(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 29 de mayo de 2024.)
Por mucho tesón que uno/a ponga en alcanzar la objetividad allende las ciencias exactas, a lo más a que se puede aspirar realmente es a una intersubjetividad que viabilice la comunicación y discusión entre los seres humanos. Suele olvidarse con facilidad este, digamos, “axioma”; que cada tanto algún episodio dialéctico refresca. Me sucedió hace poco, en el marco de un debate amical sobre “Vamos A Tocache”, notorio plagio descarado de “Primary” de The Cure -y ello me recordó aquella polémica suscitada por una hoy olvidada reseña mía, sobre cierta grabación peruana de música electrónica experimental a fines de los 00s.
Llamoga publicó Nevermind EP a mediados del ‘21, y ya entonces avisaba que lo suyo eran composiciones de -cortas o extensas- intros siempre afables, tras de lo cual intercalaba calculadamente plastificadas arremetidas electro-pop cosecha establishment siglo XXI y segmentos en los que casi literalmente contiene el aire. Para Hey Love! I Love You, esa dirección se consolida llegando en la práctica a mimetizarse con su inequívoco modelo de referencia, la diva del ¿“género”? en cuestión Lady Gaga. Es decir: dance pop sintetizado, repleto de esteroides, cuyos infundados fastos rozan la vulgaridad a niveles más que ramplones; y que recurre a la utilización de cualquier estilo sonoro, encaje o no, cuando su estética de cartón se queda sin aire y urge de nutrirse antes de fallecer -como lo intentase en Born This Way (‘11).
¿Que si eso es malo o bueno? Pues depende de si en este punto crees o no que manejo una plantilla esquematizada a partir de la cual bla-bla-bla. A diferencia de lo que pasa con los disfuerzos de Lady Gaga, HeyLove! I Love You no me ha empujado en una a detener la reproducción (aunque estuve cerquísima de hacerlo tras el reggaetón muy mal disimulado de “Yo Muero De Amor Por Ti”). Si el larga duración es más llevadero, eso se debe a las razones enumeradas -y no tanto al hecho de servirse la norteña de esquirlas de big beat (“Hey Love!”) o de ambient pop (“Only You”) para desmarcarse y/o pretender no ser aquello que es. Estoy seguro que puede chuntarla entre audiencias de corte millennial. Por desgracia, este pechito es un orgulloso exponente de la Generación X, y por ende bastante más difícil de embaucar. No compro.
Hákim de Merv
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