera, que no todo el álbum transita esa vereda.
En las cuentas, esa sección corresponde a un tercio del CD. En los otros dos, el ambient ejecutado por LEM renueva constante sus facciones. Puede ser líquido y devoto de los loops (“Transhumanismo Caribeño”), rendirse al bisbiseo sublunar del bajo (“El Champion”, de una simpleza elogiable), sacudirse el óxido para abrazar el noise (“One Shot Hit Wonder”) o arrastrarse bajo una opresiva atmósfera de erosivo lo fi (“Andean Motorik”). Pero siempre estará ese mismo ambient asistido por/aupado sobre pertinaces construcciones de (ni tan) subliminal rítmica -que atenúan la pesadez o capitalizan la herencia noventera del intelligent techno, según colores y climas que presidan cada track. Exquisito y alentador segundo debut.
Hákim de Merv