No son escasas las
razones que me asisten cuando afirmo que Tumi 1 - Música Electrónica Popular Del Perú MMXVIII es serio candidato a disco nacional
del año, pese a tratarse de una apuesta colectiva. Por lo menos en su categoría
-“compilación del año”-, tiene todo para llevársela de encuentro.
Con semejante
subtítulo, Tumi 1... deja clarísimo a
dónde apunta. Es, en principio, una estampa de los caminos que la electrónica peruana
recorre en la segunda década del siglo XXI. Primera sorpresa, aunque quizá a
estas alturas ya no lo es tanto: son casi 84 minutazos. Mi opinión personal es
que, publíquese donde se publique, un documento sonoro no debería exceder los
límites físicos del soporte digital, o en última instancia debería orquestársele
como “disco doble”. De cualquier modo, esto no es más que una objeción formal:
mientras más extenso sea un testimonio de época, mejor -pero, claro, esto
impide cualquier edición física digital simple; toda vez que la única manera de
acceder a la obra es a través de BandCamp (escuchándola online y/o descargándola).
Segunda sorpresa: “los
caminos que la electrónica peruana recorre en la segunda década del siglo XXI”
transitan paisajes bastante alejados de las nuevas tendencias que campeasen
recientemente en el panorama internacional. Chillwave, footwork, vaporwave,
post dub, etc; nada de eso se escucha aquí. Probablemente, alguien comentará
con mala intención que el referente más cercano a grupos y artistas del Tumi 1... es el electrocläsh de
Fisherspooner y Ladytron -sabiendo de que el electrocläsh es un pastiche procesado
a partir de la new wave de los 80s y del synth de los 90s. No puedo desmentir
que las raíces de casi todos los que meten mano en esta jornada son ésas,
pero sí que los resultados sean vulgares refritos y/o anacronismos de quienes
se niegan a evolucionar/prefieren vivir en el pasado.
Tercera sorpresa, consecuencia
indirecta de la segunda: la compilación se exhibe atemporal. Temas como “Calid”
(Matrix Operator), “3” (Replicas, el nombre homenajea sin alteraciones
idiomáticas al segundo disco de Tubeway Army, la primera banda de Gary Numan),
“Ver Flotar” (Autobahn 303 //\\ Autopista 303) o “Modern Mechanism”
(Nomenclaturah); podrían haber aparecido hace 30 años, pero no lucen rescatados
del baúl de los recuerdos. Lo mismo sucede con tracks como “Respirando A Veces”
(El Lazo Invisible), “Amarillo (Circuit Mix)” (Kyleran) o “Isaac Aislado”
(Operacional); que resisten ser equivocadamente fechados entre fines de los 90s
y principios del nuevo milenio.
Varios bytes atrás
escribí “...las raíces de casi todos los que meten mano en esta jornada...”.
Existen, pues, las excepciones; entre las que podemos contar a “Epitafio En El
Parque” (Gelatina Magma), a “Río Hablador (Revisited)” (Theremyn_4, ya ha anunciado álbum nuevo), a “Masken” (Laikamorí), a “Reflexiones Arquitectónicas”
(Agfa Army) o a “Party In A Spacecraft” (Hamann, individualista muy versátil
que tan pronto puede hacer de “Party...” una lección de pop cibernético como
ponerse en plan doom psicodélico/space rock experimental bajo la denominación
Jacko Wacko, un músico irreprochable). Pistas como éstas se barajan con las
demás sin resentirse la tónica general del disco -ni las unas rejuvenecen ni
las otras envejecen.
Hay un lunar en Tumi 1...: “Ein Rad Zu Drehen Ist, Was
Sie Sind” de Kamila Lunae (Ich verstehe die deutsche Sprache nicht, por siaca).
En un registro eminentemente electrónico, la colaboración de la ex Ensamble Santos Matta se acomoda más próxima al post rock. Desentona con el resto,
claro, por su naturaleza divergente; pero posee una gran calidad testimonial: orgulloso
espíritu amateur, melodía entre árida y colorida que se transfigura en pura textura
y viceversa, cero vestigios de percusión, neoclasicismo desestructurado... Los
cuatro minutos dispares de un dilatado trip electrónico con múltiples ventajas
-y ningún punto bajo por donde se le ausculte. Laudos para todos los convocados.
De entre quienes participan
en Tumi 1..., Dante Gonzáles es el
único músico que figura allí por partida triple: como tal (inédita y fantástica
“Destino Artificial”, tributo solapa al maestrazo Giorgio Moroder), como parte
de El Hangar De Los Mecánicos (“ZYRKON 4X22”) y como miembro fundador de
Sombras Del Teatro (“Minuet Sebastián”). El segundo es un trío que completan
Max Salas y Alfredo Aliaga (AtomoSynth, también presente en Tumi 1...), mientras que el tercero fue
una de las primeras aventuras sonoras en que se embarcó el buen “Dantrón”,
antes de Casus Belli y de Inversor Demente. Dicho sea de paso, el tema de SDT
es nuevo -pero su resurrección al lado de Javier Trujillo, el otro componente
del dúo original, no está garantizada.
Gonzáles ha
publicado hace muy poco un mini-álbum en formato cassette. Editado por Buh
Records, como su predecesor Universos
Paralelos (2015), Fantasías Mentales
ocupa las mismas coordenadas estilísticas; incidiendo aún más en la síntesis por
modulación de frecuencias (FM). Para quienes no conozcan el término, éste se
refiere a la obtención de sonidos nuevos modificando artificialmente la
frecuencia de una señal determinada, utilizando para ello osciladores de
diversa índole. Es un procedimiento laaaaaargo, que requiere hartas dosis de
esfuerzo y de paciencia, pero más efectivo que la síntesis aditiva y la substractiva.
La síntesis FM se popularizó en los 80s gracias a John Chowning y a la
corporación Yamaha, que compró el descubrimiento y diseñó series enteras de sus
famosos sintetizadores a partir de la antedicha metodología.
El empleo de la
síntesis FM en Fantasías... no es gratuito.
Dante expresa aquí ese embeleso por la artificialidad del sonido que es moneda
común en el disco previo. Fantasías...
se construye a partir de una interacción casi dialéctica entre el pulso de
tarolas electrónicas, las infaltables líneas de bajo y la prodigalidad de
sintetizadores y teclados. Precisamente, estos últimos recuerdan a sus gélidos
y chirriantes pares de los 80s (al promediar la mitad, la composición epónima
guiña a la versión de “It’s More Fun To Compute” de Kraftwerk que aparece en el
The Mix). La diferencia estriba en
que el sonido sintético de Gonzáles se organiza en torno a una geométrica
espiral que no se mueve en vertical (ni para arriba ni para abajo), sino en horizontal.
Por lo demás, Fantasías... es electrónica
con todas las cartas jugadas a la melodía en formato canción (excepto en
“Estructuras”), obviamente prescindiendo de la voz. Un suculento tentempié, a
la espera de la postergadísima reedición digital de Diseñar Y Construir (2001).
Termino este supino
repaso discurriendo sobre otro viejo conocido. Ivo es el nuevo alias de Ives Ancieta Rojas, otrora músico perteneciente a las filas de Chip Musik con el seudónimo
de Invisible Ambiente. Reinstalado en La Oroya (de donde es natural), Ives estrena
chaplín con un EP que marca algunas distancias respecto de sus días como IA,
pero que no quema todos los puentes tendidos hacia ese pasado. Formas Hipnóticas EP podría entenderse
como una mirada documental a (¿im)posibles(?) realidades futuras: IDM/post IDM a
la vez subacuático e ingrávido, de melodías a cuatro dimensiones trazadas con capacidad
y firmeza -de ahí quizás ese magnetismo apenas insinuado, que seguro ganará consistencia
conforme menudeen los lanzamientos.
No esconde Ivo un
ventarrón muy pronunciado a lo The Future Sound Of London y su característica placidez
sensorial. Al tratarse de un nuevo debut, empero, la impronta derivativa se le
puede disculpar. Edita este artefacto en modalidad de descarga gratuita la
netlabel mexicana Bifronte Records.
Hákim de Merv
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