Y un buen día,
después de casi tres años en mutis, apareció la quinta entrega de las
compilaciones/recopilaciones Rock Lima
Sur. Valga la aclaración, esta saga de lanzamientos encaja tanto dentro de
uno como dentro de otro casillero: son compilaciones porque se trata de cuadros
colectivos cuyos participantes tienen algo en común (vivir/haber vivido en la
zona austral de la capital peruana), y también son recopilaciones porque no
pocos de los temas antologados pertenecen a bandas/artistas que permanecen en
sus cuarteles de invierno o ya fenecieron.
Tomando distancia
de cómo luce en el plano artístico, toda compilación -y/o recopilación- guarda una
innegable cuantía arqueológica, más en un medio como el de la música pop
independiente peruana, que desde la precariedad ha luchado durante décadas
hasta lograr una (in)cierta estabilidad. Esto es algo que he afirmado antes y
seguiré afirmando las veces que sea necesario. También es verdad, sin embargo, que
hay antecedentes artísticamente lamentables más allá de tal valor, como puede
ser La Generación Perdida: Archivos
Secretos Del Rock Independiente Peruano (1997). Las cuatro primeras rodajas
de Rock Lima Sur, publicadas en el curso
de los años 2014 y 2015, cojeaban justamente de ese pie: con altas y bajas
según el episodio, una cuarta parte del global de los concurrentes era valiosa
por su diversidad de propuestas, que se desmarcaba de las coordenadas habituales.
El resto, por desgracia, redundaba derivativamente en estas últimas: hardcore,
metal y sobre todo punk. No me olvido de la importancia del testimonio para nada,
pero la repetición incesante en el abanico sonoro le jugaba en contra a la plausible
iniciativa del camarada Renzo Lobato, principal encargado de orquestar estas panorámicas.
Se caían de maduras,
entonces, preguntas como éstas: “¿es realmente todo lo que hay en el Cono Sur?”,
“¿se prioriza el rescate de material de entidades extintas, so pena se
desvanezca todo vestigio de su legado?”, “¿se reflejan sólo los gustos de los
responsables de armar los discos?”, “¿falta establecer contacto con un espectro
más amplio de lo que verdaderamente palpita en el sur de Lima Metropolitana?”.
Para mí, la tercera
de estas preguntas seguirá siendo una incógnita en tanto los aludidos se abstengan
de absolverla. A las demás parece responder categóricamente este Rock Lima Sur: Compilatorio Vol. 5. No,
no era realmente todo lo que hay. Sí, parece haberse priorizado el rescate de
material de nombres que ya fueron. Y sí, parece haber faltado antes una mayor
comunicación con muchas de las propuestas que pululan de Chorrillos a Lurín, de
Villa El Salvador a San Juan De Miraflores -distrito que ha aportado ¡¡¡8!!! de
los 21 grupos convocados a esta quinta convocatoria.
Precisamente,
consignar los distritos de procedencia es una de las innovaciones que veo en Rock Lima Sur: Compilatorio Vol. 5. Otra
es añadir el status de “activo” o “inactivo”, lo que echa ciertas luces sobre
el criterio que ha primado en la confección del disco. Únicamente dos alineaciones
son acreditadas como inactivas: Amazua (rapcore) y Salón Dadá (after punk). Es
esta última un clásico de la generación subte ochentera limeña cuya inclusión
puede discutirse (no todos los integrantes vivían/viven en el Cono Sur), pero
cuya participación (“Lista L”) corona, con sus guiños a lo Cocteau Twins del Garlands y del Head Over Heals; un esfuerzo discográfico que ahora sí trasciende
por completo el mero interés arqueológico/testimonial y se convierte en una
gran muestra de lo que, a las personas de inquieta curiosidad, el pop independiente
limeño puede ofrecer entre el área capitalina y el Sur Chico. Aunque algunos ya
lo supiéramos por Brain, Pez Linterna, Cabezas Descalzas o los desaparecidos
Cono Surf.
Está, por ejemplo,
el caso de 3Saravia, definido como “hacker music” y que prueba que la electrónica
en esos rumbos no está limitada a Cristhdance. Están también los casos de La
Musa, quinteto hard rock femenino de Villa El Salvador que emociona gratamente
con “Patines Verdes”; de Dublin’s, que flirtea tímidamente con el shoegazing
(“Winter”); de 1 Lío, cuyo vigoroso “Ella” me hace pensar en algunos combos de
la Shelflife Records y/o en una versión pop de Velocity Girl... Por supuesto,
también están los sospechosos comunes (Desastre Social, Darkanus, Necrocracia),
pero éstos ahora ocupan sólo la cuarta parte del menú -invirtiendo la
proporción de capítulos precedentes, otro acierto más del ...Vol. 5.
Quisiera, no,
necesito subrayar dos intervenciones más en este quinto título, una que le disminuye
puntos y otra que se los aumenta.
Voy primero con la
mala noticia. El disco incluye un tema de Pounda & NoMódico, célebre tándem
hip hop que en “Kintsugi” le entra al trap (puajjjjjjj). No sé por qué,
francamente. Siendo P&NM un binomio que ha sabido de buenas, tremendas jornadas
en el género de Prefuse 73 y RJD2, tiene algo de suicida arriesgarse con el
trap -la cara “estilizada” de algo tan zafio, bárbaro y bruto como el reggaetón
(estoy refiriéndome a lo estrictamente “sónico”, porque si entro en las letras,
ya la cosa se pone escatológicamente aberrante)-. Otra manera de decirlo: un
¿género? prefabricado más, pensado para seguir engatusando a miles de impúberes/púberes/post-púberes
que han caído redonditos desde hace años con las babosadas que ofrece nuestra
mass media quintomundista. Aunque entiendo que la intención de la dupla
chorrillana pueda ser no agarrarse del “fenómeno”, sino hacerlo evolucionar en
algo más elaborado, en síntesis el trap es una puta mierda. ¿Para qué, pues,
perder tiempo probando con él?
Ahora la buena
noticia. El disco también incluye un tema de Pipi Of Monky, formación de Villa
María Del Triunfo. No les he escuchado antes, ni en otros discos colectivos ni en vivo. El nombre me repelía lo bastante como para darles esa oportunidad. Hasta ahora. “Fin”, dispuesto casi cerrando el ...Vol. 5, es un sorprendente ejercicio de math rock instrumental; lleno de vitalidad, color, lucidez y energías. Como no les he audicionado previamente, dudo sobre si éste sea su sonido característico -de serlo, no deberían soltarlo nunca.
Felicitaciones a
todos los implicados en y detrás del Rock
Lima Sur: Compilatorio Vol. 5: un paso bien hacia adelante, dado con
entereza, vale por dos.
Hákim de Merv
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