miércoles, 2 de octubre de 2019

Sajjra: Synthexcess

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 25 de septiembre del 2019.)

Millennial o no, ¿recuerdas ese gag recurrente en los dibujos animados de antaño, musicalizados por Raymond Scott, en los que el/la protagonista/antagonista de turno -Sylvester, Will.E Coyote, escoge a quien prefieras- doblaba la esquina y palidecía ante el ineluctable impacto de algún objeto lanzado a mil kilómetros por hora? Pues eso: escuchar Synthexcess, el más reciente álbum de Sajjra, te pone en el lugar de esos/as desdichados/as... con el agravante de verle venir desde bien lejos sin por ello lograr eludir la colisión.

Lo nuevo de Christian Galarreta representa la culminación de una tríada de registros con que ha acabado por reinventarse y a la vez asegurado la altísima calidad del material que cursa bajo el alias de Sajjra. Más allá del lugar común del que este hat trick me permite aprovecharme, hablo de “culminación” porque Synthexcess es el cenit -momentáneo, así lo espero- de una progresión en que el músico/no-músico ha ido probando e integrando/descartando caminos según procediese o no. A saber: de las noisicas elongaciones post pop del epónimo debut (2013) al lo-fi épico y lírico de The҉ Śun ͟Rem̷ai̸ns ̛T̀he S͘am̀e̵ (2015), y de éste a la depredadora voracidad viral del episodio estrenado en julio pasado -mecánica que recuerda a algunas de las piezas que recibieron luz verde en los primeros días posteriores a Evamuss.

Aunque no evidentes, de esto ya había ciertos indicios en The҉ Śun ͟Rem̷ai̸ns... Y si aquella vez escribí una reseña en la que cité el Primavera Lap Top (2003), hoy invoco el extended Ruid On/Huay No (2006) para subrayar método y objetivo-a-contaminar en este tercer capítulo: la estrategia de Sajjra es amalgamar el Ruido de coloración electrónica a expresiones populosas del Perú. Y si en el tomo dos la mira apuntaba a un comistrajo de salsa y cumbia -o su repelente variable urbana, la chicha-, lo que dejaban entrever “Á͠u͞r̛oŕ̵͝a͟” y especialmente “M̕eta̴̢̛m̀orf̶os̀i̵s҉̛ ”, en el sucedáneo volumen el cañón de plasma sobre-ionizado se enfoca en la impetuosa música vernacular de nuestra zona central alto-andina. Tal es el delta en que finaliza uno de los caminos abrazados por Galarreta en cuanto a “contenidos”.

Otra de esas direcciones se refiere a los “continentes” -en concreto, a forma y magnitud de título y números. En The҉ Śun ͟Rem̷ai̸ns ̛T̀he S͘am̀e̵ todavía persistían algunos resabios de esos tour de forces a los que el rimense radicado en Europa era tan afecto durante sus años como Evamuss: discos extensos, con segmentos grandes o pequeños, casi siempre ligados unos a otros e indiscernibles sin echar una ojeada al reproductor. En Synthexcess (no llega a cuarenta minutos), el formato de tema promedio queda consolidado, aunque algunos de entre ellos vayan pegados (ocurre con “Maldita Kolmena” y “Falsía”, “Huaykoloro” y “Tarish”).


Volvamos al contenido. Synthexcess, ilustrado por el músico electrónico Jonathan Castro y cuyas grabaciones terminasen en el 2017, acredita todas las trazas de haber sido concebido por alguien cuya consciencia se ha visto permanentemente ¿alterada? ¿dañada? El encontronazo que plantea entre modernidad y tradición oriunda de nuestras serranías -los distorsionados loopeos post industriales y la estruendosa psicodelia de su harsh electroacústico, frente a la ceremonial visceralidad del Ande arraigada en melodías de autóctonas reminiscencias ancestrales-, las rotaciones pendulares con que flirtea con las dicotomías suavidad-dureza y delicadeza-tosquedad, la enloquecedora obsesión por el contrapunto entre acordes apenas audibles y pa(i)sajes de volumen extremo; son extraordinarias cualidades que contribuyen a bruñir un trabajo perfecto desde donde se le aborde.

Pero lo que definitivamente glorifica la jornada es su inmersión en las sonoridades tectónicas del folklore nacional. Que pistas inclasificables como “Huaykoloro” y “Falsía” sean reelaboraciones electro-blissoidales de “Aguas Del Río Rímac” (de Víctor Alberto Gil Mallma aka El Picaflor De Los Andes) y la homónima “Falsía” (de Emilio Alanya Carhuamaca), habla de la frenética pasión que ese sonido eyecta desde las entrañas mismas de la Pachamama, efusión transmitida más allá del continuum tiempo-espacio que se propaga hacia tracks como “Synthetism & Excess” y “Maldita Kolmena” para bañar al disco de una estética erosiva -si bien acaso perturbadora para el neófito, irresistible para el melómano curtido y siempre hambriento de novedades.

Hace más de medio mes, se han realizado varios lanzamientos en los circuitos de la escena independiente peruana. Salvo que alguno de ellos, o de los de este mismo 2019 que aún no escucho, logre la hazaña de superar esta proeza; creo que el recuento anual de producciones nacionales ya tiene un claro ganador.

PD: No sé si sea casualidad que la construcción “synthexcess” suene bastante a “sintaxis del exceso”, un concepto doblemente interesante si se aplica al vinilo -Synthexcess o cómo se combinan los constituyentes sintagmáticos de la música de Sajjra por sobrecarga decibélica y dualidades contrastantes. Ni planeado salía mejor el tiro de carambola.


Hákim de Merv

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