(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 1ero de marzo del 2023.)
Atrás quedan, entonces, las melodiosas piezas acústicas erigidas a orillas del indie noventero de baja fidelidad. La reconversión, no obstante, ha comportado un proceso mediato de deconstrucción. Su primer estadio es observable en Ekosystema. De apenas veinte minutos, sus tonalidades y texturas expiden un mayor fulgor que aquellas que desfilasen previamente a lo largo de muchas jornadas. En contraste, estructuras y fragmentos de los nuevos tracks participan de un minimalismo asaz inflexible. El resultado de esta extraña confluencia tolera ser descrito como el output hilvanado por una sensibilidad industrial reorientada al minimal glitch.
La concisión juega también un papel importante en Ekosystema -apuntalando no sólo la sensación de brevedad, sino además la figura, sugerida por la austeridad preponderante; de un hosco update de aquellos famosos “soundvenirs” que alguna vez firmase Evamuss. Loopeos sin fin (“Natura 2”), estimulaciones auditivas desnudas y en fase zen (“Natura 4”, “Natura 5”), bruscas oscilaciones noisicas (“Natura 3”, “Natura 6”); son el principal sustento de las grabaciones recogidas en Ekosystema. -de cadencias isoscélicas, cuando no escalenas.
La excepción a la regla en el EP, cuya facilista portada repite la de Ensamblar (‘20), es “Ir-Venir”. Muy en la línea del rock de vanguardia de mediados de los 90s, la guitarra espacial -conductora central (¿y única?) del tema- convierte a Mardones por tres minutos en un cadete estelar, como podrían serlo también Jason Pierce o el Ian Crause más incandescente. Fugaces y asimismo intensos movimientos con que MC se reposiciona en territorios de estricta investigación electrónica. El reto ahora debería ser no repetir el mismo camino trajinado a lo largo de muchos asaltos antes de Cancionero.
Según entiendo -espero equivocarme-, Relaves Muertos 2007 - 2013 (‘22) es una recopilación póstuma. Dada la naturaleza del proyecto, empero, no puede hablarse del clásico panorámico que ilustra los momentos más altos en la historia del tándem. Para empezar, Los 5000 ¿fue? ¿es? un acto de avanzada, que experimenta con el lenguaje sonoro en todo momento, y que casi siempre utiliza tecnología analógica. La sumilla que acompaña el lanzamiento del muestrario, rebotado en los bytes del BandCamp de EMA Records (propiedad de los LEM), menciona walkmans intervenidos, pedaleras de efectos, manipulación de cintas, cajas de ritmos, micrófonos de contacto...
A quien lo dude, ahí está la inflexible crudeza de “7 Inches De Silicosis” y su avatar “7 Inches De Silicosis To AT”. También el ludismo post industrial de “Estómagos De Cobre”. O el gravoso estruendo de “Contenidos Bajo El Aconcagua” y su sucedáneo “Contenidos Bajo El Aconcagua 7”. Piezas casi todas pertenecientes a la primera parte de la recopilación. Para la segunda, en tanto, Los 5000 empiezan a clausurar su carda etapa industrial, acercándose a ese pathos proto IDM que mencionaba líneas arriba. Tal es el ingobernable sonido que, exceptuando a “Estómagos De Cobre”, se hace fuerte de “Aniversario Para Consumo” a “El Veneno De Los Andes” -el de unos Autechre de esta parte del globo, con visos más siderales, futuristas y artesanales.
Hákim de Merv
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