Nuevas desde
Coquimbo, tierra de Luminar y Seatemples, de la mano de Santo Suicida. Se trata
del bisoño avatar de un grupo que funcionó hasta el año pasado escudado tras el
alias de Camilo Correa. Información sobre esa primera encarnación, no hay mucha
disponible en Internet: probablemente nucleado en esta década, al cuarteto de
Mario Castro (batería), Camilo Correa (voz y guitarra), Alan Cortéz (bajo y
coros) y Felipe Aburto (guitarra) le alcanzó el aliento del nombre anterior para
publicar dos registros de corta extensión que desde su página en Facebook se
pueden descargar gratuitamente -Sin Sentido EP (2013) y Tramando EP
(2015). El de Camilo Correa (la banda) era un sonido pop/rock de contornos
indies, si bien había numerosos momentos en que se ponía encima la piel del
folk.

Realismo Trágico ha servido de transición entre el viejo
sonido de los coquimbanos y el actualmente abrazado. Aunque el credo que ahora
pregonan los cuatro con entusiasmo y delirio es el post hardcore, éste se
materializa esencialmente en el primer tercio del álbum. En efecto, Santo Suicida te recibe con adrenalínicas descargas de tempos veloces y enfático despliegue
de riffs propensos a la iteración, como en “Miradas De Luto”, “Invierno” y la
feroz “Te Dejo Pa’ Que Me Dejes” (sus intempestivas mutaciones de ritmo siguen
resonando en mis yunques).

La voz se sacia por
igual en el desencanto, la adversidad y la furia. Esto podría indicar que en el
futuro los chilenos sumarán todos sus esfuerzos por completar la transformación
grupal volcada hacia el post hardcore, lo que es una opción válida y respetable.
Como lo es también dirigirse hacia esa meta desde las comarcas del indie rock.
La próxima jugada será indiciaria a este respecto. No está mal, aunque pudo
salir algo mejor.
Hákim de Merv
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