(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 24 de mayo del 2023.)
Antes de sentarme a tipear estas palabras, fui hasta la gaveta donde guardo las cintas que todavía integran mi colección de música para verificar la fecha en que se lanzó la unigénita maqueta de Kyleran. Ésta ha sido por fin colgada en Internet, apertrechada de abundante material inédito con ocasión de sus veinticinco años. El detalle es que el k-set, de fosforescente portada entre amarilla y verde, cumple en este 2023 sólo veinticuatro.
Hablar de esta recuperación arqueológica, que ve la luz gracias a la plataforma SuperSpace Records del siempre militante Wilder Gonzales Agreda, implica por fuerza pasar revista a sus prolegómenos. Felizmente, es algo que ya hice hacia fines del ‘22, por lo que el interesado/la interesada debe remitirse al artículo sobre el primer tape colectivo (1998) que fue bautizado Electroshock -para lo cual ha de clickear aquí o aquí. Baste resumir que Kyleran, en un inicio DJ Kyleran, es la identidad sónica de Javier Fernández. Sus primeros años como (inquieto) músico están ligados a la revolución a cámara lenta que se gestó en Lima con el arribo de Internet y de la tecnología digital, procesos que fueron cogiendo mayor viada recién al trasponer el umbral del nuevo milenio. El shot de inicio lo constituyen los cuatro tracks correspondientes a su participación en el aludido Electroshock. El siguiente paso sería, justamente, el estreno por cuenta propia -Habitat.
Habitat (25th Anniversary) se ha premunido de 18 canales, reservándose los siete primeros para el track list primigenio, escrupulosamente respetado. Puede ensayarse sobre el reissue de SuperSpace, pues, un análisis segmentado -al menos en dos partes: para el inicio, el demo tal cual, y luego los extras agregados. Respecto del tramo de arranque, era en Habitat más que evidente y desconcertante el puente que tendía Kyleran entre predios distintos mas no opuestos, atravesándolo sin descanso e inyectando esporádicamente sonoridades que en definitiva se alejaban de aquello que se hacía al interior de las subescenas electrónicas limeñas old school durante esas épocas. Y si antes el pobre audio de la maqueta le jugaba en contra, la remasterización que el propio autor ha realizado saca toda la ventaja posible en contraste con ese precedente.
De los cuatro cortes de Electroshock, para Habitat tres de ellos son rescatados en tomas relativamente actualizadas. De ellas, “V/F (Mentiras) (...Que Creas Eso...)” -ahora “V/F Mentiras”- marida la constante Bristol montándola sobre una secuencia de linaje breakbeat, precedida de una densa intro a lo Leæther Strip. “Conspiracy (...Resolución, Introspección, Conspiración...)”, ahora sólo “Conspiracy”, me sugiere la imagen de unos Robotiko Rejekto volcados en dirección del acid techno. La oscilante cadencia maníaca de Squarepusher asoma domeñada por la estética Detroit en “Meridiano Cero (...El Centro Del Mundo...)”, actualmente “Meridiano Cero”, de los mayores aciertos en la vena alucinada y viajera que desarrolla la cinta.
En cuanto a los números nuevos que acogía entonces Habitat, “Piano (...Dónde Hay Un DJ??...)” a.k.a. “Piano” es de los menos recordables, quizá por el típico gancho techno que decenas de grupos ya habían convertido antes en lugar común. Mucho mejor ensamblados lucen “Altamira (...Esta Vez Has Ido Demasiado Lejos...)” (a) “Altamira” y “Fade Away (...Pero Nunca Cometer un Crimen...)” (a) “Fade Away”. El primero samplea ruidos de máquinas que aún no se inventaban sobre la cíclica programación percusiva de ascendencia entre trippera y ácida, mientras que el segundo se apegaba a pulsos similares a los del “Teardrop” de Massive Attack, injertando guitarras sampleadas y un galopante industrial tipo Ministry -sólo para regresar hacia el final a dársenas bristolianas. La muestra más representativa de lo conseguido por Fernández en el cassette es, sin embargo, “Urbano 8:30 (...Cada Mañana En La Ciudad...)”/“Urbano 8:30”; cuyas texturosas capas de teclado se entrelazan a la ultravelocidad de Tom Jenkinson y se contrastan marcadamente con la aquietada línea general de la pieza.
Por esas cosas que a veces tiene la Vida, empero, Kyleran prácticamente desapareció de la palestra. Entre Habitat y Amarillo EP (‘16, también eyectado desde SuperSpace), es decir en el lapso de diecisiete años, sólo volvió a aparecer a través de compilaciones -¿Realmente Amas A Sandra Bullock? Compilatorio De Música Electrónica (‘03) y UnderPop: PopRock En Perú Vol 2.2 (‘15). Tras el extended, se coló una vez más en la saga del colectivo UnderPop (...Vol 3.2, ‘17), antes de volver a primeros planos con la reedición que motiva este texto. Sí ha habido en diversos panorámicos, por el contrario, una presencia pertinaz de Subtoniq; nuevo seudónimo que el músico, desde hace algunos años radicado con su familia en Canadá, se ha sacado de la manga; y que en el ‘21 se puso de largo con Spaceship To The North Star.
Hace un rato, postulaba que Habitat (25th Anniversary) podía dividirse al menos en dos secciones. Podrían ser incluso tres, si tenemos en cuenta la info del demo del ‘99 -que menciona cuatro remezclas correspondientes a “V/F Mentiras”, “Conspiracy”, “Piano” y “Fade Away”; disponibles sólo contactando a Kyleran por correo electrónico. De las composiciones mentadas, el update del ‘23 incluye sendos remixes de “Fade Away” y de “Conspiracy”, mientras que de “Piano” se aditan dos. No obstante, no hay ninguna certeza de que estas remezclas sean las antaño ofrecidas vía e-mail. Debemos, entonces, ceñirnos a la división del disco en dos porciones.
Coincidentemente, es “Altamar (Kitten Mix)” el primero de un puñado de bonus que bien podría haberse incluido en el lanzamiento del ‘99. La reversión posee una intro que guiña a la bossa nova, para luego de una drástica transformación en convulso drum’n’bass a lo No U-Turn unificar ambas aristas en un remix mutante de exótico easy listening jungle. “Fade Away (Full Moon Mix)” tiene la misma vocación hibridante, sólo que aplicada al trance y al trip hop. De otro lado, asaltos como “7 AM” y “Piano (Headache Mix)” lucen más convencionales, si bien su manufactura es impecable -artcore de pro a medio andar entre Ram Trilogy y Omni Trio el primero, techno duro y acerado el segundo. En tanto, el saldo faltante de adicionales no destaca mucho, acaso por su excesivo apego al sonsonete trance -que, afortunadamente, nunca se convierte en goa. “Asunto Personal”, “GPU”, “Conspiracy 303 Mix”, “Portal (Wari Mix)”, “Piano (Virus Mix)”... Con una mejor producción, tal vez los dos primeros puedan reivindicarse, atendiendo a sus variopintos matices.
Finaliza este repackage “Starting Point”, punto de retorno a los días de la maqueta original por su mixtura de casi todas las estéticas de que ésta se valió, salvo la del drum’n’bass. Queda así codificado Habitat como lo que en realidad siempre fue -un documento sonoro que pudo abrir con mayor celeridad la cancha para actos electrónicos peruchos interesados en los nuevos discursos digitales de los 90s ajenos a la experimentación, si hubiera contado con más difusión y apoyo. Casi un cuarto de siglo después, el rescate y su merecida reivindicación son una realidad tangible.
Hákim de Merv
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