(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 18 de mayo del 2022.)
Si en Vergel (3/21), Rodríguez había comenzado a maniobrar el timón del excelente unipersonal hacia estéticas electrónicas favorables a/coincidentes con el refinado shoegazing de sus primeras referencias, tanto en Otoño / Invierno EP como en S/T el cambio de curso ha parado en seco. Incluso podría decirse que el viaje inexorable hacia el ambient digital no sólo no continúa, sino que ha desandado uno o dos pasos. Para bien, subrayo: Aloysius Acker se echa el clavado sumergiéndose hasta el fondo en el lagar de un post rock vítreo, cristalino, cuya superficie se mece tupida por opalescentes vapores. Las delicadas notas de sus composiciones se derraman sin entrecortarse, como en un ensueño -propiedad que no se arredra ni siquiera en sus viñetas de mayor apasionamiento, como “Lejanía” o “Recuerdo Que Eras Como Las Nubes”.
Dos exquisitas miniaturas con que Rodríguez nos recuerda algo que a veces solemos olvidar prontamente: en ningún lado está escrito que es imperativo estar descubriendo la pólvora a cada rato -y aún si así fuera, hasta puede ser indispensable retroceder dos pasos para poder adelantar tres.
Desde el ‘20, este devoto de la saga The Omen -Yiggael es el enloquecido monje que pinta los rostros del Anticristo (descubiertos en la segunda entrega de la franquicia), el primer CD de Los Entierros se llama Discípulos De La Vigilia (satánica feligresía que ayuda a Damien Thorn a cumplir sus designios en Omen III: The Final Conflict)- lleva adelante una travesía solista que debutase a fines de marzo, vía extended eyectado por Tóxico Records (escudería de Gatoebrio, Mazo, Reino Ermitaño y Tortuga). Grabado con el concurso del bajista Carlos Vidal (Ciudad Veneno, La Ira De Dios) y del hiperprolífico Herrmann Hamann, quienes vienen secundando al ex KG a partir del ‘21, Cállate, Mira Y Escucha EP ilustra el espinoso/enrevesado crossover donde se volatilizan muchos de los ingredientes antes listados -además de otros como la new wave, el post punk y la psicodelia.
El extended se compone de dos piezas, si bien entrelazadas, diferentes. Rompe los fuegos “Encerrado”, sampleando parte del diálogo entre Dean Brooks y Jack Nicholson (One Flew Over The Cuckoo’s Nest, 1975). El corte es una contundente demostración de resonante proto-punk garagero acunado por cavernosas oquedades megalíticas, con una ácida vibra entre stoner feral y dark necrofílico. Sediciosa combinación la suya, que de por sí concita rápidamente el interés.
“Autómata” marca vehemente contraste al tratarse de una canción de revoluciones sensiblemente menores. Preso de un cansino agobio y de un sentimiento de insondable desasosiego, su espíritu yace en el mausoleo del dark rock de los 80s, poseído por lúgubres climas de exasperante tensión y atribuladas atmósferas de teclado (cortesía de Hamann, también a cargo de mezcla y masterización). Coronan la faena en “Autómata” esa performance vocal a lo decrépitamente aguardientoso crooner de carretera que Kaiser escupe, así como la pesada hipnosis cuasi industrial que destilan las eléctricas de Jean Paul y Herrmann -heredadas tanto de Alien Sex Fiend como de Killing Joke, influencias capitales para este acto.
Entiendo que ambos temas han sido grabados entre el ‘20 y el ‘21. Teniendo en cuenta lo mostrado en ellos, el saldo es alentador, pero asimismo breve. Demasiado, diría yo. Ojalá pronto haya nuevas noticias de Kaiser, que con este EP -un single, en la práctica- nos deja apenas con la miel en los labios.
Hákim de Merv