jueves, 10 de agosto de 2023

U.F.O. 1982: Cyber Noir EP // Búho Ermitaño: Implosiones

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 2 de agosto del 2023.)

Mala suerte la de U.F.O. 1982 al subir a BandCamp su puesta de largo el 22 de febrero del ‘20, pocos días antes de decretarse el inicio de la emergencia sanitaria en el Perú a consecuencia del COVID-19. Por ende, Fantasía pasó completamente desapercibida en medio de la crisis pandémica, que condenó a un olvido algo dilatado el esfuerzo de Janis Monja -principal y única fuerza motriz del proyecto- producido por Esteban Loayza.

Tres traslaciones terrestres después, U.F.O. 1982 lanza un extended play temático con todas sus pistas empalmadas. Cyber Noir EP se centra en la figura del T-800, el ominoso e implacable antagonista de Terminator (‘84), joya del cine B y uno de los mitos contemporáneos más destacados que surgiera de la cultura pop ochentera. La decisión no extraña, ya que desde un principio el alias de la peruana ha dejado en claro la devoción que le suscitan los sonidos electrónicos de los primeros 80s -concretamente la new wave y el synth pop, amén de la prole y cruces que ambas corrientes generasen hasta clausurarse el siglo pasado.

Cyber Noir EP luce más como una gran pieza de casi 18 minutos, antes que un conjunto de cuatro tracks. En gran medida, el tema central que signa Brad Fiedel para la banda sonora del aludido film es el motivo inspirador de esos canales, al punto que el “Intro” del extended es una especie de remodelación/rework de aquel, con parlamento sampleado de alguna(s) de las secuelas de la saga Terminator. Pegadizo synth pop de ciencia ficción y musculatura Hi-NRG que, en la práctica, no se diferencia del de “The Future Is Not Set” más que en la programación -mientras éste la tiene, “Intro” carece de aquella. Queda así la sensación de una fosca reelaboración entre futurista y dance, a partes iguales, de la composición original de Fiedel.

En “Tech Noir”, nombre de la discoteca en que Kyle Reese y el T-800 se enfrentan por primera vez, el equilibrio detallado se sostiene lo mismo que la secuencia rítmica. Sin embargo, los principales rasgos identitarios de la obra de Fiedel se han difuminado. Los arreglos vintage/retrofuturistas de robóticos sintetizadores y cristalinos teclados habrán nacido de su simiente, pero ellos ya no están. Tampoco la explosión Hi-NRG de la primera mitad. Para cuando “Skynet” empieza a sonar, bajándole simultáneamente la persiana al EP, Monja termina por sepultar todo vestigio del soundtrack de Terminator: del synth pop ochentero lleno de fulgor hasta grados chillones no sobrevive nada, pues la música se vuelve más reluctante al acercarse a la tradición del synth usamericano de los primeros 90s (tipo Faith Assembly, Seven Red Seven o Cosmicity).

U.F.O. 1982 se presentó el domingo 6 de agosto en el festival Underground Space, autodenominado “el primer evento de vaporwave peruano”. Pese a que ni en Fantasía ni en Cyber Noir EP he podido encontrar siquiera media nota de hard vapour o de future funk, debido a las inclaudicables reminiscencias en la producción del acto se comprenden las razones para haberle programado junto a otros seudónimos que sí califican como vaporwave -Lost Traveller ロスト, Babefake, Blurred Hologram, S O A R E R.

Las historias de todos los circuitos que conforman directa o indirectamente el mosaico de nuestra escena independiente nacional están atestadas de casos en los que tal o cual grupo no logró superar el reto del segundo álbum, tras agotarse el entusiasmo inicial y sobre todo si su estreno fue tan bueno que acabó convirtiéndose en sambenito y obstáculo. Hasta hace unos meses, a este limbo parecía pertenecer la banda Búho Ermitaño, que en el ‘14 debutase con un LP magnífico como Horizonte, a seis años de haberse fundado.

De todas formas, pausas de casi una década suelen ser aquí sinónimos de expiración definitiva. Hasta que se van al tacho, claro. No es ésa la única singularidad que distingue a BE. Cuentan a su favor una existencia que jamás se ha visto interrumpida y la permanencia de los seis individuos que firmasen Horizonte. Estas circunstancias, no obstante, son relegadas a riguroso segundo plano cuando aparece un nuevo documento sonoro a considerar. Y vaya que si el Tiempo no ha transcurrido ni para los capitalinos ni para el novísimo Implosiones.

Editado por Buh Records, el vinilo es mucho más corto que el mazazo de hace nueve calendarios. Pese a ello, la media de sus siete surcos sigue siendo muy elevada, como toca a una alineación que se desliza entre/impregna de todos los subgéneros lisérgicos de vieja escuela -así como de sus coetáneos más próximos, y aún de sus más aplicados descendientes. En la senda de lo mostrado por Horizonte, las nuevas creaciones de Búho Ermitaño se alimentan del espíritu del prog, del delirio del space, de la contundencia del hard, de la turbia viscosidad del heavy, del arrebato del blues, del pasotismo de la psicodelia, del jammeo intuitivo del kraut, del groove tribal de fusión enraizadamente jazzera...

Poco es, entonces, lo que ha cambiado la receta del sexteto en cuanto a ingredientes. Acaso sea el folk el único de éstos del que se ha prescindido. Felizmente, no es correcto utilizar ese adverbio calificativo para describir el aliento que sopla en este puñado de seis instrumentales y un solitario número cantado. Tampoco, para referir la soltura con que ahora los músicos fisionan influencias. O su remarcable desenvolvimiento instrumental, que ha ganado durante todo este tiempo sin editar cotas verdaderamente fabulosas -de inequívoca superioridad a las del primer esfuerzo. Todo esto ha sido posible gracias al disciplinado vigor que ahora ejercen tanto individual como colectivamente: si antes se les podía reclamar a los limeños un poco más de “descontrol”, hoy es evidente que no sólo pueden hacerlo cuando quieran, sino que es consciente decisión propia no abusar de esa coartada.

Así entiendo el milimétrico kraut ácido a lo Guru Guru de “Herbie”, los místicamente laxos efluvios cósmico-uterinos de “Ingravita” y el breve “Preludio”, el ascendente punche ácido de “Explosiones”, las piruetas prog-jazz pro-Birth Control de “Buarabino”, la irrupción de acervos sonoros de la zona altoandina presentes en “Renacer”... También, por supuesto, el indómito crescendo psicodeliblues de orientación space que comporta “Entre Los Cerros” -probablemente, lo más impetuoso/achorado/¿feérico? que han publicado a la fecha Juan Camba (batería, flauta), los hermanos Leo (bajo, guitarra, sintetizadores, theremin) y Diego Pando (bajo, guitarra, voz), Irving Fuentes (charango, bajo, la talk box), Ale Borea (percusión, loops, efectos) y Franz Núñez (guitarra, flauta, sintetizador, bajo). Otra jornada perucha de este 2023 que logra puntaje perfecto -y duro competidor fijo en los recuentos de fin de año.

Hákim de Merv

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