jueves, 9 de agosto de 2018

Satélite Menor: Tímidas Formas De Convivencia EP // Club Del Fin Del Mundo: Luna EP // Aloysius Acker: Alba EP // Brageiki: Tutamanta

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 1ero de agosto del 2018.)

(In crescendo...)

Dos de las agrupaciones más prominentes adscritas al colectivo UnderPop, dirigido/coordinado por Josué Vásquez, miembros de Marfilia y de Prealba han dado forma a Satélite Menor. Esta nueva asociación lleva por lo menos medio año de existencia, ya que su tema “Maisaje” aparece en el UnderPop... 4.1 (febrero del 2018), hasta ahora última referencia de la saga de compilaciones publicadas por la mancha pop/rock independiente (aunque eso está por cambiar en breve).

SM, sin embargo, es manejado por otro emprendedor sello de estética equivalente -Catenaria Discos. Hace menos de veinte días, la escudería ha colgado para descarga gratuita el debut, Tímidas Formas De Convivencia EP. Cuatro canciones pedestres, muy directas y dinámicas, de ascendencia pop española cosecha 90s, con ese sabor agridulce de bandas como La Buena Vida (la apertura “Días Nuevos” recuerda su poco a los donostiarras). Bien es cierto que los muchachos se inclinan hacia la melancolía conforme se suceden las pistas, pero el cierre de “Maisaje” elude con gracia la trampa mortal de la soledad, la incomunicación, el eterno duelo entre cerebro y corazón...

El dúo de voces que caracteriza a Satélite Menor lo integran Sofía Araya (Marfilia) y Antonio Espinoza (Prealba, además guitarra acústica). Completan la nutrida alineación Vicente García (Prealba, guitarra eléctrica), Mirko Bailón (bajo), Julio Guillén (Panoptia, teclado) y Jesu Ccopa (batería).


En el contraste, el de Club Del Fin Del Mundo es un registro bastante más eléctrico que el de SM. Compañeros de sello, el cuarteto de San Borja también esgrime un sonido pop/rock noventero, un tanto más cercano al sonido college/alternativo de la primera mitad de década. Riffs con buen timing, ritmos pegadizos, ejecución eficaz, chamba en los arreglos, concisión que se agradece: tales son sus mayores características.

CDFDM debutó asimismo con un EP, Luna, sólo que en octubre del año pasado. La potencia que despliega desde “En Tus Ojos”, lanzado como single de promoción radial, no decrece hasta que “Mi Cuerpo No Responde” baja el telón de la jornada; pero sí se acomoda según el caso. Mientras que el surco epónimo, verbigracia, enrumba hacia espejismos inconscientemente deudores del darkwave; “Mi Cuerpo...” revisita coordenadas en las que eventualmente coincidiría con Marfilia.

Notorio punto en contra: “Juego De Intención”. El track, ejercicio de pop sincopado, es bien llevado hasta que la voz decide incursionar en el spoken word (3.05 en adelante). Errores de noviciado, supongo. Sugiero no vuelvan a incurrir en ellos Hugo Bayona (bajo, coros), Chester Luna (batería), Raúl Bustíos (voz) y Diego Orosco (guitarra). Libre descarga, como en el caso de Satélite Menor.


De mirada radicalmente distinta a los 90s, menos de un año ha necesitado Aloysius Acker para volver a samaquear los predios avant nacionales. Alba EP salió a la luz en mayo, y el cambio que implica con respecto al homónimo mini-álbum debut (junio del 2017) es demasiado marcado como para pasar desapercibido.

El proyecto unipersonal de José Rodríguez maneja en esencia las mismas variables del primer episodio: bliss, shoegazing, post rock, ethereal music... Cada una de las cuatro composiciones del extended bebe de ese fino preciosismo pop que le reportó los mayores elogios al individualista en el lance previo. Pero sólo una, “Aurora”, puede acreditar la tesitura vaporosa/el puntillazo impresionista con que Rodríguez rubricaba meses atrás su revisión de la vanguardia más clásica de fines de los 80s y principios de los 90s.

¿Qué pasa con “Luz De Otoño”, “Pastoruri” y “Madreselva”? Que sus melodiosas figuras, en otras condiciones apreciables a simple audición, están enterradas bajo un erosivo vendaval de distorsión. José ha elegido darle mucho mayor peso al Ruido, lo que resitúa a Aloysius Acker a unos cuantos pasos del harsh noise. No critico su decisión. Alba EP sigue siendo muestra inobjetable de cómo debe encararse la música pop contemporánea para transformarla en Arte. Pero admito que me gustaba más la antigua piel de AA. Free download a través de Bifronte Records (foto: Patricia Saucedo).


Desde la zona centro-sur del país (Ayacucho), Brageiki Vega manda al tacho tres años de silencio con su novísimo Tutamanta, quizá el mejor disco de todos los que se han lanzado en lo que va del año dentro de la escena independiente peruana.

Vega ha llevado su peculiar maridaje de músicas vernacular y electrónica a nuevas alturas. Desarrollo ulterior de lo mostrado tanto en El Espejo De La Iris (2014) como en Wayta EP (2015), en Tutamanta la hibridación que practica Brageiki tiene literalmente vida propia: evita las facetas (“Anqasnina”), las abraza para disgregarse sobre ellas (el lo fi nocturnal de “Luna Nueva Para El Perú”, el folklore novoandino de “Pukaray” y “Purikuq” -tributario de maestros como Raúl García Zárate-), desaparece por completo en favor del componente electrónico de la mezcla (“Infrazul” y “Atardecer Para Una Noche”, ambas en inédita clave IDM), vuelve a aparecer reunificada (“Todo Está Químicamente Planeado”, incluye fragmentos de una conferencia que diese Gustavo Cerati a la comunidad latina en Estados Unidos). De acontecer unas detrás de otras, estas sucesivas transformaciones evocarían/emularían ciclos vitales de la naturaleza -el del agua, sin ir más lejos.

Alguna vez alguien escribió que el folklore andino se metamorfosea según el entorno social en que se desarrolle, pero olvidó decir que el individuo importa también, y mucho; tanto o más que la esfera gregaria en que éste se mueve. Siendo Brageiki uno en quien habitan dos mundos en constante fricción, como igualmente le pasaba al taita Arguedas, la síntesis de su obra es doblemente encomiable. Tutamanta es la consolidación definitiva del bellísimo estilo personal que el limeño de raíces ayacuchanas ha decidido cultivar, para nuestra fortuna -no tengo ni puñetera idea de qué demonios hará luego para superarse a sí mismo. En sus mejores pasajes, me hace pensar en un Robin Rimbaud tercermundista que prescinde de todo muestreo expropiado a la red de telecomunicaciones.

Edita esta gema SuperSpace Records, patria discográfica fundada por el camarada Wilder Gonzales Agreda.


Hákim de Merv

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