(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 19 de octubre del 2022.)
SNJ, pues, carece de mayores acreditaciones discográficas. Tres 45s en dos lustros es un promedio muy magro, pero palidece aún más si se duplican los años en actividad. Aunque lo de “actividad” habría que analizarlo más de cerca, ya que es el propio Rahadian Kusnadi quien consigna como fecha de nacimiento el período comprendido entre el 2002 y el 2022 -léase un parto de dos décadas. Así lo corrobora Stranded, anunciado por Chip en su BandCamp como el debut absoluto del asiático: en efecto, se adosa allí una fugaz biografía del insular que incluye la dirección de su cuenta SoundCloud, donde no hay absolutamente nada. Stranded debe considerarse, entonces, el estreno a nivel mundial.
El disco se compone de seis temas y un remix en manos del peruano Alcaloidë. De esa media docena aludida, una tercera parte corresponde a aquello aparecido en los Legos antedichos -no siendo “Mind Of Silence” materia para la respectiva repesca. Las nuevas creaciones se aúnan al sonido con que ya se había identificado Sunday Night Joy gracias a “Like The Sounds...” y a “Lying Under...”: un idioma sonoro que se derrama/disemina/acomoda entre el shoegazing y su trasvase rumbo a la electrónica intimista de baja resolución, a unos cuantos pasos de la estilizada indietrónica que caracterizase a Morr Music.
“Newfoundland” es la síntesis más pulida de lo hecho hasta ahora por Sunday Night Joy. Número de ensoñación digital y brillo dream pop, es heredero por igual de Auburn Lull y de Boards Of Canada/de Pale Saints y de Telefon Tel Aviv/de Slowdive y de Dntel. Tal cual sucede en buena parte de Stranded, “Newfoundland” se convierte en angélico flujo de narrativa no-lineal, donde una guitarra en plan ambiental hace las veces de plomada para la construcción de muros de artificioso éter -o el dulce crossover entre Ulrich Schnauss y los Seefeel cristalinos inmortalizados en la recopilación Polyfusia (1993), hecho realidad.
Eso sí, si no el primero, Nyarlathotep - A Tribute To Howard Phillips Lovecraft (1997) debe ser uno de los -es justo ponerlo así- primigenios esfuerzos colectivos que honran con todas las letras al genio de Providence. Argumento de sobra para que Eighth Tower Records, macabra subsidiaria de Unexplained Sounds, haya apostado por la reedición de rigor un cuarto de siglo después. Concretarla, me imagino, ha debido ser toda una hazaña: Nyarlathotep... se inscribe en el ocaso de la tape culture europea, en una época en que ésta propinaba sus últimos coletazos ante la inmensa superioridad del CD-R. Como tal, el tributo fue manufacturado en cassette.
Otra circunstancia que llama la atención es la relativa a los participantes. De todos ellos (7), sólo uno gozaba de cierta notoriedad desde principios de los 80s: el grupo dark italiano Kirlian Camera, que figuró en varios mixtapes en aquellos calendarios. Como corresponde, los demás son perfectos desconocidos, incluso para los críticos más avezados. Menciono a Kirlian Camera, no obstante, porque al contabilizarle se completa la mano de combos itálicos aquí convocados; cosa rara siendo Kadath una label ibérica. Además del francés Michel Madrange (a) M.Nomized y del proyecto portugués Nigredo, se involucran Gerstein, T.A.C. (acrónimo de Tomografia Assiale Computerizzata), In Articulo Mortis y Tombstone (por partida doble). Salvo los dos últimos citados, todos se han mantenido en activo por lo menos hasta la década pasada -algunos hasta hoy.
(In)armonías deshumanizantes, neopaganismo de aviesas connotaciones ultraterrenas, frecuencias subsónicas hasta la caricatura... El riesgo es que la mayoría de estos experimentos suele convertirse en cliché con el paso del Tiempo, y eso es algo que ejemplifica muy bien este homenaje. Previsiblemente, Kirlian Camera es el que más suena a gótico medieval (“Die Hochöfen Des Schmerzes (Organ Version)”). Y M.Nomized, el que más cae en el escalafón de pastiche (“Tantra Music”). La cuesta de Nyarlathotep... es, pues, descendiente a partir de “Ritual Affliction” (Tombstone) -excepto por “Deadly Nightshade” de T.A.C., que arriesga algo más allá y logra acercarse a las atmósferas de horror basáltico y resonancias cósmicas que llegarían a la consolidación de la mano del sound art y del dark ambient en lustros posteriores.
Hákim de Merv
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