(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 7 de julio del 2021.)
Coincidiendo con las celebraciones tradicionales a propósito del último fin de año, los ecuatorianos Sexores conmemoraron en diciembre su primera década de existencia obsequiando a público y fans un volumen de remixes que revisa sus cinco esfuerzos largos lanzados a la fecha. Dicho artefacto, que puede descargarse gratuitamente desde el BandCamp del dúo (actualmente reconvenido en cuarteto), reúne a 10 grupos latinoamericanos de nueva hornada; así como a 2 de la Madre Patria.
Hasta qué punto considerar a X un álbum de remixes en lugar de uno de reworks, es materia acerca de la que cada quien debe decidir. Yo me inclino por lo segundo, ya que la mayoría de estas relecturas encaja antes como versión/re-versión que como remezcla. Opino de esta guisa no tanto por la ductibilidad de las interpretaciones como sí por la significativa porción de re-creaciones que copa el menú. Otra característica a enfatizar es la comunión en penumbras de la que participa cada nombre listado. Sea desde el trip hop (la revelación Itzel Noyz), el postpunkgaze (las mexicanas de Todas Las Anteriores), el noise rock achorado (nuestros paisanos Kusama), o el simple y llano pop electrónico de cuño 90s (los quiteños Koala Precipicio); todos los conjurados ponen de relieve ese tenue velo de sombras con que Sexores siempre ha flirteado, empezando por el debut en formato extended 001 (2010) y terminando de momento en la excelencia conceptual de Salamanca (también 2020) -pasando incluso por su rodaja más luminosa, Historias De Frío (2014).
Agita la bandera en la partida el binomio guadalajareño Fryturama, reelaborando ennegrecida y engrosadamente “Gn 25:23” -del Amok & Burnout, 2011- canal que sí llega a calificar como remix. El grado de lobreguez es el mismo que el de Todas Las Anteriores, quienes practican sobre “U.S.R.R. Girls” (Red Rooms, 2016) una deconstrucción postpunkgaze a cámara lenta. Estela más acorde con el shoegazing bajo cero de Emilia Bahamonde y David Yépez es la que dibuja Koala Precipicio y la distorsión in crescendo de “Doppelgänger” (lado A del single Titán, 2013). Mismo camino, pero en dirección inversa, hacen recorrer a la siempre bienvenida en directo “Shinigami” (Historias...) las catalanas de Dreyma.
Complementan esta primera mitad la dislocada/oblicua performance vocal de Noelia Cabrera al frente de Kusama, para su rearme de “Historias De Frio”, que involuciona a un estado de noise crudo/picapedrero; y el plastificado shoegazing que Nax extracta del sonido tripgaze encarnado en el “Sasebo” original (Red Rooms).
Por cuenta de los hidalguenses Amparo Carmen
Teresa Yolanda, el rework de “Daywalkers” -inesperado ramalazo de vigoroso
shoegazing vívidamente ejecutado- abre la segunda mitad de X, completando
de paso la triada de temas de Red Rooms en esta oportunidad revisitados.
El terceto azteca salda así la colaboración de Bahamonde en su disco del 2020, No
Hay A Dónde Ir. Similar jugada, esta vez desde coordenadas poptrónicas,
realizan los ecuatorianos de Fotogramas -no confundir con el homónimo proyecto valpeño-,
planteando en “Volantia” un interesante cambio de revoluciones respecto del
veloz (y hermoso) corte original pauteado en Salamanca.
Infortunadamente, en este tramo encuentro arrejuntados los pasajes más discretos del disco, tracks con más de covers que de remixes o de reworks. Son los casos de “Bluish Lovers”, “Rigel” (provenientes ambos de East / West, 2018) y “Nos Lo Dijo La Serpiente” (Salamanca); respectivamente a cargo de Challenger (Bolivia), Ghost Transmission (España) y Tonicamo (Ecuador). El problema no reside en que se hacen eco del lado más pop de Sexores, sino en que confrontan poco o nada sus propias estéticas con la del repertorio de los norteños, quedándose lejos de alcanzar el punto medio entre homenaje y subversión que se acostumbra esperar de esfuerzos similares. Por suerte, los minutos senescentes de X reservan una joyaza de deconstrucción: “Berlin”. En manos de la talentosa y novel potosina Itzel Noyz, el penúltimo surco de East / West se transforma en un doloroso número trip hop de magníficos breakdowns. Un coctel de soul tridimensional y lujuria en clave de downtempo.
X se beneficia en dirección artística de la muñeca de David Yépez, y su masterización la ha asumido Emilia Bahamonde. Como se ha evidenciado durante la reseña, el cuidadoso diseño del track list garantiza un riguroso repaso cronológico por todas las obras in extenso que el tándem ha firmado. De carambola, postula además -más allá de las opiniones y/o polémicas que genere su contenido- una entretenida selección de composiciones con que acercar a nuevas audiencias el output de Sexores.
Salud por el primer decenio de vida, queridos Emilia y David. Que su magia nos acompañe durante muchos más.
Hákim de Merv
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