(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 3 de julio de 2024.)
Con una ejemplar carrera a cuestas, que incluye experiencias como las de Valium, el emprendimiento propio Intune, Budapest y la reconversión ambient de algunas canciones del recordado programa infantil Nubeluz; la joven multi-instrumentista se adentra en las comarcas del sound art y del landscaping electrónicos durante los más de 48 minutos que se prolonga el recién estrenado Ultranatura. No por vez primera: si bien el extended enrutaba parcialmente las composiciones de Tafur hacia esos exactos vericuetos, el nuevo título se derrama por completo en esas direcciones.
Diez tracks de tenor ambiental, muy ocasionalmente lo fi, materializados en lo que parecen ser paisajes naturales costeros o al menos próximos a manantiales y espejos acuíferos, fecundos en sonoridades pedales y decorados con motivos como extraídos de grabaciones de campo -he ahí las diferencias respecto de 2106 EP. Diez surcos de hídricas texturas minimales, partícipes de una contemplativa naturaleza fluida/circular, abordadas sin descanso por el pálpito sedante y armonioso de un ambient ¿líquido? ¿irreal? ¿límpido? ¿utópico?, que invitan al dulce sosiego y a la meditación más primordial -he ahí las similitudes.
Pulso firme y decidido el que pone en juego Maribel para este Ultranatura, que a algunos/as les puede sonar un tanto excesivo. Quizás sí: dos pistas menos hubieran reportado un mayor coeficiente de cohesión, dada la dispersa y elongada personalidad del volumen cualitativamente hablando, a diferencia de la concisión y de la emotividad despachadas a través de 2106 EP. Detalle menor: con temas de menos o con todos ellos, la estupenda manufactura de este acetato enfatiza a toda hora el flexible/terso carácter emocional de obra y autora.
Hákim de Merv
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