(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 6 de septiembre del 2017.)
Aludí en el posteo
dedicado al UnderPop... 3.2 a nuevos lanzamientos
ligados a las huestes del colectivo que coordina esforzadamente Josué Vásquez, lanzamientos
que se vienen sucediendo desde hace poco más de un año. Me acerco ahora a tres
de ellos -en todos los casos, debut y homonimia van de la mano.
Dead Pop, que acaba
de soplar dos velitas, puso a la venta un par de meses atrás su primer EP. En
la práctica casi un single, las tres canciones incluidas son de la autoría del
grupo formado por Jorge Muñoz (voz), Johans Ángeles (guitarra), Eduardo Paz
(batería) y los hermanos Patricio (guitarra) y Freddy Melo (batería).
Puede que esté dejándome
engañar por su cortedad, pero Dead Pop
EP realmente me suena muy bien. Estilizando al máximo el sonido de un título
como, digamos, The Head On The Door
(1985) de The Cure; el combo ensaya un dark pop que luce contemporáneo gracias
a que el output del que se nutre es tomado como referencia en lugar de modelo a
calcar/plagiar. Ya mencioné un posible tótem. Otro de éstos podría ser el
modern rock que palpitase en los 90s. Los medios tiempos del extended son vigorosos
y flirtean con la tecnología unas cuantas veces -bacán que sea sólo flirting, porque
de este modo se marca distancia con otro nombre de la casa con quien el
quinteto guarda más de una similitud: Marfilia. Pues tanto la banda de Sofía
Araya como DP son quienes mejor representan la, ejem, “filosofía” de UnderPop.
El flanco débil
viene por el lado de las letras. Esa pluma necesita foguearse con la práctica
constante. Pero para empezar, el pulgar apunta hacia arriba.
El de Amor Suicida, en cambio, es un álbum completo; aparecido a inicios de este 2017. Ello no deja de ser meritorio, considerando que estos muchachos han celebrado apenas su primer aniversario juntos: en efecto, sólo ha transcurrido un año desde que Dante Huarancca (guitarra, voz) y Danny Prieto (batería) decidieran crear Amor Suicida. Con posterioridad, se incorporarían Robert Pastorius (bajo, coros) y Desbal Jara (guitarra).
Disco algo
desbalanceado, debido quizá a que le faltan sus buenas zambullidas en lava viva.
Una primera parte va hasta “Al Filo De La Muerte”, y en ella el cuarteto queda parado
-no digo “bien”, sólo “parado”, y eso hay que mencionarlo ya que no siempre es
poca cosa. AS apuesta por el pop de raíces noventeras, sencillo, sin mucho latín.
En un universo paralelo, donde las radios rockeras del país se dejasen de
cobardías y propalasen músicas nuevas observando puntual frecuencia, algunos de
estos temas sonarían a través de la FM con mecánica regularidad.
Desafortunadamente,
luego se produce un bache que se dilata hasta “Sobredosis”, donde el disco se
aplatana casi hasta la inanición. Por suerte, a partir de “Un Par De Besos Más”,
la rodaja coge vuelo nuevamente y se pone a la altura de lo ofrecido en su primer
segmento. En las sumas y restas finales, Amor Suicida no lo hace mal. Ahora, para
poder decir más, prefiero esperar el próximo movimiento. Concentración,
autocontrol y mayor rigurosidad en la edición; es lo que me gustaría apreciar
en el siguiente paso.
De los tres discos que protagonizan este breve comentario, el acreditado a Prealba es el más antiguo -así como la agrupación de Antonio Espinoza (guitarra rítmica), Vicente García (bajo, voz), Andrés Gratelli (batería), Alan Llapa (guitarra solista) y Julio García (guitarra, teclados) es la más longeva de las tres. De hecho, el plástico obtuvo luz verde poco tiempo después del UnderPop... 3.2. Desde el bienio 2013/14, suele pasarme/nos que a veces faltan manos, orejas, tiempo y hasta dinero para estar al día con los nuevos discos nacionales que salen al mercado. Éste fue uno de ellos.
(Antes de la
homónima jornada, Prealba sacó un mini-álbum titulado Sesiones Postergadas Vol. 1.0, en el 2015. No entra en las cuentas
del grupo sino como una suerte de CD-demo, previo al debut en regla. Sea, pues.)
Prealba es un disco más irregular que el de Amor
Suicida, porque puntos altos y bajos se intercalan hasta prácticamente graficar
una arritmia cardíaca. Hay canciones buenas, muy buenas (“Sin Ti”, “Lugar”,
“Acompáñame”), mezcladas con otras que no logran despegar todo lo que uno
quisiera (“Bosques”) y otras que sólo se quedan en intenciones (“Al Alba”, yo
hubiese descartado “Nunca Más” si quedaba tal como a fin de cuentas quedó). A
diferencia de lo que ocurre con Amor Suicida, porque Prealba sí tiene la pasión
a flor de piel, aquí faltó mayor sapiencia para trackear el disco -no fue lo
más atinado darle a “Volar” la responsabilidad de la apertura.
Si he de ponderar
lo bueno que trae la placa de Prealba, diré que su estilo viene cuajando
sostenidamente. El punche post punk de sus pininos, que pudiésemos saborear
gracias a las compilaciones UnderPop, se ha decantado hacia un darkwave de
fácil combustión en clave pop. “Veneno” es, ciertamente, la expresión más
acabada del sonido de Prealba -y su composición más difundida. Así que opto esta
vez por “Sin Ti”.
Hákim de Merv
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