jueves, 4 de febrero de 2021

Hongoz En El Zerebro: Beatriz Grau // DJ Locopro: Madrugada De Laptop EP // La Ira De Dios: MMVIII (Sesiones Cosmos Kaos Destrucción) EP/Woman (Peruvian Psych Garage Rock With Punk Attitude) EP/5 Segundos (High Octane Dirty Raw Rock'N'Roll In Mono From Lima, Peru) EP/Lima Is A Punk Rocker (Garage Dirty Rock'N'Roll In Mono From Peru) EP // Dafne Castañeda: Posguerra // Theremyn_4: Fluorescente Verde En El Patio Remixes

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 27 de enero del 2021.)

LOS DISCOS PERUANOS DEL 2020 QUE NO ALCANCÉ A RESEÑAR (I)

A propósito de Félix Pineda Méndez y su pernicioso accionar usando la chapa de NRA Ruido, una de las propuestas más irritantemente noise de Ari Quepay -ciudad donde este limeño lleva ya tiempo afincado-, me fue dada a conocer la historia (detrás) de Hongoz En El Zerebro. Ese extinto septeto capitalino subsistió entre el 2010 y el 2013, abandonando rara vez la perdida sala de ensayo en la urbanización Santa Beatriz (Lima distrito) que le sirviese de hábitat. Uno o más ex integrantes crea/n la respectiva página Facebook a fin de preservar documentación sobre la desaparecida entidad, puesto que ésta jamás editó de manera oficial. Videos de performances o acompañados de pistas de audio recuperadas constituyen, en esencia, el material de que se alimentan esos posteos.

Cuán grande fue mi sorpresa, ergo, al hacerse de dominio común en diciembre el postergado testimonio del combo que formasen Pineda Méndez, un tal “Primo” Mujica, André Cabriñara, Alonso Barrios, Pier Gutiérrez, Frank Hernández y Jhonny Gamarra. La gracia se la debemos al characato por adopción, que en el 2016 encontró en el cuarto que ocupase hacia el final de su estancia en Lima La Horrible la grabación en cinta de un ensayo. El 29 del aludido mes, el material es subido a Internet desde el BandCamp de Capitán Mou, label de Zárate -provincia de Buenos Aires, Argentina, a orillas del Paraná.

¿Y se confirma la leyenda negra que envuelve a HEEZ? No exactamente. Si el post punk '78-'84 soportara la descripción de criatura de un solo cuerpo y muchas diferentes testas, rumores y audiovisuales sobre el fantasmal grupo invertirían esa figura, trazando desde una única desmesurada cabeza múltiples cuerpos en jodida convergencia hacia ella. Pese a que algo de eso tiene Beatriz Grau, luce de manera mucho menos caótica que la que cabría presuponer.

Entonces, ¿leyenda urbana? Para nada. No olvides que ésta no es una recopilación de tomas registradas caseramente en diversas fechas, sino el repertorio completo de un ensayo que sobreviviese de milagro. Lo que el registro corrobora es que Hongoz En El Zerebro se escurría por las cavidades más miserables, turbadoras, abyectas del post punk clásico. Sobre todo durante la segunda mitad -“HERZA”, “CHAPTER”, “ARGA”-, se advierte un estado mental colectivo en permanente colisión, un estilo de sofocante y agresiva tosquedad, un sonido intrínsecamente masivo. O también: la obra de unos Chrome latinoamericanos en mal viaje, llena de torvos latigazos de ruido, de voces en incesante agonía que sólo atinan a emitir gritos lacerantes (“AAC”, “GRIMA”, “AAB”) -y que condescienden a perorar “1, 2, 3, va” con el único propósito de que las manos se autosaboteen yendo en la dirección más opuesta, cada par por su lado.

Inhóspita, intensa y asesina la experiencia que ofrece Beatriz Grau, sí; y con todo, apenas representa la cara más limpia de los siete de Santa Beatriz (cf. los videos rescatados en Facebook).

Cosa juzgada es que, tras Lima De Blue (2017), Miguel Elescano ha volcado todo esfuerzo en pro de su alias más connotado -el de DJ Locopro. Con esa denominación lanzó en el 2018 los títulos Digital Avenida (mayo) y Designer Music (noviembre), amén de Recuerdos Atmosféricos en octubre del 2019, todos ellos de aliento prolongado. Ya en el 2020, el músico confirmó su prolificidad con El Ritmo De La Mente (marzo) y Madrugada De Laptop (agosto), este último un EP.

No puedo hablar por los demás como sí por Madrugada De Laptop. El extended atestigua un vuelco del equilibrio mostrado en Lima...: si antes la electrónica que restalló tras la declinación del fenómeno rave se imponía con alguna ventaja a su ascendiente house, en Madrugada... compruebas que Locopro prefiere ahora la dulce austeridad casi draconiana del sonido forjado por el binomio Chicago-Detroit. Siempre lo ha preferido, en realidad, sólo que antaño el puntillazo de remate a sus creaciones tenía más del abigarrado detallismo propio del canon IDM británico. Si bien el intelligent techno todavía aflora en “Goodbye Drugs” y la viñeta epónima, lo hace por interludios. Predominan durante los 21 minutos de MDL EP, pues, los four-on-the-floor, los claps, los hi-hats semifuertes, las inalterables/invencibles líneas de bajo, los BPMs tentando de continuo saltar la barrera de los 132...

Cierto que para la tercera década del siglo XXI el house y derivados ya no resisten que se les etiquete como “músicas de avanzada”. Considerando que el poder evocador de imágenes neofuturistas que les fuera concedido por la cepa acid funk sigue intacto, ¿importa eso algo? Frutos como los de “Perfecta Sintonía” o de “After Hours” no se cansan de responder negativamente a esa pregunta.

El consumidor informado de la movida independiente nacional sabe que no se ha consumado la disolución oficial de La Ira De Dios, aún cuando asimismo sobreentiende que el vitoreado trío se aletargó tras Perú No Existe (2012), último de una fantástica serie de LPs que despegase con el majestuoso space post psicodélico de Hacia El Sol Rojo (2003). A posteriori, Miguel Ángel Burga priorizó muchas de sus otras identidades, de las cuales he dado cuenta parcialmente en este espacio (Culto Al Qondor, Ande, 3AM).

Durante el 2020, el grueso de la prensa especializada se hizo eco de la efímera resurrección de la banda con un nuevo EP que sumar al Horror City 3 (2009, apéndice vinílico del Apus Revolution Rock). Anuncio bastante peculiar, porque en realidad fueron cuatro los extended eyectados a lo largo del año pasado: MMVIII (Sesiones Cosmos Kaos Destrucción) EP, Woman (Peruvian Psych Garage Rock With Punk Attitude) EP, 5 Segundos (High Octane Dirty Raw Rock'N'Roll In Mono From Lima, Peru) EP (fue éste el voceado) y Lima Is A Punk Rocker (Garage Dirty Rock'N'Roll In Mono From Peru) EP. Colgados todos en el BandCamp de Re-Psych-Led Records, estos artefactos repescan cronológicamente material que dormía el sueño de los justos en el archivo de Burga. A despecho de la diversidad de matices, los trece canales de este corpus liberado se mueven dentro de las fronteras estilísticas que la terna cimentó y ensanchó con kilometraje y experiencia. Existe, por ende, un limo nuclear común a ellos; sazonado de stoner, psicodelia garagera, actitud punk y hierbas similares. Según cada EP, se ponderan tales o cuales ingredientes -y sus subsecuentes cruzas...

La producción de Hermann Hamann, por ejemplo, le saca lustre al stoner psicodélico que pululaba en Cosmos Kaos Destrucción (2008) para trasplantarlo al MMVIII... EP, cover de Narcosis incluido (“Destruir”). Éste es, además, el único plástico de los cuatro en el que aparecen tanto Hamann como el baterista Enrique De Vinatea. Para los tres siguientes, la alineación de LIDD -Burga en voz y guitarra, Carlos Vidal en voz y bajo- cierra filas con las baquetas de Pepe Abad.

“Woman”, soundtrack seleccionado para la serie Interrogation (primera temporada, tercer episodio), orquesta el extended homónimo junto a “Ron De Quemar” y la emputada revisión de Discharge (“Society’s Victim”). El EP (es Máxima Acuña la que aparece en portada, símbolo de resistencia contra el abuso/la prepotencia de las grandes corporaciones mineras) discurre anegado de punk psychobillesco y adrenalínico rock de garage -cada pista es una contundente sacada de mierda, sobre todo la titular. Igual de intenso es el 5 Segundos... EP, aunque aquí cortes como “Asco” y “Cólera” proponen un híbrido stonerbilly con accesos beat y de encendida iracundia punk.

Breviario a medias sucio rockabilly arrabalero -“Maldito En Cervezas”, “Lima Is A Punk Rocker”- y psicodelia beat/punk -“I Wanna Get High”, el instrumental “Caronte”-, Lima Is A Punk Rocker... EP rubrica el status de La Ira De Dios como extraordinaria entente perpetradora de stoner rock/punk psicodélico/garage spacebilly, a contar entre los créditos peruanos más talentosos del nuevo milenio; a la vez que le pone punto final a su trayectoria. Momentáneo, espero: algún día volverá en regla y encenderá nuevamente la mecha del éxtasis interminable del Armagedón.

Gustavo Santaolalla y la de gente que defendió su bodrio Rompan Todo, provenientes del establishment y del underground de la región, deberían ponerse en cuatro de la vergüenza por -entre otras cosas- la afrentosa “coronación” de Andrea Echeverry como el “futuro” de la participación femenina en el panorama pop/rock/electrónico latinoamericano. Al margen de los méritos que se le quieran reconocer, la colombiana lleva ya por lo menos 3 décadas haciendo música. Así es difícil hablar de futuro, ¿no?

Ese Futuro les pertenece a Emilia Bahamonde (Ecuador), a Naty Lane (Chile), a Silvana Tello (Perú), a Ana María Romano (Colombia), a María Emilia Pérez (Venezuela)... Y a Dafne Castañeda también, por supuesto. Esta joven limeña, me dicen que norconeña por añadidura, se estrenó a principios de diciembre con la que de todas maneras debe ser la sorpresota del 2020 en el plano local. Posguerra es una soberbia jornada de lo que todavía hoy puede catalogarse como avant pop. En sus siete episodios, la novel compositora entroniza como columna vertebral del disco un pop melancólico donde no son infrecuentes deliciosas hipérboles como “Puede Más El Tráfico De La Ciudad/Ser Más Paciente Que Yo Ahora” -para quienes han paseado bajo los cielos de la capital peruana, la validez de este pareado es tan luminosa como el sol que nos cuece en verano- o “Pierde Forma La Más Dura Roca/Se Derrite Feliz”.

No menos decisiva, empero, es la armadura de la que se provee a Posguerra -un exoesqueleto de trinosonidos digitales y borborigmos electrónicos, que acentúa la sensación de constante fragilidad y de (con)tener las emociones a flor de piel. La conjunción se fructifica en una suerte de glitch pop triperazo, algo reminiscente del Like Weather (1998) de Leila -mientras muchos le consideraban IDM, a mí siempre me supo a trip hop-, con la salvedad de que lo hecho por Castañeda asoma versión corregida y aumentada de aquella vieja referencia.

Canciones vibrantes como las magníficas “Antes De Nacer”, “Yo Ahora”, “Lo Digo De Verdad” o “Frío 2020” (donde la cantautora se desarma/desangra sin ensombrecer la melodía); pasan a engrosar los recuentos anuales de aciertos definitivos adjudicados a las huestes nacionales autárquicas. Y aún así, marchan por detrás de “For No Long” y de “Si Alguien Pregunta” -sobre todo la última: adelantada como single en abril, su asociación de vernácula percusión folk y brillante envoltorio binario me hace pensar en una Björk realmaravillosa post-Telegram, que después extiende su manto de plumas hasta el último acorde de la rodaja. Subyugante.

José Gallo conmemoró el año pasado las dos décadas acaecidas desde su entrée como Theremyn_4, cuando Fluorescente Verde En El Patio (2000) sepultó los vestigios de sus días en Huelga De Hambre y le granjeó una segunda vida artística. No por nada se estima a éste uno de los debuts más notables que acunasen los circuitos peruanos off-mainstream.

(Lamento, eso sí, que nuestra amistad no alcanzase esa misma cantidad de años. Conocí a José gracias a Fluorescente..., y desde entonces nos hicimos cercanos. Pero luego de analizar con una mano en el pecho su discretísimo Lost Moments (2018), mediante el único texto redactado en medios locales señalando sus falencias, el músico decidió eliminarme de sus contactos. Aunque lo deploro, no me arrepiento de lo que hube escrito: la honestidad antes que todo.)

Fluorescente Verde En El Patio Remixes no es la primera jugada de esa laya en la historia de Theremyn_4: aparte del Peruvian Remixing Co. (2004), está el fresco antecedente de Remixed Moments (2019). De éstos, es el último el que se concibe pensando en remezclar el track list de un trabajo específico (Lost Moments).

Similar es la gracia del Fluorescente... Remixes. O debía serlo en teoría. De los 14 surcos originales, dos no han sido considerados para la re-creación de rigor -uno de ellos (“La Insoportable Levedad Del Chamán De Amplitud Modulada”) es un efímero sampleo de 35 segundos, al otro (“Proyecto Echelon”) no le encuentro ninguna razón para exceptuarlo. En lugar de ese par, se cuelan dos remezclas de “Carmín Ciclón”, “Al Fin Te Encontré Mañana” e “Intraterreno”; alcanzándose la cifra de 16 tracks con la adición del remix de “Ruido Naranja”, tema que permaneció inédito hasta que se le subió a SoundCloud con nueva mezcla hace 4 años (y cuya inclusión aquí parece confirmar que siempre se trató de un outtake del Fluorescente...).

Separo ahora la (poca) paja del grano. Y por (poca) paja me refiero a aquellas reelaboraciones que se descubren demasiado respetuosas de los moldes primigenios. Es el caso de las dos versiones de “Carmín Ciclón” -próxima al tech-house la de Saudade Café (ya había aparecido en Peruvian...), tan afín al downtempo como la original la que enyunta a Zetangas con un tal Miki Uza (que no debe ser otro que el ex Rayobac Miguel Uza)-, de la versión de “Transmisión” (a cargo de 5 Esquinas, una agrupación que nunca hizo lo suficiente), de la que opera Mr. Zoom Multiverse sobre “Intraterreno”, y de la que ejecuta Marco Drago a “Al Fin Te Encontré Mañana”. Cinco lecturas que aportan poco o nada a lo mostrado por sus modelos.

Más allá de los puntajes, el resto de Fluorescente... Remixes cumple el requisito de darle giro(s) novedoso(s) a los originales a través del consabido masajeo remixológico. Aquí se hace necesario destacar la sobredosis de dub 3D que Nicolás Miranda inyecta en “AM”, los maridajes de big beat y techno que Kollantes y Subtoniq implementan respectivamente en la otra versión de “Al Fin Te Encontré Mañana” y en “Detonador, la deconstrucción que practican Eléctrica De Lima de “SDF-1 8bit Groove” y Rua MKL de “La Termodinámica Intrínseca”, el glitcheo trippy que inculca No One Name a “Lovesucks”, la relectura minimal de “Motel” por cuenta de Juan Nolag, y la excesivamente respetuosa versión ambient synth de “Chambi” a cargo de Tribilín Sound -un terrorista de la sampladelia pacharaquienta con clase y estilo.

Lo demás, a pesar de las reconfiguraciones, no consigue chuntarla -menos que ninguno El Lazo Invisible en sociedad con el ex Jas Joni Chiappe. Ambos trastocan “El Aire Que Respiramos Es El Mismo”, una de las más hermosas composiciones que haya firmado un acto incaico, en “La Mitad Del Aire Que Respiro”, pálido reflejo de la suite que incrusta en el corazón Gallo al piano.

Correcto ejercicio remixero con que sacar lustre a cuatro lustros de idas y venidas.

Hákim de Merv

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