(Publicado originalmente en mi cuenta
Facebook el 27 de marzo de 2024.)
Por inusual, es bastante sorprendente que
haya decidido Anja Huwe debutar en solitario más de tres décadas después de Devils
(‘89), cierre discreto in extremis de la carrera que tan prometedoramente comenzase
nueve años atrás X-Mal Deutschland. Una de las bandas dark-gothic más
personales de la Historia, el quinteto se completaba con Fiona Sangster (teclados),
Wolfgang Ellerbrock (bajo), Manuela Zwingmann (batería) y Manuela Rickers (guitarra);
y en sus buenos tiempos firmó álbums memorables, provistos de enérgico soporte
rítmico y llenos de potencia y fibra imbricadas en guitarras poco menos que
lancinantes.
Finiquitada la existencia de los de Hamburgo,
la vocalista ni siquiera se planteó prolongar la aventura de haber participado por
cuenta propia en el larga duración colectivo The Idea Compendium 1988,
donde colase “The Girl In The Iron Mask”. Al parecer no estaba en sus planes
hacerlo a pie juntillas del desbande, o tras tomarse un sabático razonablemente
holgado. Se concentró entonces Huwe en su trabajo como editora y productora del
canal alemán Viva TV. Más recientemente, en exhibiciones de artes visuales que
la llevaron a Londres y a la Gran Manzana, lugar donde probablemente le picó el
bichito que resucitó su faceta sónica.
Significativamente lanzado el 8 de marzo a
través de la neoyorkina Sacred Bones Records, no estaba por ende Codes en
los cálculos de nadie, excepto en los de la ex Deutschland y su círculo más
cercano. Porque este nuevo estreno habla a las claras de un retorno que venía
gestándose desde hace tiempo atrás, como retomando el hilo interrumpido de una
vida y queriendo cobrarse la revancha del descalabro post Viva (‘87) -luego
de editado, Sangster, Rickers y Peter Bellendir (reemplazo de Zwingmann en las
baquetas) dijeron adiós para siempre; obligando a Anja y a Ellerbrock a
convocar alineación de emergencia para el descaminado Devils.
La apertura “Skuggornas” es una suerte de guiño
a los mejores días de X-Mal Deutschland -los siniestros, obvio-. Solemne,
sorteando difícilmente el despeñadero de la melancolía, de luctuosa tesitura
que jamás desciende a las absolutas penumbras de los primeros 80s; el track es un
anuncio de las bondades por venir. Porque la idea no es repescar el sonido
clásico del mítico acto, que fuera durante los inicios una all-girl band en
regla, sino continuar la ruta grupal allí donde ésta quedara trunca. Con el
update de rigor, por supuesto.
Uno es el molde bajo el que se forja el vinilo.
Tres, sus resultados. La música que compone Anja Huwe corresponde a los cánones
del rock anglosajón, surtido de compartimentos diseñados ex profeso para
almacenar materia negra de alta concentración. Ésta unas pocas veces se diluye
(“Living In The Forest”, “Pariah”), las más asoma reconcentrada (“Zwischenwelt”,
el single “Rabenschwarz”), moviéndose siempre protegida por la liviana pero
resistente coraza de una electrónica que le tonifica/plastifica sobriamente.
Allí están la ominosidad de “Exit”, el pálpito urgente de “Sleep With One Eye
Open” o la densidad synth de “O Wand”; corroborando esto último.
Ya que la continuidad estilística de Codes
carece de fisuras del primer número al penúltimo -lo que convierte al postrer
“Hideaway” (“...Y Millas Que Recorrer/Antes De Dormir...”) en la
moderadamente luminosa excepción-, el factor que determina la diferenciación entre
los tres resultados a que aludía es el tempo. Cuando Anja contempla, se arropa
de melodías senescentes tipo “Skuggornas” o “Hideaway”. Cuando pasea, se
acompaña de solventes medios tiempos como “Exit” o “Zwischenwelt”. Cuando se
apura, lo hace al compás de “Rabenschwarz” o “Living In The Forest”. El tino de
la germana, que se vale por igual del inglés y de su lengua madre, radica en
saber cuándo hacer una cosa o la otra -a resguardo de sus compinches Sabine
Bredy (a) Mona Mur (alguna vez integrante de Einstürzende Neubauten) y Manuela
Rickers (cuya guitarra inconfundible irisa el prieto mate de la placa, como
ocurrió en sus días en X-Mal Deutschland). Veterano en lides similares para los
Neubauten, el androide Gary Numan y los legendarios Joy Division; la ampara asimismo
Jon Caffery en mezcla y masterización.
Bienvenida de vuelta, Anja. No éramos
conscientes de lo tanto que te extrañábamos.
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