jueves, 2 de agosto de 2018

Luismiwave: Tributo A Luis Miguel // Seatemples: Down Memory Lane

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 25 de julio del 2018.)

Side effect negativo del mundo globalizado en que nos movemos hoy, “gracias” al home run obtenido por la serie de Netflix ahora resulta que tooooooodo el mundo ha sido/es fan de Luis Miguel. En el mejor escenario, para mí no es otra cosa que un sujeto premiado por Madre Natura con determinados talentos -malgastados, como otros inútiles del mismo rubro (Juan Gabriel a primer lugar), en una carrera comercial/marketera orientada a extraer los últimos dividendos que podían exprimírsele a un ¿género? tan anodino e insípido como la “canción hispanoamericana”; equivalente al risible schlager alemán de post-guerra.

Te preguntarás a santo de qué hablar del así llamado “Sol de México”, cuya reaparición hace unos dos o tres años lo hacía parecer más una metagalaxia, de lo rollizamente adiposo que estaba. Obvio: por definición, el vaporwave se nutre de esa nostalgia con que arrebujamos el pasado entre fines de los 70s y principios de los 90s. Marcado por aquello que arbitrariamente imponían radio y televisión, y a diferencia del Primer Mundo, el nuestro estuvo literalmente plagado de las melodías de Luis Miguel y los de su especie. A ellos se debe el vaporwave de origen latino, (les) guste o no.

Con la consigna de agrupar a los músicos vaporwave de esta parte del globo alrededor de una plataforma sólida e independiente, la discográfica Eternal Vibes viene operando desde hace unos meses. Su primer lanzamiento data de noviembre del 2017 (la compilación Eternal Vibes Vol. I), y en menos de un año ya bordea la veintena de títulos. Aunque el hecho de que la label haya sido fruto de la iniciativa de un mexicano (Rubén Ibarra), un dominicano (Edgard López) y un chileno (Salvador Mella), da pie como para hablar de una sede social sita en Internet; lo cierto es que la producción física de los álbums tiene lugar en Chile.

Capitalizando el runrún generado por la serie de marras, la reciente aparición de Luismiwave: Tributo A Luis Miguel (2018) ha sido cálidamente recibida en los circuitos underground latinos. Se apuntan actos de cuatro países de la región: Chile (MALO420 y PEPSIMAN™), Paraguay (bøbi), Argentina (PLASMA, Invisible Lover y プテ/Svn Prxtxctxr/ック) y México (サントダック Saint Duck, Blue Fancy, RFKR BAS$, Skule Toyama, T H A 竜児かれ超神 R U, Jesse Cassettes y EMBA Soundsystem). El rango de participación es similar al del Eternal Vibes Vol. I.

La intención de Luismiwave... queda en luminosa evidencia desde el subtítulo. Es éste un homenaje “al icono musical de la década de los 80, Luis Miguel”. Dadas las características ya enumeradas de un ¿género? como el vaporwave, no podía ser de otra forma. Por eso, me deja bastante pensativo el arranque del disco. En “No Culpes A La Noche”, “Cómo Es Posible Que A Mi Lado”, “La Chica Del Bikini Azul”, “Cuando Calienta El Sol” y “Écrivain D'Amour”; los bpms andan bastante pasados de revoluciones: más que admirativos, parecen paródicos, e incluso hasta autoparódicos. Obviando este hecho, suenan muy divertidos, porque precisamente la idea de un tributo electrónico, subrayada todavía más por el vaporwave; es quebrar el contexto original de los samples y reacomodar éstos en otro más subversivo. Digamos que la cadencia superacelerada y tonera de estos cinco tracks permite catalogarles, por analogía imperfecta, de bersek future funk. Lo mismo vale para “Soy Como Quiero Ser”, de bøbi.

A partir de “Estrenando Amor”, de Jesse Cassettes, número future funk que cumple religiosamente el canon; las revoluciones bajan ostensiblemente (con la salvedad ya acotada de bøbi). Relecturas como “手をつないで (私の恋人と)” de Trans World Airlines, “Por Favor Señora” de MALO420 y “Golden Law” de Invisible Lover fluctúan entre el vaporwave original y el mallsoft/muzakcore; sin llegar a constituirse en híbridos. Sí lo hace “Sunny Protection” de プテ/Svn Prxtxctxr/ック, en tanto que “Inolvidable” de EMBA Soundsystem ignora la voz del casi cincuentón cantante para alcanzar la (¿sub?)categoría de dreamwave.

Admito que se trata de una encantadora revisión de lo publicado por el mexicano-que-en-realidad-es-puertorriqueño. Reconozco que muchos fragmentos de sus canciones nunca dejarán de rodar por los intrincados pliegues de mi materia gris, porque a fuerza de encontrarme con ellos hasta en la sopa, se me han quedado grabados sin la menor intención. Pero también es verdad que este Luismiwave... es una lúdica manera de enfrentarlos, deconstruirlos para acelerarles o sosegarles, y así socavarlos -(les) guste o no.


La comuna portuaria de Coquimbo, en la región del mismo nombre al norte de Valparaíso, es el hogar de Seatemples. Formados en los estertores del 2014, en septiembre del 2015 y en agosto del 2016 germinan respectivamente sus primeros singles virtuales, “Lanterns” y “Further” -el primero de ellos permanece para descarga gratuita en SoundCloud.

Ambos son repescados en el debut largo Down Memory Lane (septiembre del año pasado). Antes y después, la banda colabora en dos homenajes orquestados por la prestigiosa bitácora brasilera The Blog That Celebrates Itself: Just For A Life: A Homage To Slowdive (febrero del 2017, con “Spanish Air”, del primigenio Just For A Day) y Popkiss - TBTCI Meets Sarah Recs (febrero de este año, con “Quicksilver”, de The Field Mice, editado en el So Said Kay EP). Las versiones a tamaños referentes no son gratuitas, pues ambos -tanto Slowdive como la seminal escudería Sarah Records- pueden ser mapeados en el genoma del grupo que conforman Moisés Segovia (sintetizador), Diego Herrera (batería), Priscila Ugalde (bajo y voz) y Patricio Zenteno (voz, guitarra y programación). Cabe aquí resaltar que, durante la etapa tempranera de Seatemples, signada por un feedback muy interesante entre el combo y su entorno, documentado a través de fotografías, logo y videos; Zenteno también se hizo cargo de secuenciadores y samples.

Parte de esa retroalimentación se refleja en DML sólo de modo accesorio. Ello, debido a las dos improntas que rubrican sobremanera el output de los coquimbanos. Por un lado, el post punk a centímetros de convertirse en dark. Por el otro, el shoegazing en fase dream pop. De las principales características de estos discursos no opuestos, pero sí distintos, está repleto el disco: guitarras incisivas que producen luminiscentes telarañas de sonido, en medio de la “silenciosa” e inagotable marcha del bajo; sugerentes ambientaciones instrumentales de espacios cerrados, dentro de los que la pluma de Zenteno describe emociones como la saudade, el amor, la vulnerabilidad; percusión contenida delimitando envolventes melodías de una rara tonalidad acústica...

Down Memory Lane, que circunstancialmente añade a sus cuarenta y tantos minutos pinceladas neopsicodélicas (como en “Seaweed”), me ha traído a la memoria el fantástico To Deaf And Day (2017) de los californianos Glaare. En las calles un mes después del debut chileno, la maravillosa web mexicana Sound And Vision describió a los norteamericanos como el equivalente a escuchar un 33 de The Cure y tenerlo presente en las neuronas durante un directo de Slowdive. La pequeña-pero-importante diferencia entre ambos estriba en que el sonido de los sureños es mucho más acerado y potente: piezas como “The Burning World”, “The Crack Of Light”, “When The Sea Reveals” (me encantó el guiño a Mercury Rev) o “Coronal Loop” transpiran una energía, un vigor que no tiene ninguna pista del To Deaf... (que así y todo sale bastante airoso).

Actualmente, Seatemples vive días felices. Su ingreso al catálogo de la disquera norteamericana Custom Made Music (Ringo Deathstarr, Citrus Clouds, Peter Hook & The Light), que se ha encargado de la realización física del Down..., ocurre en medio del proceso de composición del segundo capítulo del cuarteto. Maquetas del mismo ya dan cuenta de por lo menos dos singles listos, tentativamente titulados “Secuestro” y “Holograms”. No hay fecha de lanzamiento a la vista, de lo que se colige que tampoco hay apuro. Por donde se sopese, esta apasionante alternativa a lo hecho por The Holydrug Couple constituye una (otra) agradable sorpresa.



Hákim de Merv

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