(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 5 de octubre del 2022.)
Con esas inasibles cartas en mesa, la falta de continuidad del proyecto lo condujo rápido hacia el arcón de los olvidados, salvo entre aquellos/as de nosotros/as más memoriosos/as. De ahí que la conciencia agitase levemente una campanilla desde el fondo de la amplísima nómina de la independiente oroíno-limeña, cuando se anunció la aparición de un mini-LP once años después de Unidad. Ya que este último todavía se halla disponible para free download desde el BandCamp de Chip Musik -buscar entre los quince números de catálogo más antiguos-, es fácil volver a prestarle atención, corroborando de paso que el Viajero Del Tiempo ha evolucionado a partir de la radicalización de su primigenia propuesta.
No es piedad, sin embargo, lo que inhibe a Time Traveler de quemar todos los puentes tras de sí en dirección a la abrasión total. Si en “Dystopia” y en “Plastic Ocean” lo hace, bordeando las fronteras del ruido rosa, nada lo obstaculiza para obrar igual en “Micelio” o en “Wormhole”; cacofonías que podrían haberse incorporado con presteza en su asalto de hace casi un docenio. Nada, excepto tal vez cierto grado de oxidación perfectamente comprensible, razonable al sopesarse la larga estadía en los cuarteles de invierno. Es sólo una hipótesis, basada en la pura especulación, que con todo recibe inquietante confirmación cuando se presta oídos al recientísimo Micelio (26/9/22). A través suyo se comprueba, asimismo, que la inmersión del elusivo no-músico es irreversible; sin media chance de poder volverse atrás.
La estruendosa semilla que germinase en Dystopian... se ramifica y extiende en Micelio, que por lo demás incluye nuevas mezclas de todos los surcos del mini-álbum, además de recursos ¿sonoros? adicionados a cada una de ellas. Si bien la puesta de largo de TT atraviesa diversos estadios -golpes secos y cafres, punciones aniquiladoras, encontronazos a escala geológica-, no se comete yerro al aseverar que el Ruido aquí es siempre chisporroteante y caníbal. Desolador.
Diría, tras esta resurrección, que Time Traveler corre solo en el panorama actual de underground experimental peruano. Ello sería pecar de inexacto: aunque la inmensa mayoría de artistas que integran esa movida no llega a los mismos dañinos niveles de audición irritable/vejatoria, producto de una hiperbólica sobresaturación de frecuencias, sí existe por lo menos uno que puede parangonarse al solista limense -ante la desaparición del tarapotino The Shego. Reside en Arequipa y se encuentra en plena forma: NRA Ruido. Como sucede al acercarse al output de la identidad mistiana, recomiendo extremar precauciones al escuchar lo nuevo de TT. Ambos episodios son materialmente INAGUANTABLES.
Hákim de Merv
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