jueves, 21 de mayo de 2020

Kuervos Del Sur: Canto A Lo Brujo

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 13 de mayo del 2020.)

#AguanteChile

Antes de que la escritura viniese a partir el pasado de la Humanidad en prehistoria e historia, hubo un tiempo en que memorias y relatos de tribus y clanes se transmitían gracias a la palabra hablada. Originalmente, de manera sencilla y elemental; luego, fabulando la narración hasta estilizarla y producir el lenguaje necesario para el advenimiento de mitos y leyendas. Si en el primer caso un cazador de aquellas edades contaba al resto de la horda que siguiendo el rastro de una presa tropezó con una piedra, accidente que le hizo notar hacia dónde se dirigían las huellas del animal, las briznas que mordisqueó en esa dirección y su rápida inserción en una manada; en el segundo estetizaba la caída afirmando que se detuvo a conversar con la piedra, que ésta le contó haber visto a la presa pasar por allí, observado hacia dónde iba y escuchado el alborozo que armaron sus compañeros de especie cuando se les unió -amén de señalarle el rumbo de sus huellas. Unos peldaños más y el cuento aparece en la tradición oral del Hombre.


El sonido de Kuervos Del Sur consiente la simplista descripción de hard rock vitaminizado, pero también animista. No confundir con perfiles similares como el chamánico, el ritualista o el neo-pagano. Es el animismo la concepción religiosa asida a las once canciones de Canto A Lo Brujo (2019), el motor espiritual que permite el ingreso en sus líricas del imaginario que las etnias oriundas de Chile han filtrado a través de los siglos en el ámbito rural del país, mediante cosmogonías y quimeras con que adornaron su sabiduría ancestral. Las letras en conjunto tienen la imperiosa pulsión del relator de cuentos, del cronista, del juglar -papeles que su cantante, Jaime Sepúlveda, interpreta en nivel superlativo. El lenguaje utilizado, mucho de gesta y de épica.

Sexteto natural de Curicó -región del Maule, zona central de Chile-, Kuervos Del Sur está integrado por Pedro Durán (guitarra), Jorge Ortiz (charango y quenas), Alekos Vuskovic (piano y teclados), Jaime Sepúlveda (voz), César Brevis (bajo) y Gabriel Fierro (batería). La bandada ya lleva transitando arremolinada doce años. Desde que debutase con Porvenir (2009), ha (man)tenido un núcleo duro de al menos cuatro músicos, incorporándose de manera definitiva tanto Fierro como Vuskovic a partir de su penúltimo disco, el celebrado El Vuelo Del Pillán (2016). Es gracias a ese episodio que les conozco.

Canto A Lo Brujo desarrolla más amplia y generosamente aquello que los sureños mostraran en el capítulo anterior. Aunque he dicho que su estilo puede condensarse en la frase “hard rock vitaminizado”, esta estrecha definición no debe tomarse ad pedem literae. El credo sónico del grupo es el de un rock pesado que tan pronto reivindica la herencia folkie de Congreso o Los Jaivas como el grunge de Mad Season o Soundgarden, la psicodelia del mejor Hendrix y del Santana más presentable como la nueva canción latinoamericana de Violeta Parra o Inti-Illimani, el prog de Rush o Pink Floyd como la áspera reciedumbre de Led Zeppelin o Deep Purple, e incluso el pilerazo stoner de Queens Of The Stone Age. Ello, sin decantarse por alguna de estas referencias en específico -cf. “El Trueno Y El Relámpago”, número jaloneado por rítmicas de diversa índole.

Las composiciones de CALB dan la impresión de metamorfosearse constantemente, de un inexpugnable M4 Sherman a un ágil/flexible Grand Cherokee y viceversa, conservando virtudes/fortalezas de uno y otro modelo. El tema que mejor ejemplifica esta incesante transformación es “El Sueño De La Machi”, mismo que además ilustra ipso facto de qué va el rollo abrazado por la banda -se trata de un duelo entre la machi (matrona curandera de la Araucanía) y la fantástica criatura Tue-Tue (siniestro protagonista de la apertura “El Brujo”).

Un redoble de batucada por aquí (“Siglos”), una guitarra en modalidad cueca por allá (“Rin De Las Corazonadas”), una percusión disruptiva que potencia la electricidad por acullá (“Ramal”)... Brochazos con que el combo suaviza las salientes del expreso hard-metal-prog al que ha subido este Canto A Lo Brujo de métrica salmodiante, forestas tórridas, vibraciones etéreas, cielos clementes, acuciante fuerza vital, neblina mágica -y que huele a mitología araucana por todos lados: en la portada, ha dibujádose a Caicai y Trentren, las serpientes emblemáticas del folklore perteneciente a la milenaria etnia mapuche.


Hákim de Merv

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