Uno de los detalles
que omití destacar cuando diseccioné la muy recomendable compilación Tumi 1 - Música Electrónica Popular Del Perú MMXVIII, en marzo de este año, fue el ¿colectivo? ¿sello? ¿ambos? que estuvo
tras su formulación. Pues bien, en septiembre último Caral Electrónica ha
repetido el plato con otro título de aspiraciones equivalentes a las del
primero en cuanto conceptuales: Nazca I - Interpretaciones Electrónicas Desde Las Arenas Del Tiempo MMXVIII.
Ambos artefactos
comparten una ingente dosis de nombres -Matrix Operator, Dante Gonzáles,
Nomenclaturah, Atomosynth y Hamann-. Ambos, también, citan una cultura
preincaica desarrollada en territorio peruano. En el caso de Nazca I..., como se verá a continuación,
la referencia salta a la vista a pesar del trastoque de consonantes (“z” por
“s”); mientras que en el caso de Tumi 1...,
que alude a un artefacto procedente del reino Chimú, el guiño permanece
inaccesible a mis ojos/oídos.
Si el cometido de Tumi 1... era presentar a los proyectos de
la casa y aliados/allegados, la intención de Nazca I... es proponer intuitivas lecturas contemporáneas procesadas
a partir de las características que los escasos testimonios arqueológicos han
conservado sobre las manifestaciones sonoras de la extinta civilización Nasca.
No puedo certificar que este leit-motiv pulule a lo largo de los casi sesenta
minutos del registro, pero sí que muchas veces da en el blanco, al punto de que
medio disco va firmemente en esa dirección -el otro 50% no tanto.
En Nazca I..., desaparecen los invitados.
Sólo quedan los que tienen puesta la camiseta de Caral Electrónica. De ellos, la
mitad señalada concibe canales que sugieren una reelaboración de viejos motivos
eufónicos, basados en escalas de 13 notas por octava. Esta “ascendencia nasca”
se cuela esencialmente en una primera parte, a través del synth precolombino de
“Kay Pacha” (Equinoxious), de “Terrenos Geométricos I” (Dante Gonzáles), de “Raga
Nazca” (Matrix Operator) y de “Líneas” (Atomosynth). De igual modo se encarna
en la resoplante “Totora”, de Vientos Del Norte (alias de Erik Bullón), casi al
final del recorrido -pero la pista tiene muchos drops (que parecen todo menos
voluntarios).
Aunque el resto de
tracks pueda acaso beber de la misma fuente milenaria, sus resultados no tienen
ese aire enigmático de antigüedad desértica que uno/a evoca contemplando los
restos materiales -muebles y de sitio- de ese sorprendente y misterioso grupo
humano que habitase Ica entre los siglos I y VII d.C. Ya que mencionamos a Bullón,
su faltoso otro alias de Calla CTM firma uno de esos surcos, “Maas Terr”. Junto
a “Inmutable Mind” (Nomenclaturah), a “Oda Al Prisma Y Las Penumbras” (Chateau
VI) y a “Synthfónico” (Hamann), este puñado de temas se ubica en la segunda
parte de Nazca I..., una mucho menos
“retro” con respecto a la inspiración original declarada -si bien igual se
construye a partir del synth 80s-90s y del ambient electrónico. Un segundo
tramo al que hay que adicionar el cierre con “Think Tank”, de Estilo Tipográfico
Internacional (¿debut? de un viejo camarada de las épocas de DeCajón.com,
Renato Barzola -improvisación en plan piloto automático-).
Desde hace algún
tiempo, Juan Esquivel ha de tener una agenda bastante agitada. Músico
autodidacta, su faceta como productor viene respaldada por estudios en la Berklee
College Of Music. Figura como músico invitado en Ultraviolet, identidad abierta
de Josué Vásquez (UltraPop) consagrada a versionear en vivo canciones de U2. En
simultáneo, el limeño se ha estrenado como nuevo tecladista de Catervas, a
propósito del reciente Los Cielos Vuelan Otra Vez. Por una cuando menos curiosa coincidencia, el mismo día que sale
a la luz el nuevo esférico de la banda de los hermanos Reyes, Buh Records despacha
su debut solista con el seudónimo de Juan Nolag, el EP Echoes.
En el BandCamp de Buh, donde se ha colgado el extended, se afirma que éste es el primero de una
serie de muchos EPs, por medio de la cual Esquivel busca musicalizar lo que
podría sintetizarse como su experiencia vital -“sensaciones, percepciones y
experiencias que ocurren en diferentes momentos en la vida de un ser humano”.
Para una empresa de tal calado, que sobre el papel no es poca cosa (menos aún
en el “mundo real”), el productor se vale de un arsenal en el que abundan sintetizadores,
teclados y secuenciadores.
La estética del
traveling no es privativa de ningún idioma sónico, pero sólo desde los
“gélidos” altares de la música electrónica se le puede sacar el máximo partido
posible. Nolag se ha acuartelado en la vanguardia electro de los primeros 80s,
no para ser digerido por ella, sino con el fin de servirse de la misma. Y si Echoes EP podría ser catalogado sin más
como retrowaver, habida cuenta de los lustros que nos separan de esos paraísos
analógicos siempre verdes, con más propiedad calza ubicarle entre el synthwave
y el ambient de tintes retrofuturistas.
Cinco temas en menos
de dieciocho minutos, suficiente para la primera parada del viaje invocado por
Esquivel. Un viaje en el que la morriña depreda tiempo antes que espacio. Es
casi lo único que se siente durante la audición de los números: miradas a las
tragedias cotidianas, a las íntimas cobardías, incluso a las quimeras pueriles.
Empiezas todo/a serio/a a escuchar la epónima apertura, y de repente ya estás
remitiéndote a ese episodio medio bochornoso de tu pasado, a despecho de los
crípticos teclados y las melodiosamente dramáticas secuencias.
Sucede así con los
demás temas: “Long Journey”, “Homecoming”, “First Breathe”, “The Ocean
Around”... Pese a trabajar usando el Pasado como telón de fondo, hay cierta
incertidumbre (natural en tanto la obra conserve el brillo de lo novedoso).
También cierto espesor en el cincelado de las primorosas ambientaciones. Y una
rigidez que lacera, recurriendo no pocas veces a los pads. Lejos de sentirme
repelido por esa reconcentración, por esta falta de elasticidad, por aquella
carestía de certezas en torno a un pasado que se sabe fijo; opino que todo ello
afianza por un lado la nostalgia y por el otro la esperanza (fatua) de ser cada
vez mejores protagonistas de nuestras propias historias pretéritas.
No quiero relegar
al tintero la principal influencia que percibo en el Esquivel músico. La
mayoría enfilará reflectores hacia O.M.D., el primer The Human League, los
Ultravox del Vienna en adelante, incluso
el mejor Visage... Yo prefiero pensar (otra vez) en Michael Rother, autor de una obra
solista exquisita posterior a Neu!, y que ha significado para la new age más
válida lo que The Durutti Column para el post punk más vaporoso (el símil no es
mío, sino de Daniel Stubbs).
Suerte para los
coleccionistas en físico: el extended ha sido editado sólo en cassette, y en
una tirada de 25 ejemplares. El cómplice arte es de Paloma Pizarro.
POST DATA:
Nada más cerrar el año, Caral Electrónica añadió dos bonus tracks a Nazca I..., convirtiéndole en una compilación de al menos hora y cuarto. Ambos surcos se hallan en el mismo enlace que el resto.
Nada más cerrar el año, Caral Electrónica añadió dos bonus tracks a Nazca I..., convirtiéndole en una compilación de al menos hora y cuarto. Ambos surcos se hallan en el mismo enlace que el resto.
Hákim de Merv
Hola, aquí Matrix Operator. 6 años después escribo para aclarar un pequeño punto.
ResponderBorrarEn efecto, el tema de mi colaboración se titula "Raga Nasca", tal como figura en la publicación original de este en mi sitio de SoundCloud (soundcloud punto com /matrixoperator/raga-nasca). Esto es principalmente debido a que el tema en cuestión es una interpretación personal resultante de mi estudio sobre el libro/publicación del maestro Américo Valencia Chacón, que lleva por título "LA MÚSICA NASCA - FUNDAMENTOS, PERMANENCIA Y CAMBIO", en la cual el autor hace uso deliberado de esta grafía cuya decisión pretendí respetar al nombrar mi tema.
Lamentablemente, el curador decidió alterar el título sin mi consentimiento, incluso después de haberle indicado de manera explícita mi intención y argumentos para utilizar la variante recientemente aceptada del nombre Nasca. De hecho, el compilado tuvo como premisa la "libre" interpretación del mencionado libro, sus hallazgos y detalles técnicos, saliendo de ahí el recurso del sistema musical utilizado por los nascas hace un par de milenios.
Para finalizar, la transgresión a la decisión artística de nombrar mi tema sí tuvo un motivo consciente, del cual tuve conocimiento años después, y que junto a otros motivos, me hizo desistir por completo de seguir participando en los lanzamientos y recopilaciones del sello digital mencionado en esta crítica cuyas palabras hacia mi trabajo agradezco profundamente.
¡Saludos!
Estimado Matrix Operator:
BorrarMuchas gracias por el comentario, que considero valioso por dos motivos.
El primero, tener conocimiento del título original de tu composición. Ciertamente, el libro de Valencia Chacón incluye la notación señalada, que con el Tiempo ha obliterado la que nos fue inculcada en la niñez a los mayores.
Y el segundo, confirmar la manera déspota -muy a tono con el culiestrecho dogmatismo social/económico/político que profesan sus principales responsables- con que Caral Electrónica ficha proyectos y maneja publicaciones. Ni bien lo supe, dejé de reseñar sus lanzamientos inmediatamente. De ahí que no encontrarás en este blog -que no apoya fascismos de derecha ni de izquierda- ninguna otra referencia comentada, aparte de las ya hechas hasta antes del cortón.
Nuevamente, muchas gracias por escribir. Un fuerte abrazo.