jueves, 25 de agosto de 2022

Sonologyst: Interdimensional // Mario Lino Stancati: Vairagya

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 17 de agosto del 2022.)

Hacía buen rato que no me sentaba a escuchar un nuevo álbum de Sonologyst. Digo, uno verdaderamente nuevo. Pongo énfasis en el adjetivo, ya que Raffaele Pezzella ha reeditado muchas de sus antiguas placas entre la salida de Apocalypse (2017) y la de Interdimensional (2022). Son más, ciertamente, los relanzamientos que los estrenos durante aquel periodo: Silencers - The Conspiracy Theory Dossiers (2015), Ancient Death Cults And Beliefs (2015) y el celebrado Unexplained Sounds (2014) se consignan entre los reissues -mientras que las novedades se abroquelan sólo en torno a Phantoms (2019) y a Dust Of Human Race (2021). Ello ha provocado cierta confusión entre quienes no se hallan familiarizados del todo con la fecunda obra del italiano.

Interdimensional, por ende, me conminó a revisar primero las huellas que Sonologyst dejase en Dust Of Human Race; largo que se internaba en las pesadillescas visiones armagedónicas propuestas por la rodaja del ‘17. Con un título como el suyo, Dust... es pródigo en macabros réquiems electroacústicos -en conjunto, un monstruoso farallón cacofónico a escala planetaria, contra el que se estrella nuestra humanidad mientras participamos de las violentas quimeras que auguran el ¿inevitable? fin de la especie. Resultado denso y desolador, que acaso se convirtió en el principal motivo por el que Pezzella ensaya un giro de 90 grados de cara al siguiente round.

En su disco para este ‘22, pues, el napolitano apuesta a músicas de aliento más abstracto. Científico, incluso. Acorde con ese enfoque, y moviéndose siempre en territorios avasallados por el ambient minimal y la drone music, por el dark ambient y el aislacionismo de los 90s; Interdimensional recula en el historial del individualista hasta hallarse a tiro de piedra tanto del Silencers... como del Time Is The Enemy, su tape del 2013 al alimón con el ruso Bulychev Sergey (a) Kshatriy. Desde el viento solar sobre el que monta “Ad Astra” (locución latina que significa “a las estrellas”), toma cuerpo una inequívoca invocación de los espacios abiertos/vacíos que componen el cosmos, de una inmensidad que suscita vértigo (cuando no pavor). Afrontar esa experiencia no comporta, sin embargo, ningún sesgo ominoso para la raza humana: conforme se suceden canales como “Interdimensional Beings” o “Through Memories And Galaxies”, la travesía espacial adquiere visos todo lo luminosos que la noche interestelar permite. De hecho, “Paraphysical Phenomenon” y el mencionado “Through Memories...” pueden contarse como las creaciones más apolíneas que Sonologyst ha firmado a la fecha.

Con “Multiverses” y el epilogal “God-Level Traveller”, Pezzella vuelve a enrarecer las atmósferas, reconduciendo su desplazamiento hacia los climas de abstracción especulativa que proponía “Ad Astra”. Un cierre muy consecuente con el rollo a la base de Interdimensional. Refiere el europeo en las líneas de BandCamp que esta jornada recibió inspiración directa del destacado físico estadounidense Michio Kaku, una de cuyas teorías habla sobre el -para nosotros/as- incalculablemente lejano futuro de la Humanidad. Un futuro en el que habremos trascendido los límites de la materia y de las dimensiones que ahora conocemos. Un mañana que nos habrá llevado más allá de la desaparición del universo prevista por la ciencia de estas eras.

Creo que fue mayo cuando el nombre de Mario Lino Stancati empezó a escucharse fuerte en las escenas independientes primermundistas. Su Cross The Desert (2020), estreno en ligas mayores, se me pasó en medio de las ingentes cantidades de plásticos que Unexplained Sounds y Eighth Tower Records editan anualmente. Dos años después, Vairagya viene redituándole una notoriedad que compele a poner a CTD como mínimo en el primer lugar de la fila de pendientes. Y si se puede, también a rastrear Voxigena (2016), debut a través de la desparecida discográfica Gatti Rossi Che Cadono.

Nacido en 1981, Stancati es un polímata. Actor y director, poeta y dramaturgo, músico y compositor; el itálico cruza no pocas veces los límites que separan las especialidades a las que se ha abocado. Ha escrito el libro El Pensamiento Y La Voz De Los Filósofos - De Kant A Heidegger (2014), por ejemplo, y diseñado los scores para películas experimentales como The Clapping Tree y Orfani Del Sonno. Tras su salto a la arena sónica con el ya mencionado Voxigena, hace medio docenio, Mario Lino comienza a granjearse una reputación como músico -reputación que Vairagya viene a rubricar estupendamente.

Lo más reciente del mediterráneo cumple con todos los requisitos para encontrar generosa acogida en el catálogo de Unexplained Sounds. Fúnebre dark ambient, subsónicos pitidos drónicos, lacónica electroacústica minimalista... Lo raro es que, a pesar de ello, pinta distinto del promedio de bandas o artistas de la label a que pertenece. Las diferencias se patentizan apenas alza vuelo “Torna A Sparire”, mucho más rítmico pese a su obstinada pesadez, y con influencias que me remiten al Experimental Audio Research pre-Data Rape (1998). Ese sino también lo sigue “Panta Xekina”, donde la impronta del alias de Sonic Boom se hace más tangible.

Todo lo contrario ocurre con piezas como “Patema”, “Orlata All’Indietro” y “Non Smettere Mai”, las cuales atestiguan una cierta codificación melódica. Se entreven relucientes cromatismos de genética bliss pop en cualquiera de ellas -arrobamientos sonoros desarrollados a partir tanto del etereolóbrego sonido identitario de Hyperium como del ambient electrónico descendiente de los míticos jammings Eno+Cluster, sólo que dotados de muchas luz y energía calórica. Ello, para no hablar in extenso de “Stele Des Feueres”, de insospechada escuela Mogwai o Sigur Rós.

Salvo “Stele...”, la segunda mitad de Vairagya tiende a equilibrar todas las variables que Stancati ha utilizado previamente. No lo consigue en “Res Perditas Petunt”, estremecedor ejemplo de harsh drone que le regresa al redil de Unexplained, y tampoco en la lúdica “Recall In The Vacuum” -de luminosos teclados galácticos- o en “Absences Withdrew Our Souls” -más cerca del post rock noventero-. Pero sí que la chunta en “Samadhi”, el faro/púlsar cuántico en medio de todas las etiquetas a las que he aludido en párrafos anteriores. Un interesante lunar, en el contexto construido por US y por ETR. Y sí, después de audicionarle, te embarga esa suerte de “desinterés ascético” a que alude el vocablo sánscrito “vairagya”.

Hákim de Merv

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