Extraordinario nuevo
paso de Zetangas y sus imaginarios Monsters Of Comida, dado en marzo de este
2019. Y hermoso, sencillamente hermoso.
22/09/1953, que debe su nombre al guiño personal que
dedica el ex Rayobac a uno de sus seres queridos, muestra la hipérbole
característica de cualquier mitología asiática -presente asimismo desde el preciso
instante en que Carlos García se lanza al ruedo con su primer largo solista
(2012), tras años de colaborar en compilaciones varias. En efecto, el disco se
compone de muchos rostros/planos opuestos. De un lado está la cara de guitarras
al óleo de arpegios/notas/escalas poderosamente evocadores, mientras que del
otro, la faz de orgánicos teclados/programaciones/sintes de férvido ruido minimalista.
En una esquina, fugaces piezas de inspiración experimental (“S/T Interlude
009”, “Estereoscopio”, “Neonati Deformi 002”), y en la opuesta, pares de minuciosas
texturas que arden suavemente/sin volatilizarse. Desde lo alto, sonidos que se
acoplan en melodías de santo y seña etéreos; desde lo profundo, indómitos
zumbidos aleatorios precipitándose a devorar esas exactas melodías (“Zucchini
Asimétrico” y su estruendoso coletazo ultraterreno). Ninguna de estas aristas
se corresponde con otra, lo que aumenta la confusión y alienta la esquizofrenia
“pictórica”.
Tal cual ya ha
sucedido antes en la obra de Zetangas, su música tiende a revolverse incómoda
cuando se la pretende encasillar. Calificativos genéricos como “noise” o
“psicodelia” o “post rock” (“Laila-Laila-Laila”) tal vez consigan cabida en el
curso de un track -que suceda lo mismo en dos oportunidades al hilo es,
estadísticamente, imposible. Con todo, es factible descubrir elementos comunes para
homogeneizar los quince episodios de un álbum que apenas si bordea los 34
minutos.
Ambos elementos son
igual de decisivos. Uno de ellos es el manto trasparente de Nula Fidelidad que,
nacido de la ausencia de retoque posterior al registro de los cortes, infecta a
22/09/1953 sumergiéndole en una nube
de rugosidad y acaso también de desabrimiento.
El otro elemento en
común del que ha dotado García al disco viene prefigurado por su intrínseca
cualidad tributaria. Al haber sido compuestas respirando por los poros reconocimiento
y admiración, y pese a que más de una vez pueden retumbar escarpadas, duras,
romas; las pistas no soslayan esa desbordada atmósfera de empatía y amor
-¿filial?- en las que están embebidos los genes de este esférico, transliterada
en tornasoladas gamas psicodélicas al principio (“Mosaico Árabe”), oníricas
después (“Enciérralo De Espalda”). Ni siquiera cuando se suelta muy rítmico, el
individualista traiciona esta aura vaporosa (“S/T Interlude 007” es la mejor
prueba de ello).
Éstas son las
características que coadyuvan a reducir grosso modo las variables del plástico
a dos: el indie y la electrónica. Afortunadamente, 1 y 1 nunca suman 2 en la
poesía sónica de Carlos -luego, indie+electrónica ≠ indietrónica.
En términos de
composición, 22/09/1953 le debe haber
costado mucho al músico. Ha conseguido salir airoso otra vez, sin embargo, y ahora
de forma definitiva: a fuerza de eludir el encorsetamiento de las etiquetas,
susceptible de ser descrito casi exclusivamente apelando a sus rasgos sonoros
más saltantes, ha terminado de convertir el alias en una categoría propia
gracias a su mejor trabajo a la fecha -el primero que incluye vocales, las de
una amiga suya que ha preferido permanecer anónima, cuya parquedad de matices
es perfecta para la jornada y que convierte a temas como “Bosque Blanco”,
“Enciérralo De Espalda” y “Todo Lo Que El Mounstro Se Comió” en expresiones
acabadas del arte del peruano radicado en Suecia.
Aunque puedes bajar
esta gema sin cargo alguno desde el BandCamp de Chip Musik, sería un bonito
gesto de apoyo que lo hagas desde la cuenta oficial de nuestro coterráneo en la misma página -“$1 USD or more”.
Welcome to
Dreamland.
Hákim de Merv
Despues de tanto parlamento y chamullo snob, me gusto el final de todo, pero si lo mejor de lo mejor de mi zetangas monster, grande músico, mejor persona, z disculpen la puntilla, pero había que anotarlo, besos.
ResponderBorrar¿Chamullo snob?
BorrarNo estoy de acuerdo con esa valoración, que por otro lado no sustentas (te quedas sólo en el adjetivo y punto). Si crees poder hacerlo muchísimo mejor, adelante, saca tu propio blog y comenta.
Gracias por escribir.