(Publicado originalmente en mi cuenta
Facebook el 15 de marzo del 2023.)
Entre las grabaciones más enigmáticas que
integran el legado histórico de nuestra escena independiente nacional, siempre
destacó “Escapa Del Control” por su reacia insularidad, así como por considerársele
la única canción de Yndeseables que había sobrevivido al paso del Tiempo. Poco
más se sabía respecto de proyecto y obra: que el marbete Yndeseables fue creado
en 1984 por Guillermo Valdivia
a.k.a. Kimba Vilis (hermano de Daniel F y
baterista de Leuzemia), que era más una apuesta personal que un grupo, y que el
tema proviene de la mítica maqueta compilatoria
Ataque Subterráneo Vol. II
(1986).
Hace cuatro años y medio, Rolly Necio, infatigable
documentador de la primera escena subte limeña; dejó helado a todo el mundo colgando
en su cuenta de YouTube el cassette demo con que iba a debutar Yndeseables en
1985. Esta cinta, bien por iniciativa propia o a instancia de Vilis, se bautizó
como El Perfecto Ruido. Es a partir de la base proporcionada por el tape
que Buh Records ha lanzado a principios de año una recopilación y un 7’’ incluyendo
todo lo que en aquella época se registró bajo el rótulo Yndeseables -con el plus,
en el caso del 45 rpm, de rescatar las tomas de estudio tanto de “Escapa Del
Control” como de su trunco lado B “Asquerosa Corrupción”.
Añadiendo cuatro piezas hasta hace unas
semanas inéditas,
El Perfecto Ruido no hace sino confirmar lo que ya
había dejado entrever la primerísima versión liberada por Necio. A saber, que
Yndeseables no se subordinaba al hardcore punk que reinó soberano durante los primeros
años de la movida subterránea ochentera, sino que más bien se valió de sus
trabas y sus contradicciones para superarle. En ese propósito, coincidió en
cuanto a vocación con gente como
Feudales/Paisaje Electrónico, Sociedad De
Mierda, Éxodo,
Voz Propia,
Delirios Krónicos,
Salón Dadá/Col Corazón, Lima 13,
T De Cobre, Masoko Tanga,
Disidentes o Sor Obscena. Aún podría decir más:
Yndeseables fue el único acto peruano de no wave atómicamente puro, quizá sin
que el menor de los Valdivia estuviese enterado de qué diablos quería ilustrar
esa etiqueta, que en el hemisferio norte unificó a fines de los 70s a los
estetas neoyorkinos precursores del after punk.
Eso es lo que refleja la maqueta recuperada -que
el baterista grabó en mayo del ’85, secundado por Mario Chirinos (a) Mario
Almanegra, bajista de Zcuela Crrada. Por un lado, aprovechamiento al máximo de
los minúsculos espacios que toleraban unas apabullantes limitaciones técnicas:
sin drum set, una guitarra acústica completamente vejada (a punta de obsesivos
trallazos), teclados que es difícil imaginar cómo funcionaban después del
doloroso tratamiento-a-lo-instrumento-de-percusión a que Yndeseables les
sometía, simple y llano ruido “tubular” (hecho con tuberías viejas). Por el
otro lado, feroces acometidas contra todo aquello que te permite elaborar y
entender definiciones convencionales de lo que llamamos “música”: desprecio por
las más elementales nociones de compás y afinación, aniquilación absoluta de
acordes y arpegios, desmaterialización y colapso de frecuencias en plan de
autosabotaje. Desprolijidad militante, en resumen.
El laudable reverso de estas carencias, de estas
deconstrucciones a conciencia, es la incombustible/potente habilidad expresiva que
canalizó Vilis a través del repertorio yndeseable. Un angst granputeante del
que dan cuenta asaltos como “Basta Ya”, “Depresión”, “Relaciones Distanciadas”
o “Confundidos”. Yndeseables nace, se saca la chucha, atropella y muere con
cada canción. Si acaso puede hablarse de estilo, el de la temporal asociación Valdivia-Chirinos
se corresponde con el de un incesante desmadre lo bastante consistente para
evitar el polimorfismo y a la vez el lugar común de la frase “cortados por la
misma tijera”. Impar correlato sonoro capaz de soportar los aullidos y el spoken word lastimero de Kimba -explorando/confrontando con vertiginosa crudeza
y desencanto el pánico vacío existencial que hizo presa en las generaciones
cuya juventud transcurrió durante los atroces 80s de este país. Nada lo resume
mejor que la letra de “Cadáver” (“Eres La Persona Que Ha Dejado De Existir/No
Porque Hayas Muerto/Sino Porque Has Dejado De Pensar”). Nada lo
resume mejor que la pesadillesca densidad de la final “Centrosis”.
Las tomas del single son aquellas que reformuló
Yndeseables en un estudio de grabación como mandan los manuales, armazón
percusivo incluido (sospecho que en la forma de una drum machine), con miras a
que integren el track list de Ataque Subterráneo Vol. II. Sólo una, sin
embargo, fue acogida: la versión de “Escapa Del Control” que cobija el sencillo
es, por ende, la que todos/as hemos escuchado en el histórico k-set. Con ella y
su B-side se completa, en teoría, todo lo registrado alguna vez por el elusivo
proyecto -exceptuando, claro, el intro de que venía provisto El Perfecto
Ruido de Necio y el directo de “Examina”. No hay duda de la autenticidad del
primero, mientras que el propio Vilis jura que no guarda recuerdo alguno de la
presentación en Magia (desaparecido point ubicado en el distrito de Magdalena, casi
al final de la avenida Brasil), que es de donde se extrae la mencionada versión
live.
Hákim de Merv
No hay comentarios.:
Publicar un comentario