(Publicado originalmente en mi cuenta
Facebook el 22 de marzo del 2023.)
Aunque la siguiente no sea una opinión muy popular,
tampoco puede decirse que es tan minoritaria como para ignorarle: la ascendencia
de Gustavo Cerati parece haber crecido con el Tiempo entre grupos de y aficionados/as
al pop independiente en Latinoamérica, mientras que la de Soda Stereo ha disminuido
visiblemente. Sí, el nombre de la terna argentina pesa todavía más que la de su
frontman en los “guetos” a los que la (cobarde y medrosa) mass media de la
región ha confinado el pop contemporáneo, pero esos ínfimos espacios son los
que menos le interesan a los circuitos alternativos -y en ellos, la proporción
cambia ostensiblemente. Cualesquiera sean las razones aducidas -la de Soda
Stereo es una obra cerrada, Cerati Clarke produjo música hasta el accidente
cerebrovascular que lo postró, el guitarrista diversificó su propuesta sonora en
distintas direcciones y utilizando múltiples identidades-, la huella de Cerati está
mejor representada en el pop latino más de ocho años después del paro
respiratorio que le arrancó la vida.
Testimonio de este estado de cosas es el ofrecido
en diciembre por el site ZonaGirante, de los pocos esfuerzos off-mainstream en
jugársela por el género pop de calidad manufacturado en esta parte del mundo,
que organizase la compilación La Luz No Deja De Pulsar: Músicxs Latinxs Recordando A Cerati. Se trata, como indica el título, de un homenaje al
difunto ex cantante de SS; recurriendo tanto a su faceta solista como a algunos
proyectos en los que participara activamente. Ergo, la mira está puesta en el
patrimonio sónico que modeló Gustavo Adrián a solas, en su fundacional apertura
a otros lenguajes junto a Daniel Melero, en los réditos que él mismo capitalizó
de su conversión en esteta electrónico con Ocio (en comandita con Flavio Etcheto)
y con Plan V (al lado de los chilenos Guillermo Ugarte, Andrés Bucci y
Christian Powditch). Un tributo, en resumen, al Hombre Alado al que aún extraña
la Tierra.
Siempre digo que, para mí, el mejor exponente
del pop hecho en nuestro idioma es Caifanes. Soda Stereo, por otro lado, fue la
banda que estuvo en el lugar correcto a la hora correcta. Contó, pues, con esa
pizca de suerte que no tuvieron algunos coetáneos suyos; quienes pudieron
haberle reemplazado, de haberse favorecido de idénticas circunstancias. El
talento de Richard Coleman o de Federico Moura, en efecto, no era inferior al
de Gustavo Cerati: lo prueba la alta estofa de discos clave que firmasen con
sus respectivos combos, Fricción y Virus.
Por supuesto, ese juicio no quiere decir que no
me guste el legado ceratiano. Me parece, con sus altas y bajas, más atractivo
que el de Soda Stereo -que también disfruto, sin sobredimensionarlo. El finado
guitarrista fue, además, siempre honesto. Cuando revisas con detenimiento entrevistas
de época y la información de sus CDs, el bonaerense no esconde sus influencias:
ahí está “Te Llevo Para Que Me Lleves”, que reconoció como muy marcada por la
impronta de Stereolab. Ahí, también, el crédito de los sampleos usados en “Pulsar”,
en “¿Y Si El Humo Está En Foco?” o en “Raíz”. Claro, faltó el de “(Thorteval)”,
hidden track que sólo aparece en la edición argentina de Amor Amarillo (‘93)
y que se sirve de un fragmento del tema “Outlands” de The Orb (The Orb’s
Adventures Beyond The Ultraworld, ‘91). Pero no nos pongamos tan quisquillosos.
Si eres fan intransigente de SS, me imagino
la cara que has de estar poniendo al leer estos párrafos. Guerra avisada no
mata gente, no obstante. Más de una vez, he manifestado recelo respecto de
estas cuatro clases de fanáticos/as terminales: de The Beatles, de The Smiths, de
Charly García y de Soda Stereo. Con ellos/as, no se puede tener una discusión
en términos objetivos, ni siquiera levemente mesurados. Y si bien esa relación
podría engrosarse sumando a los/as termofans del limitado de Andrés Calamaro y
del inefablemente acartonado Enrique Bunbury, igual de obtusos/as, honestamente
no lo merecen -pues ni uno ni otro rozan la categoría de “paradigma absoluto”
que mal que bien sí es adjudicable a los artistas antes mencionados.
El recelo es distinto según quién, empero. Mientras parte de la animadversión
que siento por gente que idolatra a los Smiths y al bigote bicolor más famoso
de Argentina la han cosechado los propios autores -hace rato que el decrépito García
no sabe decir sino huevadas, ídem el gladiolo Steven Patrick-, la culpa es exclusivamente
de sus seguidores/as cuando hablamos de The Beatles y Soda Stereo. Ambas formaciones
tienen trabajos brillantes y obras maestras, pero las fanaticadas ponen los
ojos en blanco y escupen anatema tras anatema si uno/a no dobla la rodilla
-peor aún si osas criticar alguna de sus entregas.
La Luz No Deja De Pulsar... muestra evidente predilección
por referencias del repertorio primigenio de Cerati. Entre Amor Amarillo,
Bocanada (‘99) y Siempre Es Hoy (‘02), se cuentan 11 de las interpretaciones
recogidas en este esfuerzo colectivo. Las siete restantes se dividen entre Ahí
Vamos (‘06), Colores Santos (‘91) y Fuerza Natural (‘09),
último plástico en estudio que editó el gaucho. Participan aquí artistas provenientes
de Chile, Brasil, Venezuela, Colombia, Argentina, México, Estados Unidos y,
previsiblemente, Perú. Por nuestro país saca cara el dúo Silveria, que acomete
en clave de sofisticado pop electrónico una relectura de “Amo Dejarte Así”. Un
porcentaje significativo de las alineaciones involucradas elige camino similar -Federico
Kempff con “Deja Vu”, Chino Mansutti con “Hoy Ya No Soy Yo”, Mariana Montenegro
con “Crimen”, Mandale Mecha con “Beautiful” (aunque también le aplica un poco
de raggamuffin). Asimismo es significativo que, a excepción de Mandale Mecha,
todos los mencionados den lugar a desgloses bastante respetuosos de los modelos
originales, lo que les hace parecer covers antes que versiones en sentido
estricto. Una peculiaridad que se extiende a casi todo el registro del disco: ya
sea en clave de trip hop o de trip pop (Urdaneta y “Lisa”, Deer Mx y “Fantasma”,
Ságan y “Lago “En El Cielo”), o de pop/rock frontal y sin ambages (“Cosas Imposibles”
por Los Mentas, “Puente” por Maya Endo y Martín Lazo, “La Excepción” por Niño
Nuclear), la mayoría de colaboradores no ha sabido encontrar el punto medio
exacto entre el respeto por el original y la iconoclastia como rasgo genético
inherente a la música pop, y ha terminado por no arriesgar demasiado e inclinarse
por la reverencia de rigor.
Como era de esperarse, las sorpresas vienen del
lado de las versiones más extravagantes. Es el caso de “Tabú” y de “Pulsar”, a
cargo respectivamente de Maiguai y Tres Puñales, dos actos de lo que se conoce
como cumbia digital o global bass, pero que yo insisto en denominar electrónica
mestiza. También, del en-principio-no-tan-evidente estilizado reggae electrónico
con que Natural Killer Sound System rearma “Cactus”, y del híbrido entre
chanson, neoclasicismo y jazz que empuña Ana Barajas en “Verbo Carne”. En estas
reversiones, a las que se suma la ya mencionada “Beautiful” de Mandale Mecha,
radican los momentos más interesantes y arriesgados de La Luz No Deja De
Pulsar: Músicxs Latinxs Recordando A Cerati. El resto, pese a que no suena mal,
muestra una cautela de la que hablaría bien si la califico de prudente. Es
molestamente excesiva, en realidad.
Dos más y nos vamos, como se suele decir en
mi tierra. Me refiero a “Sudestada” de Grtsch y a “Raíz” de Nobara Hayakawa. El
primero parecía plantear una versión interesante con multitud de filtros y
borrando todo rastro de programaciones, pero al final el track se siente
huérfano, casi inane. No me queda claro qué se quiso hacer. En cuanto a la
segunda, colombiana de ascendencia nipona, se manda con de una de las pistas
más ninguneadas de Bocanada; que en realidad debe ser una de las mejores composiciones firmadas por el Gus (sampleo de Los Jaivas incluido). Desafortunadamente,
al decantarse por el lado bossa nova del original, lo hace reduciendo estándares
artísticos al mínimo. Todo lo que consigue es sonar a melodía de utilería -la
única auténtica decepción en un volumen que pudo atreverse a más, de no haberle
ganado tanta timidez. Esa misma que nunca tuvo Cerati para forzar las fronteras
del pop con certificado de garantía.
(Publicado originalmente en mi cuenta
Facebook el 15 de marzo del 2023.)
Entre las grabaciones más enigmáticas que
integran el legado histórico de nuestra escena independiente nacional, siempre
destacó “Escapa Del Control” por su reacia insularidad, así como por considerársele
la única canción de Yndeseables que había sobrevivido al paso del Tiempo. Poco
más se sabía respecto de proyecto y obra: que el marbete Yndeseables fue creado
en 1984 por Guillermo Valdivia a.k.a. Kimba Vilis (hermano de Daniel F y
baterista de Leuzemia), que era más una apuesta personal que un grupo, y que el
tema proviene de la mítica maqueta compilatoria Ataque Subterráneo Vol. II
(1986).
Hace cuatro años y medio, Rolly Necio, infatigable
documentador de la primera escena subte limeña; dejó helado a todo el mundo colgando
en su cuenta de YouTube el cassette demo con que iba a debutar Yndeseables en
1985. Esta cinta, bien por iniciativa propia o a instancia de Vilis, se bautizó
como El Perfecto Ruido. Es a partir de la base proporcionada por el tape
que Buh Records ha lanzado a principios de año una recopilación y un 7’’ incluyendo
todo lo que en aquella época se registró bajo el rótulo Yndeseables -con el plus,
en el caso del 45 rpm, de rescatar las tomas de estudio tanto de “Escapa Del
Control” como de su trunco lado B “Asquerosa Corrupción”.
Añadiendo cuatro piezas hasta hace unas
semanas inéditas, El Perfecto Ruido no hace sino confirmar lo que ya
había dejado entrever la primerísima versión liberada por Necio. A saber, que
Yndeseables no se subordinaba al hardcore punk que reinó soberano durante los primeros
años de la movida subterránea ochentera, sino que más bien se valió de sus
trabas y sus contradicciones para superarle. En ese propósito, coincidió en
cuanto a vocación con gente como Feudales/Paisaje Electrónico, Sociedad De
Mierda, Éxodo, Voz Propia, Delirios Krónicos, Salón Dadá/Col Corazón, Lima 13,
T De Cobre, Masoko Tanga, Disidentes o Sor Obscena. Aún podría decir más:
Yndeseables fue el único acto peruano de no wave atómicamente puro, quizá sin
que el menor de los Valdivia estuviese enterado de qué diablos quería ilustrar
esa etiqueta, que en el hemisferio norte unificó a fines de los 70s a los
estetas neoyorkinos precursores del after punk.
Eso es lo que refleja la maqueta recuperada -que
el baterista grabó en mayo del ’85, secundado por Mario Chirinos (a) Mario
Almanegra, bajista de Zcuela Crrada. Por un lado, aprovechamiento al máximo de
los minúsculos espacios que toleraban unas apabullantes limitaciones técnicas:
sin drum set, una guitarra acústica completamente vejada (a punta de obsesivos
trallazos), teclados que es difícil imaginar cómo funcionaban después del
doloroso tratamiento-a-lo-instrumento-de-percusión a que Yndeseables les
sometía, simple y llano ruido “tubular” (hecho con tuberías viejas). Por el
otro lado, feroces acometidas contra todo aquello que te permite elaborar y
entender definiciones convencionales de lo que llamamos “música”: desprecio por
las más elementales nociones de compás y afinación, aniquilación absoluta de
acordes y arpegios, desmaterialización y colapso de frecuencias en plan de
autosabotaje. Desprolijidad militante, en resumen.
El laudable reverso de estas carencias, de estas
deconstrucciones a conciencia, es la incombustible/potente habilidad expresiva que
canalizó Vilis a través del repertorio yndeseable. Un angst granputeante del
que dan cuenta asaltos como “Basta Ya”, “Depresión”, “Relaciones Distanciadas”
o “Confundidos”. Yndeseables nace, se saca la chucha, atropella y muere con
cada canción. Si acaso puede hablarse de estilo, el de la temporal asociación Valdivia-Chirinos
se corresponde con el de un incesante desmadre lo bastante consistente para
evitar el polimorfismo y a la vez el lugar común de la frase “cortados por la
misma tijera”. Impar correlato sonoro capaz de soportar los aullidos y el spoken word lastimero de Kimba -explorando/confrontando con vertiginosa crudeza
y desencanto el pánico vacío existencial que hizo presa en las generaciones
cuya juventud transcurrió durante los atroces 80s de este país. Nada lo resume
mejor que la letra de “Cadáver” (“Eres La Persona Que Ha Dejado De Existir/No
Porque Hayas Muerto/Sino Porque Has Dejado De Pensar”). Nada lo
resume mejor que la pesadillesca densidad de la final “Centrosis”.
Las tomas del single son aquellas que reformuló
Yndeseables en un estudio de grabación como mandan los manuales, armazón
percusivo incluido (sospecho que en la forma de una drum machine), con miras a
que integren el track list de Ataque Subterráneo Vol. II. Sólo una, sin
embargo, fue acogida: la versión de “Escapa Del Control” que cobija el sencillo
es, por ende, la que todos/as hemos escuchado en el histórico k-set. Con ella y
su B-side se completa, en teoría, todo lo registrado alguna vez por el elusivo
proyecto -exceptuando, claro, el intro de que venía provisto El Perfecto
Ruido de Necio y el directo de “Examina”. No hay duda de la autenticidad del
primero, mientras que el propio Vilis jura que no guarda recuerdo alguno de la
presentación en Magia (desaparecido point ubicado en el distrito de Magdalena, casi
al final de la avenida Brasil), que es de donde se extrae la mencionada versión
live.
(Publicado originalmente en mi cuenta
Facebook el 8 de marzo del 2023.)
Circunstancias personales imposibles de
sortear me impidieron escribir las líneas correspondientes al momento/a renglón
seguido de la salida de Banda Sonora Para Cometas Y Halos Lunares, el
inesperado nuevo álbum de Silvania, sucesor de aquel Todos Los Astronautas Dicen Que Pasaron Por La Luna que concretó el tan esperado regreso a la
vida del legendario grupo peruano.
En efecto, nada hacía presagiar el anuncio de
rodaja fresca con que Mario Silvania sorprendió a los varios estamentos de nuestra
escena independiente. Cierto que el músico ha adoptado la costumbre de liberar
algún material cada tanto, tras la noticia del retorno a la actividad de Silvania (‘18). Pero esta vez no se trata de un tema o un EP nuevos, sino de todo un disco
por estrenar, apenas días después de que Todos Los Astronautas...
cumpliera doce meses de publicado (20/10/21).
Debido al prestigio y a las dimensiones de su
obra, el de Silvania no es un nombre que se deje pasar así nomás. Máxime cuando
los comentarios cosechados por el plástico han coincidido en un tenor de lo más
entusiasta. Es así que este texto llega un poco tarde -siempre será mejor que
nunca, sobre todo al hablar de una de las bandas peruchas más influyentes de
todos los tiempos, que incluso dictase cátedra entre sus coetáneos de latitudes
septentrionales.
“JOSEPH SE QUEDÓ
EN EL ESPACIO...”
Tiempo después de ponerse a la venta Todos
Los Astronautas..., Mario obsequió el 45’ virtual “Algunas Naves, Algunos
Astronautas”, en exclusiva para aquellos/aquellas que adquirieron el largo. Ocupando
posición de “lado B”, la canción epónima cedía la apertura del single a “Así
Estemos A Doscientas Mil Millas Del Espacio”. Ambos tracks reciclan ciertas
características que solemos asociar a la música facturada por Silvania
-particularmente el corte titular, con su trote ligero y sus muchos guiños a
los tótems que reverenciase durante los primeros años el entonces dúo (Felt, Kraftwerk,
The Durutti Column, Tangerine Dream, Cocteau Twins...). “Así Estemos...”, empero,
se arriesgaba unos pasos más allá: distanciándose de todo amago de secuencia,
se entrega al ambient electrónico lleno de éter que Mario desbasta como
invitándonos a deambular entre constelaciones. Sintomáticamente, el surco será
recuperado en toma mucho más extensa por el siguiente LP del célebre acto.
Para San Valentín del ‘22, se encuentra
disponible en el BandCamp de Silvania “Monica Is A Star”. Otro tanto ocurre con
“Jean Y Anna”, meses después (28/9/22). Estos 7’’s son sendos homenajes
póstumos a personalidades estrechamente vinculadas al séptimo arte, figuras
imprescindibles en el santoral cinematográfico de Mario. El primero, de una
deliciosa laxitud y performado únicamente con instrumentación electrónica, rinde
tributo a la actriz italiana cómica Monica Vitti, fallecida el dos de febrero
del mismo año. El segundo, todavía más poético/plácido/incorpóreo, exalta las
vidas del imprescindible cineasta Jean-Luc Godard y de Anna Karina, esta última
ex esposa del director y una de sus actrices predilectas. “Jean Y Anna” se
cuelga al cumplirse quince días del deceso del enfant terrible de la Nueva
Ola francesa: sus sintéticos trazos de Ocean Aeolian y de DX21 - DX7 se
complementan de maravillas con aquello que Mario denomina “guitarra oceánica”,
dando lugar a una elegía sonora de elevados niveles de lirismo.
Cuatro canales de mucha utilidad para
especular acerca de los caminos que exploraría Silvania al encarar Banda
Sonora Para Cometas Y Halos Lunares. La sorpresiva presteza con que se
lanza el esférico anula, previsiblemente, esa posibilidad; al tiempo que
plantea al menos tres escenarios probables.
DANZANTE ESPACIAL
Reviso por todos lados el arte de Banda
Sonora... sin encontrar otra acreditación que la que unge a Mario como solitario
compositor de doce de sus trece números, descontando la referida a las voces
adicionales (Laura Rosales de Solenoide y Annika Polack). Esto parece confirmar
que el capitalino prosigue su rumbo prescindiendo de toda compañía, al menos temporalmente.
Pudiera ser que en el futuro Silvania regrese al formato combo, situación que ahora
no se refrenda, suscitando de este modo más de una interrogante.
Como dije anteriormente, hay tres posibilidades
sobre las que hipotetizar acerca de la rapidez con que se edita un nuevo volumen
de Silvania. La primera es que se trate de una nutrida colección de outtakes
que no encajaban en Todos Los Astronautas Dicen Que Pasaron Por La Luna.
Ello explicaría la ausencia de créditos compartidos en la ejecución, no en la composición.
La segunda es que la nueva tanda de piezas haya sido compuesta por Mario tras Todos
Los Astronautas... y/o en paralelo. La tercera es una mezcla de las dos
anteriores. Pareciéndome más factible la segunda, me moveré en adelante sobre
ese supuesto.
Para su nuevo opus, Mario se encomienda a
referentes tutelares como el Gemelo Aphex menos marciano, Füxa, los Robots de
Düsseldorf, The Azuza Plane, la estela de Edgar Froese, Spacetime Continuum, el
omnipresente Eno... BSPCYHL es, de hecho, muy mucho más electrónico que
su antecesor; pero también es verdad que dicha naturaleza se halla
inequívocamente más camuflada. Salvo puntuales excepciones, la voz cantante de
la jornada la impone un ambient geórgico de sideral magnificencia, de líquida ingravidez
y sintetizadores hialinos; cuya existencia y capacidad de asombro no precisa de
programaciones o secuencias. Un ambient con la cualidad de trastocarse en bliss
para fabricar melódicas viñetas igualmente luminosas, que asimismo sobrevive cuando
los nubarrones negros empañan la emoción/el goce del arrebato que producen contemplativas
de similar épica.
Desde el inicio con “En El Júpiter 4”, Banda
Sonora Para Cometas Y Halos Lunares atisba los sueños más apacibles a
través de impresionantes texturas oníricas -los primeros acordes ya las muestran
de un modo que, mejores, ni pintadas. Y sí, puede que esa obertura sea la
sublimación ambient-espacial más refulgente del título en lo concerniente a las
vanguardias noventeras que viabilizaron una forma de hacer/comprender música
para el deleite del pensamiento abstracto. No obstante, joyas como “Y Los
Cometas”, “The Colours - Universo”, “El Espacio Es Una Película Granulada” (primera
vez que, en Banda Sonora..., se escucha la voz de Mario), “Regresaré En
La Más Bella De Las Estaciones” o la crepuscular relectura del clásico de Elvis
Presley “Blue Moon” (“Luna Triste”, precedida por la versión in extenso de “Así
Estemos A 200 Mil Millas Del Espacio”) van apenas centímetros a la saga.
Por otro lado, se portan a la altura del reto
aquellos lienzos donde el limeño ha dado una mayor relevancia al ingrediente
melódico -no mucha, concedo, mas sí la suficiente como para afirmar que ésta va
de puntillas, por no decir que se despega sus buenos milímetros del suelo. Es
el caso de “El Silvania 13” o de “Ann”, del irreal arrullo de “Los Telescopios
Y El Sonido Del Silencio” o de la vibrante “Ella Es Un Halo Solar”. En conjunto,
puede decirse que estas canciones son el justo contrapeso para que las del
párrafo anterior no salgan expelidas más allá de nuestro campo de
visión/audición. Se convierte el CD, de esta manera, en un rosario diverso/heterogéneo
de melodías para visitar pacíficos remansos galácticos, guarderías de
estrellas, quásares balbucientes a cuyo alrededor giran longevas audiogalaxias...
“EL INCLEMENTE
AZUL/EL DESEO”
Párrafos atrás he aludido a puntuales
excepciones en el contexto de un esférico cuya mayoría de rounds son producto
de esa técnica mixta entre el ambient y el bliss (que por única ocasión se
convierte en una suerte de shoegazing a cámara lenta, al final de “El Silvania
13”). Podría afirmarse que estas excepciones interpretan el rol de agujeros
negros en BSPCYHL -no por menores, sino por el contraste que marcan respecto
del resto del repertorio. Despojadas, austeras, crípticas; “El Lado Oscuro Del
Cielo” y “Sin Órbita” son las zonas de esta parte del universo Silvania que más
densidad gravitatoria poseen. Con ellas, el mapa queda completo.
Curioso que, mientras he escuchado Banda Sonora
Para Cometas Y Halos Lunares, mi memoria volviera constantemente a “Nave”
-una de las pistas más inasibles de ese monumento que es Naves Sin Puertos
(‘98), y también de las menos ensalzadas. Es probable que ello se deba principalmente
a su síntesis de electrónica -angular y quebradiza- y de saudade aftergaze. En
ciertos aspectos, la arquitectura de ”Nave” es circular, pero de esto no he
encontrado ecos en la placa. Sí, en cambio, en su condición electrónica y en su notable poder evocativo -esencialmente, la anestésica grava cohesionada de que
aquella (la placa) se alimenta.
En tal sentido, si Todos Los Astronautas...
fue la resurrección de Silvania no para proseguir el camino allí donde se
quedó, sino para regresar -con la obvia experiencia obtenida- a unas maduras
mocedades y en torno a ellas fatigar direcciones distintas; Banda Sonora...
debiera entenderse como la consecución de ese reentré, ahora ya mirando hacia
el período más electro del otrora binomio, ensayando alrededor suyo
aproximaciones diferentes. Vuelve a honrar Mario, pues, la promesa hecha a Cocó
Revilla. Esta vez, como único miembro al mando.
(Publicado originalmente en mi cuenta
Facebook el 1ero de marzo del 2023.)
Con el casi traumático bandazo que supuso Cancionero
(3/22) resonando todavía en las neuronas, llega lo nuevo de Música Casual por
partida doble. Tras unos meses en pausa, Rodrigo Mardones entrega el mini-álbum
Ekosystema en noviembre del año pasado, reservando la salida de Autoayuda
EP para la quincena de enero último. Escuchados ambos títulos, queda del todo esclarecido
que el disco cedido a SuperSpace Records fue una insólita digresión en el
itinerario seguido por el unipersonal santiaguino desde el debut Untitled
(‘18).
Atrás quedan, entonces, las melodiosas piezas
acústicas erigidas a orillas del indie noventero de baja fidelidad. La
reconversión, no obstante, ha comportado un proceso mediato de deconstrucción.
Su primer estadio es observable en Ekosystema. De apenas veinte minutos,
sus tonalidades y texturas expiden un mayor fulgor que aquellas que desfilasen
previamente a lo largo de muchas jornadas. En contraste, estructuras y
fragmentos de los nuevos tracks participan de un minimalismo asaz inflexible.
El resultado de esta extraña confluencia tolera ser descrito como el output
hilvanado por una sensibilidad industrial reorientada al minimal glitch.
La concisión juega también un papel
importante en Ekosystema -apuntalando no sólo la sensación de brevedad,
sino además la figura, sugerida por la austeridad preponderante; de un hosco
update de aquellos famosos “soundvenirs” que alguna vez firmase Evamuss. Loopeos
sin fin (“Natura 2”), estimulaciones auditivas desnudas y en fase zen (“Natura
4”, “Natura 5”), bruscas oscilaciones noisicas (“Natura 3”, “Natura 6”); son el
principal sustento de las grabaciones recogidas en Ekosystema. -de
cadencias isoscélicas, cuando no escalenas.
Sería bonito afirmar que, si Ekosystema
es el esqueleto aristotélico, Autoayuda EP es el modelo platónico.
También sería incorrecto, por cuanto el extended se sitúa en un alero opuesto
del todo al del mini-LP. Doce minutos y monedas estigmatizados en su mayoría
por un ambient de ascendencia electrónica, desplegado gracias a un arsenal de armónicos
disonantes lo bastante notorios para purgar cualquier intención sacarosa, y a
la vez no lo suficientemente estridentes para renunciar del todo a la melodía.
Este discurso parecería llevar a Música Casual irremediablemente a un limbo,
pero no sucede tal. “Ir”, “Desprenderse” y en menor medida “Seguir” almacenan
suficiente energía psicotrónica, destilada en cíclicas cascadas, para pulverizar
cualquier intento de rigidez (corporal y/o mental).
La excepción a la regla en el EP, cuya facilista
portada repite la de Ensamblar (‘20), es “Ir-Venir”. Muy en la línea del
rock de vanguardia de mediados de los 90s, la guitarra espacial -conductora central
(¿y única?) del tema- convierte a Mardones por tres minutos en un cadete
estelar, como podrían serlo también Jason Pierce o el Ian Crause más
incandescente. Fugaces y asimismo intensos movimientos con que MC se
reposiciona en territorios de estricta investigación electrónica. El reto ahora
debería ser no repetir el mismo camino trajinado a lo largo de muchos asaltos
antes de Cancionero.
Empiezo a escribir acerca de Los 5000
diciendo que es la primera vez que les escucho. Se trata, sin embargo, de una
dupla con muchos años de historia a cuestas. Provenientes de una de las zonas
más alejadas de la V región de Chile, concretamente de la ciudad de Los Andes
(antigua provincia de Aconcagua), Los 5000 están formados por Juan Pablo Cacciuttolo,
miembro de Ensamble Experimental No. 1 y músico muy activo en las escenas independientes
mapochas, y Carlos Reinoso, fundador junto a su hermano Jaime de los imprescindibles
Mostro y responsable directo de la escudería Horrible Registros. Entre el ‘07 y
el ‘13, el dueto editó muchos y muy diversos documentos sonoros valiéndose no
sólo de varias plataformas -Horrible Registros, Pueblo Nuevo, Jacobino Discos,
A.C.S., la mexicana D-I-Net-, sino también de varios soportes -en CD-R la
mayoría de ellos, han utilizado incluso cintas VHS para ese propósito.
Según entiendo -espero equivocarme-, Relaves Muertos 2007 - 2013 (‘22) es una recopilación póstuma. Dada la naturaleza del
proyecto, empero, no puede hablarse del clásico panorámico que ilustra los
momentos más altos en la historia del tándem. Para empezar, Los 5000 ¿fue? ¿es?
un acto de avanzada, que experimenta con el lenguaje sonoro en todo momento, y
que casi siempre utiliza tecnología analógica. La sumilla que acompaña el
lanzamiento del muestrario, rebotado en los bytes del BandCamp de EMA Records (propiedad
de los LEM), menciona walkmans intervenidos, pedaleras de efectos, manipulación
de cintas, cajas de ritmos, micrófonos de contacto...
Con estas herramientas, Reinoso y Cacciuttolo
han construido un corpus que, en cuanto a etiquetas; se balancea entre el
industrial y un embrión de sonido proto IDM. Las composiciones, ejecutadas en
tiempo real y cooptadas de una única toma, cultivan una incómoda
tensión/crispación que evoca el ruidismo digital de vanguardia (sin echar mano
de él). La aspereza del registro en bruto, la disfuncionalidad de las secuencias
pergeñadas, la tirante sequedad de las modulaciones caseras acometidas; todo
ello imprime a Relaves Muertos... una urgencia testimonial, que con
seguridad se extiende al repertorio íntegro del binomio, amén de pincelazos
estéticos bien lado B.
A quien lo dude, ahí está la inflexible crudeza
de “7 Inches De Silicosis” y su avatar “7 Inches De Silicosis To AT”. También el
ludismo post industrial de “Estómagos De Cobre”. O el gravoso estruendo de “Contenidos
Bajo El Aconcagua” y su sucedáneo “Contenidos Bajo El Aconcagua 7”. Piezas casi
todas pertenecientes a la primera parte de la recopilación. Para la segunda, en
tanto, Los 5000 empiezan a clausurar su carda etapa industrial,
acercándose a ese pathos proto IDM que mencionaba líneas arriba. Tal es el ingobernable
sonido que, exceptuando a “Estómagos De Cobre”, se hace fuerte de “Aniversario
Para Consumo” a “El Veneno De Los Andes” -el de unos Autechre de esta parte del
globo, con visos más siderales, futuristas y artesanales.
Desde que los futuristas italianos de
principios del siglo XX alucinaran con la nueva gama de sonidos que adviniese tras
la decimonónica Revolución Industrial, el Ruido ha evolucionado profesando dos
credos, distintos pero no necesariamente excluyentes -toda vez que ambos
experimentan con el tejido mismo que a éste da corporeidad. El uno es el del ruido
como exploración abierta de sus ¿infinitas? posibilidades sonoras. El otro es
el del ruido como subversivo desfogue contestatario a todas las -para usar un
eufemismo- paradojas que endilga a la Humanidad el orden civilizatorio
contemporáneo.
Durante el año pasado cumplieron bodas de
plata dos lanzamientos determinantes para zamarrear a la escena independiente
peruana, mostrándole/nos que había mucho más allá del hardcore punk y del
dark-gothic, no haciendo falta sino ganas e ingenio para abandonar esas
fosilizadas prehistorias e ir al encuentro del futuro. Y aunque la ardua transformación
implicó procesos de cuando menos una década, es difícil poner en tela de juicio
que las semillas se plantaron en aquel ya lejano 1997. Estos lanzamientos, Crisálida Sónica: Compilación I e Infamia: Una Recopilación De Música Electrónica E Industrial, han sido motivo de las digitalizaciones de rigor y de sesudas
reseñas que les reivindicaron como hitos en el devenir del avant pop
independiente de esta parte del continente -más notoriamente el colectivo
Crisálida Sónica, conspicuo representante del primer credo noisico enumerado,
que el combinado binacional peruano-chileno implicado en Infamia...,
airado cicerone del segundo.
Hubo aquel año un tercer lanzamiento que
reunía las condiciones necesarias para hacerse merecedor de distinciones idénticas
a las de los otros dos. Por desgracia, ese esquivo título ha debido esperar aún
más tiempo para ser objeto del mismo trato, y así completar un trípode de
antología para la música latinoamericana más avezada/de avanzada. Estoy
hablando de Estudios Embriológicos De Deformaciones: Compilación De Ambient/Industrial/Noise
Peruano, primera (¿y última?) referencia de Chancro Seco Records.
DELIRIOS EN ESTADO
THETA
Razones que sustenten el prácticamente
unánime ninguneo recibido por Estudios Embriológicos De Deformaciones...,
hay varias, sin embargo. La primera de ellas, la más notoria, está relacionada a
un tiraje que por sí mismo saboteó las opciones de trascender hacia audiencias
algo menos minoritarias. Me extrañaría que haya sido de más de cincuenta ejemplares,
y si lo fue, de ningún modo alcanzó los tres dígitos. Integrantes de algunos de
los actos involucrados recuerdan tardes consagradas a la duplicación casera, lo
que refuerza la idea de una tirada más que modesta.
Debido a esas meningíticas cantidades (que
tímidamente circularon entonces, mejor ni pensar a posteriori), otra de las
razones se vincula directamente a la nula repercusión en medios especializados.
El cassette no suscitó ningún comentario/artículo que le reflejase en ellos. Ídem
con cualquier tipo de cobertura, por pequeña que fuese: salvo la puntual cita
en el dossier “En Los Extramuros Del Underground - Música Electrónica, Noise, Post Rock Y Rock Experimental En El Perú” (fanzine/revista Autobús, ‘05) y el
posteo apenas más extenso en el blog Extramuros (‘09), instancias ambas conducidas
por el crítico Luis Alvarado, es casi un hecho que tampoco existe la más mínima
mención al documento por lo menos hasta los 10s. Con las justas llegó a hacerse
una “presentación oficial” de la maqueta a modo de sesión de radio en 2001,
mítico espacio conducido por Helen Ramos en Radio Miraflores, en la época en
que Estudios... fue editado. En defensa de la prensa alternativa, no
obstante, tendría que alegar que no se distribuyeron copias promocionales. O, en
todo caso, ninguna arribó a las tres palestras en que milité en esas olvidadas edades.
Por último, jamás he visto la compilación puesta
a la venta. Al repasar los puntos neurálgicos de que la movida limeña disponía,
no recuerdo haberla detectado nunca en el circuito Quilca-Camaná, ni en
Galerías Brasil. Pudiera ser en Polvos Rosados, que por breve tiempo logró
afianzarse como zona donde circulasen algunas producciones nacionales, pero
sinceramente no me consta. Si me enteré de su existencia, fue a través de Leonardo
Bacteria. Aunque Insumisión no figura en el seminal tape, Bacteria estaba de buenas
migas con casi todos los involucrados, uno de los cuales seguramente le hizo
llegar el consabido ejemplar de cortesía. Con lo inconstante que era Leo en sus
gustos, un día me lo obsequió, diciéndome que ya se había cansado de
escucharle. Así fue como el demo ingresó en mi colección, una tarde de 1998.
LA MISIÓN DE LAS
ALMAS MUERTAS
Partir de la deshumanización incubada por la
sociedad industrial y descerrajar intimidantes mensajes de un ponzoñoso
criticismo surrealista, a través de aparatos metalmecánicos generadores de
complejas capas de crujiente ruido, es lo que ciñe a la música industrial de sus
peculiares identidad e imaginario. Pensemos en los martillos neumáticos de SPK,
en las perniciosas frecuencias subsónicas de Whitehouse, en los cut-ups echados
a perder de Nurse With Wound... Para cuando Erik Bullón decide poner en marcha
Chancro Seco Records y hacerle debutar con EEDD..., el industrial ya era
toda una tradición sónica que reclamar como influencia. También, un género que
se abría a crossovers menos sobrecogedores.
Por esas cosas de la vida, hoy no tengo
tratos cordiales ni con Bullón ni con Antonio Chávez (a) K19, responsables ambos
-principalmente el primero- de la preparación de Estudios Embriológicos De
Deformaciones... Bullón, quien ha reducido al mínimo sus incursiones en el
ámbito artístico, realizó la convocatoria de bandas y la selección de composiciones
para el repertorio del cassette. Chávez, retirado ya de todo quehacer sonoro,
propuso el nombre y firmó esa suerte de manifiesto que se recoge en los
interiores de la funda. Allí puede leerse “Los actos aquí presentados
recogen los trabajos más representativos de individuos cuyos conceptos ‘musicales’
van más allá del simple y común hecho de agarrar una guitarra, un bajo y una
batería y ‘experimentar’. En el Perú no existe una escena que contenga o apoye
a estas bandas. Casi por el contrario, abundan estúpidos y escasos que ‘temen’
estos sonidos (por considerarlos raros)”.
La última parte del texto reproducido ilustra
la mendicidad de una escena que chapoteaba para permanecer a flote. Y si ése
era el caso de los grupos independientes de perfil promedio, te puedes hacer
una idea aproximada de cómo le iba al contingente atestado en esta cinta, reacio
a la menor concesión formal. Algunos de estos nombres son más o menos contemporáneos
a EEDD..., mientras que otros habían sido concebidos a inicios de los
90s, por lo que cabría establecer si hubo o no conexiones con la mancha de ruido
industrioso que retrata Visiones De La Catástrofe: Documentos Del Noise Industrial En El Perú (1990-1995) (Buh Records, ‘16) -y, de existir éstas,
a qué niveles ocurrían.
Sadomasters, Maximum Terrorem, K.I.L.L.,
Inversor Demente, Error Genético y Pychulator. Para la mayoría, la maqueta fue
la primera oportunidad de mostrarse. Para otros, como Pychulator y Error Genético,
fue su segunda experiencia editorial (luego de colaborar en Infamia...).
Todos, según atestigua Dante Gonzáles de Inversor Demente, contaban con un
archivo del cual escoger las piezas a poner en consideración de Bullón. K.I.L.L.
nació en el ‘92. Inversor Demente había dado forma al Unutrium EP en el ‘95.
Maximum Terrorem guardaba material grabado que databa de fines de los 80s. A despecho
de estas circunstancias, y en la medida en que no pudo generar el más mínimo
eco, no puede afirmarse que Estudios Embriológicos De Deformaciones... influenció
a músicos contemporáneos o sucedáneos. Pero sí que aupó a sus protagonistas a lanzarse
al ruedo para comenzar a publicar sus propios trabajos y diseminar estas
sonoridades que pasaban con naturalidad del industrial al post industrial y
viceversa. El primero en hacerlo fue Maximum Terrorem, con una maqueta epónima
que muestra en primer plano un cuerpo ¿momificado?/¿calcinado? Luego seguirían K.I.L.L.,
Error Genético y Pychulator. Como asimismo Sadomasters, Inversor Demente no
llegó a editar sino de manera póstuma su antedicho extended play, cuando ya Gonzáles
se había deshecho de esa piel para empezar una trayectoria con nombre civil.
ESCATOLOGÍA DEL
MOTOCULTOR
En cuanto a disposición y a postura estética,
Estudios Embriológicos De Deformaciones... tiene más en común con Infamia...
que con ...Compilación I. Cada alias se adueña de una porción de cassette
claramente delimitada, si bien no equitativa, y retaceada por el cambio de lado
en lo tocante a Pychulator. Rompe fuegos Sadomasters, dueto formado por Carlos
Chac y su pareja Alejandra Gómez. Uno de los principales animadores del holocausto
grindcore nacional, Chac venía de patear cerebros en T.S.M. y Gutural Breath,
donde coincidió con Óscar Reátegui (Dios Hastío, Sangama, Leñadores666).
Sadomasters aporta cuatro breves temas que parecen querer ponerse zancadillas
entre sí. El primero deforma la textura misma del sonido, mientras los golpes
secos de procedencia industrial caricaturizan una síncopa -parte de su encanto
es, justamente, fracasar en ese propósito. El segundo tema parece firmado por
otra gente, pues está armado básicamente a punta de un teclado en plan
melódico. Con el tercer tema vuelve a darse un giro de tuerca, debido al
taladro funcionando en baja intensidad, mientras se erige como telón de fondo
una cortina de ruido distorsionado in crescendo -que acaba devorando al
taladro. Con mejor calidad de audio, el cuarto tema luce como un rework del
primero. No es, por ende, equivocado hablar de eclecticismo en Sadomasters al describir
sus cambiantes atmósferas.
Igual de conciso es el tramo de K.I.L.L.,
también integrado por cuatro tracks, y ubicado casi al inicio de la segunda
cara. Tres de estos tracks corresponden a una época larval del seudónimo por
antonomasia de Antonio Chávez, como él mismo reconoce en entrevista publicada
en el portal DeCajón el 4/7/01. Fierros, teclados de juguete y ruidos sampleados
a través de k-sets; son suficiente arsenal para soltar latigazos de una visión
horrísonamente cruda de la realidad peruana que los 90s heredaron -y
amplificaron- respecto de los 80s. “Milicia 1”, “Mujer”, “Fuera Sentir” y “Milicia
2” son música industrial pura y dura, retorcida/denunciatoria/inaccesible; inspirada
en SPK, Laibach, los mexicanos Deus Ex Machina y Skinny Puppy.
A Sadomasters le sigue Inversor Demente. Las
jornadas de Dante Gonzáles en Casus Belli (electrónica de ciencia-ficción junto
a Enrique Barrón) ya eran cosa del pasado cuando graba el Unutrium EP reconfigurado
como ID. Con fragmentos randomizados y la asistencia de una radio de onda
corta, “Naturaleza Muerta” y “Sonda En Mi Mente (T.H.F. Remix)” son raros exponentes
de una insólita mezcla entre el cómputo industrial y el rollo ambient, elemento
este último que justifica aquí su inclusión en el largo subtítulo de la maqueta.
A cual más desprolijo que el otro, en “Sonda En Mi Mente...” se adiciona una
constante modulación que hace que las frecuencias colisionen y acaben cruzadas.
Error Genético es el primero de los a.k.a.
de Erik Bullón en desfilar por EEDD... Ya con “Neurotorax” y “Depresión”,
colados en Infamia..., EG había dado cuenta de su fascinación por la sucia
y tenebrosa oscuridad del primer industrial (Throbbing Gristle, Whitehouse y
afines). Sonido profundo, espeso e hipnótico; de maligna deformidad, que aquí
repite exactamente el mismo plato con “Neurotransmisor” y “En Estado Theta”. Mientras
el primero loopea con parsimonia su soporte rítmico, el segundo se compone principalmente
de siniestras resonancias de una sordidez que espanta/epata -tal cual sucedía
con su presencia en Infamia...
Pychulator es la segunda faceta de Bullón en mostrarse
aquí. Sólo que, mientras Error Genético es aún hoy un acto individual, Pychulator
era cosa de tres -Bullón, Antonio Chávez y Carlos Chac. El ex T.S.M. es
precisamente quien cooperó con las bases para las primigenias pistas del trío,
tanto las precedentes “Scrotophobia” y “Necrosphera” como las escuetamente
bautizadas “Tema 1º” y “Tema 2º”. “Tema 1º” clausura la primera cara del tape,
en onda mucho más funesta y pirada que Error Genético, pero también más entrecortada,
aunque no necesariamente más lóbrega. Sin que haya rastro del huaico de noise
malsanamente jodido y cachoso del que Pychulator hizo gala en solitario, “Tema
1º” tampoco esconde el menor rastro de médula rítmica. “Tema 2º”, en la otra
esquina, abre el lado B adelantando lo que sería el (¿anti?)sonido distintivo
de Pychulator del debut en adelante -una malformada sobresaturación de audio
corrupto/vejado.
Estudios Embriológicos De
Deformaciones...
finaliza con la irrupción de Maximum Terrorem. Tercera de las chapas de Bullón
en salir a escena, MT ofrenda el surco más largo de la cinta, “Morton Thiaca”.
Éste y “Signum Mortis” incluyen voz, pero muestreada. Si Pychulator era (al inicio)
una broma altamente corrosiva y Error Genético era post industrial con muchos
vasos comunicantes hacia la música concreta y la composición electroacústica,
Maximum Terrorem es (también al inicio) abstracción maculada, surgida de la
carencia y de la represión: juguetes modificados/intervenidos, cintas gastadas
y sobre-impregnadas, caótica aspereza textural.
ENTROPÍA E
INMORALIDAD
Como ya quedó señalado, la suma de
condiciones adversas no le permitió a EEDD... siquiera alcanzar impacto
similar al que cosechó Infamia: Una Recopilación De Música Electrónica E
Industrial. Por si hace falta reafirmarlo con todas sus letras, no logró el
menor revuelo, salvo entre los músicos que Bullón conjurase. A lo largo de los
00s, éstos comenzaron cada uno a trazar su propia carrera, mal que bien con la
misma suerte en la mayoría de casos.
Registró Sadomasters una maqueta denominada Cacon,
de portada roja, que nunca ha aparecido en Internet para su escucha. Apenas se
le menciona en la página sobreviviente de Flugelrad Records, especie de escudería
de Erik Bullón que durante un período puso la inmensa mayoría del material de
su nómina -grupos peruanos rarísimos como Ovnilogia, Necropolis (del propio
Bullón), IPRI, Digitaria, Audiometría o Skulldown; entre otros- para free
download. Actualmente ni siquiera se pueden observar las imágenes de estos volúmenes
descatalogados. Lo que sí figura en el BandCamp de Heavenly Music es Astral Shadows (‘18), junto con algunas de las obras antes disponibles en
Flugelrad. Debe considerarse a este opus como el debut en regla de Sadomasters,
que a la fecha siguen siendo Gómez y Chac.
Poco después de la salida de Estudios
Embriológicos De Deformaciones..., Dante Gonzáles participó en Síndrome (efímero
experimento con Erik Bullón y Hernán Segovia, que grabó el demo Tacora
Motors en el ‘98, editado después). Como Inversor Demente, el Unutrium
EP fue subido a la Red a casi veinte años de su concepción. Gonzáles afirma que
aún conserva en archivo muchas de las composiciones de este chaplín. Quién sabe
cuánto tiempo se quedarán allí, ya que Dante tiene como -justificada- prioridad
darle mayores vuelos a su carrera solista, después de haber clausurado por todo
lo alto la etapa de Varsovia.
Descontando cesiones, la música hecha pública
de Error Genético se reduce a dos discos. El primero titula Maximum Terrorem,
como su proyecto de toda la vida, y si lo tengo es porque lo encontré en casa de
Christian Galarreta -en los días en que vivía en Lima y mucho antes de metamorfosearse
en Sajjra-, y lo pedí prestado. El otro, Minimal Hypnotic Soundscape (‘17),
se halla para libre descarga en el BandCamp de Heavenly Music.
Pychulator traspuso la barrera del milenio
convertido en individual de Antonio Chávez, deviniendo así en la cuarta de sus personalidades,
tras K.I.L.L., N y Naiadra Muriática. Su primer jab, Sector Dañado (Dile No
A La Falsa Gringa Y A La Silicona!!!), es publicado en el año del Jubileo bajo
disquera propia (Laceración Auditiva Records). El segundo, Invaginación,
data del ‘04 y proviene del catálogo de Aloardi. Aunque Chávez ya no hace
música, en el ‘17 se puso para descarga gratuita el registro (Early Works
1997-1999), que contiene
grabaciones hechas sólo por Chac y por Bullón. El enlace, como siempre en
Heavenly Music, aún está habilitado.
K.I.L.L., la identidad sónica central de Chávez,
gestionó en 1999 la edición de Terrorismo, Psíquico; tremenda refrendación
de esta ordalía electrónica-industrial-ruidista en permanente mal viaje onírico.
Katharsis, grabado en el ‘04 y editado en el ‘05, fue un segundo y
último paso que no he tenido la chance de audicionar.
Es Maximum Terrorem la entidad que más
material ha liberado para su asimilación. A Necro, maqueta fechada a
fines del ‘89, le sigue una nueva cinta, esta vez epónima, fechada en el ‘96.
Después de Antifonía (Collected Works 1989-97), notable recopilación de grabaciones aparecida en
el 2000, el camino de este alias de Bullón se desdibujó un poco con Spiritus
Mundi (‘01) y Tenebræ (‘09) -que ni de lejos tienen el horror innominado
que palpitaba bajo el pellejo de sus otras placas. De todos los mencionados,
únicamente Necro y Antifonía... pueden aún ubicarse y descargarse.
NATURALEZA NO-MUERTA
En la mencionada entrevista que K19 dio para
DeCajón, se habló de una reedición de Estudios Embriológicos De Deformaciones:
Compilación De Ambient/Industrial/Noise Peruano acaecida en el 2000. En las
muchas conversaciones que he tenido con Erik Bullón hasta que sobrevino la
ruptura, nunca habló del particular. Quizá sí hubo una reedición, pero ésta no
se hizo en formato digital y/o virtual, menos en el poliacetato de vinilo. De
manera que es sólo ahora, 26 años después de su primer/¿único? tiraje, que el
panorámico es colgado en Internet con fines informativos y para su libre descarga
y compartición. El crédito de rigor por la digitalización corresponde a Dante
Gonzáles. Accedes al muestrario haciendo click aquí.