viernes, 11 de diciembre de 2020

Descargo Y Maleficio: Descargo Y Maleficio EP // Música Casual: Ensamblar / Vitalismos

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 16 de septiembre del 2020.)

#AguanteChile.

Muchos meses antes del levantamiento social ocurrido en el hermano país del sur (octubre del 2019), la cantautora Paula Barouh hacía debutar a su proyecto unipersonal Descargo Y Maleficio a través de un homónimo EP que todavía revienta en los tímpanos cual bomba molotov. Natural de Concepción, Barouh contaba ya con una carrera solista a cuestas que acreditaba colaboraciones para Reflejo, Mal De Chagas, Usted No! y Santo Barrio; amén de singles varios reunidos en Barouh (2015). Nada en ese background, o el que corresponde a Ícaros De Clep, banda penquista que fue de las primeras en que estuvo; hacía presagiar experiencia tan revulsiva como la que nace en el 2017 y da su primer tacle en enero del 2018 (vía Irregular Ediciones).

Más que un acto individual de música pop, DYM es una propuesta multidisciplinaria que entrevera poesía, electrónica, soporte visual y performance interpretativa. La antigüedad del extended le da la razón a quienes opinan que, desde hace varios años, la producción sonora de la escena independiente mapocha exteriorizaba abundantes signos anunciando ese estallido popular que cumplió ya su primer aniversario. Descargo Y Maleficio EP, por ende, conserva la suficiente vigencia como para comentarle más allá de no haber sido publicado en el presente año.

Algo de hip hop y mucho de spoken word rezonga en el breviario. La pluma de Barouh es limpia al plasmar las acres proclamas de la autora, pero su encendida recitación asoma emputada. Apenas empieza “Soldados Desconocidos”, la artista dispara construcciones gramaticales lapidarias tipo “Chile, Nación Del Olvido Congénito” o “Chile, Nación Del Artista Muerto”. Aunque temas como “Siglos De Los Siglos” e “Invisibilízame” destruyen respectivamente con virulenta ironía el rol tradicional de la mujer en la familia y el tratamiento entre-indulgente-y-sexista que se dispensa a las congéneres en predios del mainstream artístico, la chilena ha preferido ser frontal en esta entrega. Sus flamígeras, airadas denuncias en clave spoken dan lo mejor de sí cuando vienen envueltas en tensas líneas electrónicas, caso “Sonrisas Permanentes”, “Paredes Humanas” (...Cuerpos Sin Alma/Sin Esplendor/Brillando En Un Mar De Entes Estériles...) o la ya citada “Soldados...”. Sin embargo, excepciones como el zamacón proto-techno de “Azul Violento” o el mazazo tribal de “Rebeldía” (único número del extended en que Paula canta) no puntúan muy lejos de sus pares de jornada.

Desgarradora y lúcida crítica al falso progreso que se ha cebado durante décadas en Chile -y, añadiría yo, demás países de nuestra región-, así como a la deshumanización/indiferencia/desigualdad que de su imperio ha nacido, el incendiario manifiesto de Descargo Y Maleficio sigue estando de rabiosa actualidad. Más aún con el advenimiento de Chile Detonado (2020), poemario de Barouh acicateado por los conflictos diarios que se viven en Santiago y sobre todo alrededor de la Plaza de la Dignidad. Fotografías de Ángeles Sánchez, Sebastián Cerpa, Martín Palma y la propia Paula acompañan este testimonio de la insurrección popular que llevan adelante nuestros vecinos...

...hasta que Chile se convierta en la tumba del neoliberalismo, ‘chemimare.

Sorpresivo y muy fecundo el giro que ha dado Rodrigo Mardones a Música Casual en lo que va de este funesto 2020. Año y medio después del estreno discográfico Untitled (Chip Musik), rodaja de arisco aislacionismo arrasada por embravecidos oleajes glitch y esquirlas mil arrancadas a un profuso corpus de grabaciones de campo, el santiaguino lanza en agosto pasado Ensamblar (día 2) y Vitalismos (día 23). En conformidad con el concepto detrás del alias -que alude al hecho de improvisar haciendo sonido con lo que tengas a la mano, suspendiendo aún tu racionalidad consciente-, ambos títulos se acogen al uso de software y hardware bastante menos que rebuscado. Empero, con ellos MC abandona las agrestes alturas de la ópera prima, maniobrando ahora entre escarpas algo más clementes.

Comienzo con Ensamblar. Aunque tanto las fundaciones de éste como las de su “hermano” pudieran ser todavía grabaciones de campo a lo Scanner circa 90s, no más son éstas astilladas e implantadas en crudo. De hecho, ya puede hablarse de un flujo de sonido encajando en bocetos que insinúan cierta preocupación por la rítmica. Copa el disco una dinámica que sugiere interés hacia el enajenado escozor abstracto del primer industrial, como si se le hubiera desmontado en sus principales componentes -y se le birlasen los que a posteriori confluirían en el ambient noventero.

Este filón se mina sin salirse nunca de una calvinista “economía de medios”, lo cual da lugar a un IDM tornadizo (“Ensamblaje 4”), inestable (“Ensamblaje 2”), cambiante (“Ensamblaje 3”); que rebalsa durante la primera parte del viaje. Por esos cortocircuitos que a veces regala el subconsciente, me he acordado del compatriota Lunik mientras reproducía estos temas, ninguno de los cuales sin embargo iguala la dramática austeridad de lo hecho por Roger Terrones. Sólo en “Ensamblaje 5” y en “Ensamblaje 6”, ese ornato extremista del primer industrial deja de estar agazapado, y germina en terracotas sonoras emparentadas también con el ruidismo y con la psicodelia.

Para Vitalismos, el panorama continúa transmutando. A la par de una mayor, digamos, “musicalidad”; el duelo entre ambient e industrial que no alcanza a plantear Ensamblar se convierte aquí en abierto pulseo. Tras las escaramuzas que suponen “Open” y “Descender”, el género procreado por Throbbing Gristle se adjudica su primer asalto con “Un Valle Eléctrico”, cuyos decibelios exceden las gráficas que acostumbra observar Mardones. La respuesta del ambient no se hace esperar, obteniendo para sí la dilatada “Vital”, “Amaneceres” y la breve “Día A Día”; todas ellas dueñas de una turbadora tímbrica altisonante.

“Uno En Un Valle” y “Anocheceres En Un Valle” equilibran ambas estéticas con bastante más tino del que tuvieron los números de apertura, siendo “Anocheceres...” una excelente lección sobre cómo encarar con mucha lúdica composiciones de hálito aleatorio-experimental -jugando con el volumen y/o cancelando uno o los dos canales de audio, según se quiera realzar tal o cual sección del track en cuestión.

El 6 de septiembre apareció lo nuevo de Música Casual. No acostumbro reseñar singles, pues es poco material el que proporcionan para comentar. Pero aunque no fuera ésa mi posición, tampoco lo haría: tres obras en poco más de un mes es una media altísima para cualquier músico. Con mucha mayor razón para quienes le escuchan.

Hákim de Merv

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