Hacía tiempo que no
me exponía al estímulo de una obra así... Confío en que haberlo dicho antes de
empezar alegue a mi favor en el pobre balance general del escueto texto -muy probablemente,
no sean las palabras adecuadas.

Untitled es una caminata de largo aliento. Larguísimo.
Su hoja de ruta te conduce por las soledades de aquella música experimental/de
vanguardia que ya se halla a poco de celebrar tres decenios autocatalogándose
así. Las raíces son, pues, noventeras. El hecho de que la principal fuente de combustible
para este viaje sea un abundante corpus de grabaciones de campo, remite al cut-and-paste
orwelliano de Scanner (Robin Rimbaud). Estos fragmentos vienen adheridos a una
basca interminable de aleatorias imperfecciones sonoras, que aportan decrepitud
y anomalía a imbricadas texturas cuya expresividad posee una significación típicamente
“humana” -la del desacierto, la del fallo, la de la equivocación.
Es el de Mardones,
entonces, un ambient de ampulosidad inexistente; que incluso podría catalogarse
como yermo o estéril si no fuera por la carga negativa de la que siempre
estarán embebidos ambos adjetivos. Un ambient que observa férreamente una
draconiana economía de medios, y que dista mucho de ser un facsímil de la obra
de Scanner. La manera en que Música Casual procesa-loopea-y-dispone la materia
prima de la que se alimenta, evoca los días en que Oval dotaba de dimensiones
filosóficas al recurso del Error y de ominosa significancia al Ruido en la
música digital de aquella desvanecida década.

Un disco sumamente
difícil, de ésos que aún pueden dejarte exhausto/a si no tienes experiencia
previa (e incluso si la tienes), y que reafirma/valida la paradoja en la que
cayó el avant-garde antes del cambio de siglo -indescifrable y hasta tedioso
para el oyente pop, tributario de una forma de esculpir sonido que sigue
luciendo idéntica cerca de treinta años después.
Hákim de Merv
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